EXPERIENCIA VERGONZOSA Y TRATO PÉSIMO. Llegamos un grupo de 9 persona, preguntamos si había mesa en un principio la camarera nos dice que no, posteriormente el dueño no comunica que sí, nos sentamos y empezamos a mirar la carta, a una persona le surge una duda sobre el corte de la carne, procede a preguntarle al dueño y este le “contesta” a la pregunta de una manera poco cortés. Después de esto, el dueño se marcha hacia la cocina balbuceando lo siguiente : “Madre mía con las preguntitas” así como otro comentario en el incluye las palabras “pt@s y pll@s”. Pedimos la comida y después de esto sale el dueño de la cocina a golpe de portazo tanto de puerta de acceso a la cocina como de neveras y entra de nuevo comentando “verás los niñatos estos esta noche” (la persona menor de la mesa tiene 24 años…). Después de presenciar tales comentarios procedemos a pedir la cuenta, ya que no pretendíamos comer allí debido a las repetidas faltas de respeto dirigidas hacia nosotros, al pedir la cuenta sale la mujer del dueño a preguntar : “ ¿Qué pasa chicos?” A lo que respondemos “Nos vamos, este trato no es normal”. La mujer nos da la cuenta mientras el dueño dentro de cocina empieza a hacer comentarios a voces… pagamos 36€ por 9 bebidas (7 cervezas y 2 refrescos) y nos marchamos. No entiendo ni nunca entenderé como una persona que trabaja de cara al público puede tener tan poca educación cuando solo nos sentamos a comer, como alguien puede reproducir ciertos comentarios por el hecho de que a las 22:20 de la noche llegue una mesa de 9 personas que en ningún momento insistió en sentarse, sino que él nos dijo que por supuesto. Nunca antes había estado y nunca más volveré a pisar ese restaurante. Trato y servicio nefasto. Las aceitunas no estaban mal, es lo único que probamos. Creo que no nos debió cobrar la bebida porque estuvieron las pocas mesas que había cenando muy entretenidas con el espectáculo que este señor vertió contra nosotros. Nunca había vivido una experiencia tan vergonzosa y fuera de lugar. No le recomendaría este sitio ni a mi...
Read moreComo suelen decir, siempre hay una primera vez para todo, y para mí fue ayer. Es la primera vez en mi vida, a los 30 años, que me vi en la situación de tener que levantarme de un restaurante sin cenar ni almorzar, pedir la cuenta y marcharme debido al trato recibido. Sin comerlo ni beberlo, nos vimos inmersos en una situación que parecía sacada de "Pesadilla en la Cocina". Todo comenzó cuando le hicimos una pregunta al camarero/gerente del restaurante acerca del corte de la carne, lo cual considero una pregunta completamente normal que un cliente podría hacer, especialmente en un asador.
Sin embargo, al parecer, la pregunta lo ofendió de alguna manera, o tal vez simplemente tenía un mal día. En el momento, llegué a pensar que podría ser una mala jornada, pero al revisar reseñas anteriores, me di cuenta de que este comportamiento era cíclico y habitual en su actitud. La situación empeoró cuando el camarero/gerente se fue refunfuñando y comenzó un verdadero espectáculo. Hubo portazos en la nevera, puertas de la cocina y batwing, miradas desafiantes como si nos estuviera perdonando la vida y comentarios obscenos.
Finalmente, decidimos pedir la cuenta y abandonar el establecimiento, lo cual no le pareció bien en absoluto. Esto solo avivó su comportamiento irracional, con gritos e insultos. Le indicamos la poca, por no decir ninguna, vergüenza que tenia y pagamos nuestra cuenta antes de marcharnos (bien pagada por cierto). A pesar de que nos dijo que no quería clientes como nosotros, probablemente porque esperábamos un buen servicio y hacíamos preguntas normales, no volveré a pisar ese horrible lugar. En lugar de tener una experiencia agradable, resultó ser la peor experiencia de mi vida en un restaurante.
Dirijo estas palabras a ti, que estás leyendo esto y aún tienes la oportunidad de evitarlo. Como decía Gandalf en "El Señor de los Anillos...
Read moreEn ocasiones, el tiempo es el mejor atributo que podemos usar para apreciar con objetividad las experiencias vividas, por eso he querido dejar pasar algo más de 24 horas para definir la fantástica atención y maravillosa cocina que disfrutamos en Asador Restaurante Puerta de Málaga. Desde la atención en la recepción, sugerencias gastronómicas siempre adaptadas al grupo, el especial trato a la carne que degustamos y la amabilidad que en todo momento nos dispensaron hacen que se convierta este Asador en un sitio de referencia para mi circulo de amistad. Es necesario detenerse en uno de sus reclamos más importantes de su carta, el Chivo Lechal Malagueño que sin grandes estridencias en ingredientes adicionales hace que la exquisitez del trato en el Horno de leña se traduzca en un extraordinario bocado con un sabor inigualable. Quiero decir que no me prodigo en tomar postres y menos aún con semejante festín pero no pude resistirme a la Milhoja de Nata que con un baño de chocolate la hace inigualable. Totalmente recomendable Me gustaría terminar con una especial atención a los cuadros y fotografías que adornan el salón a modo de reservado en el que tuvieron la gentileza de servirnos. Imágenes de la provincia de Málaga que no hacen más que poner en valor el propio nombre de este Asador (Puerta de Málaga) Sin duda retornaremos a este...
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