Bodega Roldan - Restaurante en Bollullos Par del Condado — Restaurant in Bollullos Par del Condado

Edito la reseña para aclarar mi punto de vista sobre la respuesta proporcionada por el propietario.

En la carta de carnes y croquetas de Okelan que tienen en las mesas del bodegón aparece un producto que llaman "Chuletón de Vaca Extra", con un precio de 6€ los 100g, y que describen con el siguiente texto literal: "Nuestra selección de piezas de vacuno de raza frisona. Alto nivel de grasa infiltrada y una maduración de hasta 30 días". Por lo tanto, en su carta sí ofrecen raza frisona. Tengo el texto completo porque hice una fotografía de su carta que aún conservo en mi teléfono móvil.

La respuesta del propietario no se corresponde con la realidad.

Además, he de confirmar que sí se me cobró el precio de un chuletón (60€), si bien lo que me habían servido era, claramente, un lomo bajo con hueso.

Les agradezco su respuesta, pues me da una medida de cómo entienden ustedes el respeto y el trato al cliente.

Reseña original: Bodegón como hay muchos otros en Bollullos. Algunos platos correctos, como el choco frito o las gambas. Las coquinas muy pequeñas y con poco sabor, aunque limpias y sin arena. Lo peor fueron las carnes. No sé para qué tienen una carta de carnes si luego te ponen lo que les parece. Éramos una mesa bastante amplia y pedimos diferentes tipos de carnes de esa supuesta carta (chuletones de vaca vieja, chuletones y entrecots de frisona) y cuando llegaron los repartieron como quisieron diciendo que eran todos iguales, aunque luego en la cuenta venían distintos precios reflejados. En mi caso yo había pedido un chuletón de frisona para compartir y lo que me encontré frente a mí fue un lomo bajo con hueso. Se lo comenté al camarero y lo único que me dijo fue que era una chuleta de 500 gr, como si uno no supiera distinguir un corte de otro. Viendo la actitud del camarero no quise discutir y crear mal ambiente en una celebración familiar. La carne estaba bien de punto pero, desde luego, su sabor no era de frisona madurada 30 días, como supuestamente venden en la carta. Mala publicidad le hacen a Okelan. Por mi parte, no creo que haya muchas opciones de que vuelva y, si lo hago, desde luego me limitaré a lo habitual en este...

Bodegas Roldan muere de éxito. No es una crítica ni al dueño ni al equipo, que trabajan muy bien. Pero es una locura lo que ocurre allí. Hay dos bodegas, un salón donde, bajo reserva, te atienden muy correctamente pagando un plus en los platos y el resto que es un compendio de zonas donde es el autoservicio tu única oportunidad. Es tan grande (y tan capaz la cocina) que es inmanejable para plantear el negocio, los fines de semana y las fiestas, de otra manera. Quizá deberían y podrían manejar dos salones y no uno atendido. Yo no hago colas un domingo al mediodía para que me den de comer, ni aun siendo gratis. Asi que recomiendo reservar. Ya he dicho que el servicio es bueno. Vamos a la comida. Calidad en casi todo es la tónica. No es ni va a ser una referencia en fritura o en cocción, pero dado la cantidad que elaboran, lo hacen muy bien. De diez. Hay dos tipos de gambas, las extra son exquisitas y muy cuidadas en cocción y presentación. Las normales son muy superiores a la media, pero, obviamente, no te las cuecen para ti y pueden tener el punto más perdido. La fritura (pescaito frito), muy fresco y limpio. Los chocos, fabulosos. Crema pura que solo se encuentra en grandes restaurantes. Los pescaditos (pijotas, salmonetes, etc) los pasan un poco de más, pero puede ser normal al dirigirse a tanto público, que no aceptaría un pescado poco hecho. Pasa igual con la carne, pero esta tan rica y es de tanta calidad que no es un defecto. En resumen: es una bodega, no un restaurante, que sirve productos de calidad superior a precios asumibles (no es barato). Honestidad, familiaridad, producto y buen hacer. Un gran sitio que tiene claro cual es su sitio pero que puede morir de éxito si se sigue empeñando en aprovechar cada...

Primera vez que visitamos este restaurante y última. Llamé para reservar mesa y el hombre que me atendió al teléfono cordial, hasta ahí todo bien. Llegamos y me dirigí a la encargada de las reservas, le di las buenas tardes y le dije que tenía una reserva, todo esto ella mirando a la nada sin mirarme siquiera y le tuve que repetir el nombre de quien estaba la reserva, empezamos bien. Pasamos a nuestra mesa, al momento se nos atiende para tomar la bebida, miramos la carta y decidimos que pedir, tuvimos que llamar hasta tres veces a la camarera (una mujer de las mayores de la sala) que nos atendió para tomarnos la bebida, pasaba por al lado nuestra y nada, otra de sus compañeras una chica morena con gafas más joven al escucharnos nos dijo que avisaría a la compañera y ni aún así parecía que quisiera atendernos, finalmente parece que si escuchó el comentario de que ya se le había llamado hasta en tres ocasiones y al segundo nos atendió, a partir de ahí, todos los platos servidos en una esquina y de manera bastante reprochable. En fin, una verdadera pena el servicio ofrecido. Respecto a la comida pedimos ensaladilla y croquetas caseras como entrantes (esto sí estuvo bien fue lo único salvable de la comida) porque respecto a las carnes, la carrillada medio fría y algunos trozos duros y la presa junto con el secreto no eran ni a la brasa, sino a la plancha. En definitiva, muy mal servicio y calidad de la comida muy a mejorar (sobre todo en las carnes). El lugar era amplio y bastante familiar, una pena todo lo detallado...