La Cartería Restaurante — Restaurant in Cartes

Indignante que salga en la guía Repsol y Michelin. Sin duda alguna el peor restaurante en el que hemos comido en la vida. No sé ni por dónde empezar: Hemos llegado a las 15:00, nos han sentado y hasta las 15:25 no nos han tomado la comanda. Las bebidas las han servido media hora después de sentarnos, los platos y cubiertos los han puesto a las 15:45. Una hora más tarde sin tener pan ni entrantes, nos han puesto un aperitivo de aceitunas y mantequilla con sabor a “anchoa” (imaginaria). 3€ el agua “filtrada”. El agua filtrada es agua del grifo. Se han confundido y en vez de traer roast beef, han traído carpaccio. Se lo decimos al camarero y nos responde: bueno, es lo mismo, solo que uno está pasado y otro no. Adjunto imagen del “guiso” de oreja. Indignante, dos minúsculos trozos de bogavante, tres de oreja, patatas fritas de bolsa y un huevo frito. 24€. 5.Nada más sentarnos nos avisan de que se les ha agotado la lubina y la costilla. Si la carta en sí ya es reducida, imagínense con 2 platos menos. Las carnes se reducen a ciervo, pato y lechazo (el cual no se sabía si era lechazo o cualquier otra cosa, insípido, soso, completamente plano). Además, cómo se va a agotar un producto a las 3 de la tarde? Digan que no lo tienen, pero no que se les ha agotado. Tras quejarnos ( y prácticamente ni eso, porque ha sido tal desastre que lo estábamos hablando con la mesa de al lado) MUY educadamente, ni la encargada, ni absolutamente ninguno de los camareros ha sido para preguntar qué tal, se han limitado a tardar 25 minutos en traer la cuenta. Chipirones “encebollados”. Eran 4 chipirones a la plancha, SIN limpiar. Tenían dentro todas las vísceras y la pluma y la tinta de los mismos. El encebollado se limitaba a cebolla pochada por encima. Los buñuelos eran una masa insípida que no diferenciabas a qué deberían saber (supuestamente a cocido). Como la mesa de al lado no se quejó, en cara del resto de mesas que estábamos indignadas, les regalan un postre.

El resumen, un quiero y no puedo. MUY caro para la calidad y servicio que ofrecen. El servicio nefasto, muy muy muy lentos y...

Fuimos a visitar Cartes un martes de julio en el que apenas había gente en el pueblo y la mayoría de los restaurantes estaban cerrados por descanso. Vimos este restaurante y nos pareció que tenía muy buena pinta, así que entré a preguntar si tendrían alguna mesa libre para comer 4 personas y un bebé en silla de paseo. Eran las 14:20h. y el chico que me atendió me dijo que imposible. Le pregunté entonces si podíamos tomar algo en la parte de fuera (donde tienen unos sofás y unas mesas) y me dijo que tampoco, que era sólo para comensales. Le dije que de acuerdo y salí para avisar a los demás. Cuando ya nos íbamos a ir, el camarero salió y nos dijo que su compañera (entendemos que la encargada) le había dicho que no nos fuéramos, que si queríamos había una mesa libre, y que enseguida salía a atendernos a ver qué queríamos tomar. Nos sentamos pues fuera y unos minutos después apareció la encargada a saludar a una pareja que se había acercado hasta allí. Al parecer los conocía y enseguida les preguntó qué querían tomar. A nosotros ni nos miró, y cuando ya se iba a ir y le preguntamos nos dijo (de manera bastante impertinente) que no podíamos tomar nada fuera, que si queríamos entrar tenía que ser ya. No entendíamos nada pero bueno, entramos finalmente y de malas maneras nos preguntó que si no habíamos dicho que éramos 4 y le dijimos que sí, que éramos 4 (mis padres, yo y mis dos hijos, uno de ellos un niño y otro un bebé en silla). Parece ser que el niño, que también iba a comer, no cuenta como persona. Y nos dijo que teníamos que plegar la silla (donde iba sentado el bebé). El comedor estaba prácticamente vacío, sólo había dos mesas ocupadas... Pero la encargada fue muy desagradable. La forma de de mirarnos, de hablarnos... Incomprensible. Totalmente fuera de lugar e inaceptable en un sitio así. Al fin y la cabo fueron ellos los que nos dijeron que no nos fuéramos. No llegamos ni a tomar algo pero vamos, desde luego no pensamos volver ni recomendar este sitio a nadie. La encargada es una auténtica...

Y hubo que comer 🍽️

🏠 En el corazón de Cartes (Cantabria), una villa que respira historia por sus calles empedradas, se alza La Cartería, un restaurante que ha sabido conjugar tradición y modernidad en una casona del siglo XVII que antaño fue oficina de correos y telégrafos y que conserva aún el rótulo original de “Cartería de Cartes”. Bajo la dirección del chef Enrique Pérez Malagón y la sumiller Noelia Sánchez, este establecimiento se ha consolidado como uno de los referentes gastronómicos de la región.

👨‍🍳 La propuesta de Enrique Pérez, en forma de cocina de autor con raíces cántabras, se basa en una cocina tradicional actualizada, donde el producto local y de temporada es el auténtico protagonista. Platos como los buñuelos de cocido montañés o el arroz Lebaniego, son muestra de una cocina sencilla y plena de sabor. Para cerrar, postres como el chocolate con dulce de leche y avellanas redondean una experiencia que deja huella en el paladar.

🍷 En sala, Noelia Sánchez diseña una bodega con identidad, con gran cantidad de referencias seleccionadas cuidadosamente, dando especial protagonismo a los vinos de Cantabria. Su atención al detalle y conocimiento enológico complementan la experiencia, con maridajes que realzan cada plato y elevan el conjunto.

☀️ Todo ello ha llevado a que La Cartería haya sido reconocida con un Sol Repsol y la distinción Bib Gourmand de la Guía Michelin , que premia la excelente relación calidad-precio.

🎯 La Cartería apuesta por la autenticidad y la calidad, ofreciendo una propuesta que respeta las raíces cántabras y las eleva con sensibilidad contemporánea. Una dirección imprescindible para quienes buscan una cocina sincera, sabrosa y bien ejecutada en Cantabria.

La Cartería 🗺️ Camino Real, 49 39311 Cartes, Cantabria ☎️ 942 55 03 63 🌐 www.restaurantelacarteria.com 📸 @restaurantelacarteria

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