Fuimos 6 adultos y 4 niños en Semana Santa y la experiencia no fué nada buena. Tardaron más de media hora entre cada plato. La comida no está mal, pero la bebida que entra en el menú... vino de garrofón y agua. Pedimos 1 acuarius fuera de menú y trajeron el baso ya lleno, se ve que tienen botellas y solo llevan el baso lleno de hielo con la bebida ya puesta. Como el vino está tan malo, pedí 1 bote de fanta de naranja para mezclar, insistiendo que quería bote, y me dijeron que si me traian 1 bote me lo cobrarían, por supuesto que lo pensaba abonar, pero aún así volvieron a traer 1 baso lleno de hielo con fanta desventada dentro, y cuando fuimos a pagar lo cobraron también. Por otro lado, el menú de niños consistía en 2 salchichas de franfur con patatas o 2 trocitos de lomo con patatas. El servicio deja mucho que desear ya que entre plato y plato hicimos la digestión, y como ya no nos apetecía ni tomar postre tuvimos que insistirles en que nos lo cambiaran por el café y se negaban diciendo que eso tampoco entraba en el menú, eso sí, finalmente aceptaron. También tardaron muchísimo en cobrarnos, casi echamos la tarde allí. Otra cosa a mencionar es que el baño estaba sucio, no había papel higiénico y olía mucho a meado. No volveremos.