Kate Zaharra: Great Views, Expectations Ahead of Reality
We went to Kate Zaharra, drawn by its reputation, its status as a benchmark in Bilbao, and the views. And yes, the views are great. But once seated, you expect everything else to match… and that’s where things fell short.
The food was mediocre —some dishes were fine, like hamon iberico, but others lacked that extra something you anticipate from a restaurant with this kind of name and pricing, or were bad as zucchinis and meatballs, they were like school lunch. We didn’t leave totally disappointed, but it felt a little underwhelming. The setting? Incredible location, no doubt. But dining in a plastic tent patched with tape isn’t quite the experience you expect. The place could really use a refresh to live up to its surroundings and reputation. In short: a lukewarm experience. The views are worth it, but the rest...
Read moreAcabo de ver que esta reseña se había quedado bloqueada sin publicar por incumplir algunos "parámetros" que no entiendo. En cualquier caso, la edito y vuelvo a publicar. En diciembre de 2022, fuimos un grupo de 11 amigos a comer y os cuento mi vivencia para intentar evitar que otros sufran lo mismo que nosotros. Después de pedir los entrantes para compartir (en los que no nos quedamos cortos para nada), respecto a los principales le comentamos al camarero que 8 de nosotros queríamos compartir algún pescado y que otras 3 personas querían carne. Nos propuso sacar una lubina y un rodaballo para compartir entre 8, y una chuleta para los 3 que querían carne. Uno de los entrantes que pedimos fue un cazo de garbanzos con bogavante por persona, ya que se supone que es uno de sus platos estrella. Los garbanzos me parecieron duros e insípidos. También pedimos unos hongos, que tenían muy buena pinta, pero no tenían casi sabor. Las volandeiras y los pimientos rellenos de txangurro estaban muy buenos. Y llegaron los segundos platos. Habíamos pedido pescado para compartir entre 8 personas (dejando claro este punto), y nos trajeron 2 pescados (una lubina y un rodaballo), que cada uno era para unas 9-10 raciones, lo que es un despropósito y de lo que no se nos informó de ninguna manera. Además la lubina estaba demasiado hecha y al límite de fecha para servirla, al punto que estuvimos valorando si devolverla por su estado. Sobró más de la mitad del pescado, porque obviamente no fuimos capaces de comérnoslo. La carne era muy floja, dura, nada tierna, lo que no es normal para el precio que costaba. En resumen, nos sacaron segundos platos como para 22-24 personas, cuando éramos 11. La cuenta fue en proporción a lo que nos sirvieron: 150 € por persona. El problema estaba sobre todo en los segundos platos donde nos sirvieron dos pescados aunque hubiese sido más que suficiente con uno de ellos, sin explicarnos el tamaño que tenía cada uno. Creo que lo lógico es que la persona que toma la comanda aconseje debidamente a los comensales, en concreto en las cantidades de lo que van a servir. Y a la hora de pagar nos atendió un camarero cuyo servicio no quiero detallar, pero que estuvo totalmente fuera de lugar. Mi consejo: no os dejéis engañar. Hay muchos mejores sitios con una relación calidad precio muchísimo...
Read moreFuimos a comer con amigos y en fin, la comida solo tiene una pega importante : es que es excesiva no por la cantidad de las raciones si no por la falta de “mediación” en el servicio a la hora de poner freno a las peticiones. Se hubiera agradecido consejo para no pedir tantos platos y más teniendo en cuenta que también bajamos a la bodega a tomar un aperitivo. Además alguno de los camareros se tomaba demasiada libertad a la hora de hacernos comentarios que si bien pretendían ser graciosos, no conseguían serlo porque decir una vez que “los vascos comemos así y que los valencianos no sabemos comer”, aunque es una broma muy manida puede despertar una sonrisa, pero estar diciéndolo hasta el postre resulta cansino.
Igualmente una de las camareras olvidó cambiar los cubiertos en uno de los platos - cosa a la que no le dimos importancia, nadie es perfecto - y el mismo camarero de los comentarios “graciosos” le llamó la atención en voz alta soltando alguna que otra maldición mientras nos servía los platos.
Todo esto no tendría ninguna importancia si no hubiéramos salido a 120€ por cabeza. Cuando uno paga esa cantidad lo que espera es que además de una comida perfecta, los demás conceptos tipo servicio, ambiente, cantidad de comida que te orientan para no reventar, etc. sean absolutamente perfectos. Y en esta ocasión no lo fueron.
El ambiente en el comedor exterior de arriba (carpa) era excesivamente ruidoso pero no se podía hablar más que gritando, y lo cierto es que pasamos calor hasta que abrieron una de las telas de la carpa casi a regañadientes.
Las vistas, sobre todo desde el parking, son excepcionales.
En resumen : si coges la carta, revisas los precios, y además eres consciente de que “los de fuera no sabemos comer” (insisto en el sarcasmo de esto que acabo de escribir) quizá tengas una experiencia mejor que la mía. La calidad de la comida de 10, pero le restó puntos...
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