Hemos visitado recientemente este restaurante cuyo nombre es casi un juego de palabras (mira hacia el mar, con mucho amor) para celebrar una ocasión muy importante para nosotros con un pequeño grupo de amigos, casi familia. El local es precioso, con una decoración moderna, pero cálida, acogedora y muy agradable, situado en un extremo de la playa de Benicàssim dentro del hotel Voramar con inmensos ventanales y con unas inmejorables vistas a la playa.
Nos sentimos en todo momento exquisitamente atendidos por auténticos profesionales de la hostelería, muy agradables y atentos a cualquiera de nuestras peticiones. Se nota mucho cariño en todos los detalles, desde la decoración de la vajilla y el menaje de mesa hasta la selección del producto y la elaboración de los platos. Apuestan por una cocina comprometida con su entorno, muy centrada en los productos locales y ecológicos.
Nosotros escogimos el menú Amar, que consiste en tres entrantes para compartir (a elegir entre cinco), un plato principal y un postre, todo por un precio de 38 € por persona (verano de 2024), y la relación calidad-precio nos pareció imbatible. (Vinos aparte). Elegimos como entrantes la ensaladilla Amar con tartar de atún rojo, con cebolla roja encurtida, ventresca de bonito y un toque picante; el taco crujiente de maíz y pulpito de roca con cítricos y con un toque picante; y la sepieta a la plancha con cremoso de pimentón de La Vera, con un riquísimo crujiente de arroz y algas. Fue una auténtica fiesta de sabores de la tierra con muy delicados matices, y raciones más que generosas.
Como plato principal había posibilidad de elegir varios tipos de arroces, o cañón de ternera con tabulé de verduras o lomo de salmón asado con salsa umami y ensalada de brotes, apio y encurtidos caseros; todo lo que pedimos era de gran calidad.
Yo pedí de postre una maravillosa tarta casera de queso de Catí (un queso artesanal local, del Maestrazgo) con coulis de melocotón y crumble de almendra, que arrebataba los sentidos.
La carta de vinos posee una interesantísima selección de caldos tanto locales como de otras denominaciones de origen que posibilita maridajes muy atrevidos con éxito asegurado -como el que hicimos nosotros, con un malvasía volcánica de Lanzarote.
En suma, un local altamente recomendable para paladares exigentes a precios muy competitivos. Solamente me sorprendió no ver en la carta alternativas veganas/vegetarianas, pero en vista de la gran calidad del producto fresco local que ofrecen, las magníficas guarniciones ofrecidas y la adaptabilidad que mostraron ante nuestras peticiones y el mimo que ponen en la atención a sus clientes y en conseguir la satisfacción de sus paladares, estoy segura de que avisando con antelación o incluso sobre la marcha pueden improvisar algo delicioso y...
Read moreHe tenido una experiencia HORRIBLE. Fuimos un grupo 4 amigas a comer allí. Reservamos el día antes para la TERRAZA SULTANA y no hubo problema. Una vez llegamos allí nos enteramos de que hay un menú cerrado (DEL QUE NADIE NOS AVISO). Cuando nos dicen, esto el camarero no fue capaz ni de decirnos cuál era exactamente el menú, y al enterarnos que era todo prácticamente marisco explicamos que a una de nosotras no puede comer marisco y preguntamos si había más opciones incluso propusimos que le pusieran el menú infantil (siendo que esa persona iba a pagar casi 30€ por un menú que no iba a comer). Al principio nos dijeron que no había más opciones y después a modo de “favor” nos propusieron ponerle a esa persona una hamburguesa (después nos enteraríamos que ese era el menú infantil que supuestamente no nos podían poner). Pedimos también un vino y sin darnos carta ni proponernos opciones despues sabríamos que el vino rondaba los 20€... Nos sirvieron todo tarde y mal. Había gente que llegó incluso HORAS después que nosotras y acabaron de comer antes (literalmente estuvimos de 13:15-16:45). NO nos pusieron un entrante que entraba en el menú, y los platos tenían cantidades escasas tirando para NULAS y sobretodo si comparamos con los platos de otras mesas. Parece ser que nos vieron cara de tontas o algo. Cuando a algunas todavía nos les habían servido el arroz a la chica que le habían puesto la hamburguesa sin preguntar nada cuando se la acabo le trajeron un plato con dos bolitas de helado de fresa (después también veríamos que hasta a los niños les dejaban elegir el sabor de helado que querían y parece ser que una chica de 24 años no, pero si que puede pagar una botella de vino de 20€) fue penoso ver cómo el servicio nos trató de aquella manera. También a mitad de la comida se ha caído una especie de viga y nadie ha hecho nada por recogerla. Literalmente detrás nuestra teníamos otra que tampoco tenía mucha pinta de que fuera aguantar mucho más... No se si era por ser chicas jueves o por que directamente les caímos mal pero literalmente han sido de las peores comidas de mi vida y es triste por que íbamos todas con mucha ilusión al restaurante y hemos acabado con una ganas de irnos increíbles y no pudiendo irnos por que no nos terminaban de servir la comida. En resumen una experiencia que iba a ser para relajarnos ha acabado en algo MUY DESAGRADABLE y que nos ha hecho sentir...
Read more“Espectacular”. Así definiría mi experiencia en Amar. Fuimos a cenar en familia y la verdad es que todo estuvo a la altura desde el principio hasta el final. El espacio está cuidado, las vistas acompañan y el ambiente transmite calma. Pero lo importante es la comida, y aquí es donde no fallaron.
De entrantes pedimos croquetas de jamón y de gamba roja: sencillamente riquísimas, de esas que te hacen empezar la cena con un buen sabor de boca y abrir apetito. También sepieta a la plancha (correcta, aunque no fue lo que más me sorprendió) y, cómo no, pan con all i oli y tomate. Porque a veces lo más simple es lo que nunca debe faltar… esto nunca falla, vaya.
En los principales, nos dejamos guiar por el camarero (muy simpático y profesional durante toda la velada) y fue un acierto total: la costilla de ternera a baja temperatura con romesco de calabaza y berenjena china con miel estaba de otro nivel, tierna y llena de sabor. Cantidades generosas eso sí, y soy de buen comer. El lomo de bacalao con muselina de alioli casero, gamba roja y cebolla caramelizada fue otro plato que justificó la recomendación. Rico y sabroso. Ningún comensal quedó con hambre.
Y entonces llegaron los postres, mi parte preferida. La torrija de brioche infusionado gustó mucho en la mesa, pero yo necesito detenerme en el que, sinceramente, ha sido el mejor postre que he probado hasta ahora: la “versión de la crema catalana”. Helado de vainilla, espuma de crema catalana y crispy. Una reinterpretación que demuestra que innovar puede superar al clásico... Fue la recomendación de Joan, a quien agradezco de verdad, porque ese postre vale por toda la experiencia. Brutal. En mayúsculas.
El servicio acompañó en todo momento, con atención cercana y profesional. Éramos pocas mesas esa noche, lo que hizo que se notara todavía más el mimo en los detalles, aunque estoy convencido de que lo mantienen siempre. O eso quiero creer.
En cuanto al precio, no es el sitio más barato, pero tampoco pretende serlo. Aquí se paga lo que se disfruta: calidad, espacio y servicio. Y en mi opinión, la balanza se inclina más hacia la calidad que hacia el precio.
En definitiva, fue una cena redonda. Un lugar para repetir y recomendar sin dudarlo. 5 estrellas sobre 5. No adjunto fotos porque no hice, estuve disfrutando de la compañía. Pero dejaos aconsejar por el gran equipo de Amar. Experiencia muy...
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