Restaurante Diego — Restaurant in Castrillón

Pero bueno, ¿cómo no sabe más gente que existe este sitio? Me encantó todo: la sala es muy acogedora, la atención profesional y muy cálida. Los platos riquísimos. Se trata de un menú "sorpresa", con cocina de mercado según disponibilidad de productos. Consta de un entrante, un plato de pescado, uno de carne y un postre. El vino, a elegir de la carta entre dos tintos, dos blancos y dos rosados. Todos excelentes. En nuestro caso el entrante fueron unas gyozas de langostino y verduras con base de crema de coco y curry. Tenían una mezcla de cilantro, gengibre y curry que me encantó. El único pero podría ser la masa, que prefiero al vapor, más fina y elastica (estaban tostadas en sartén). Después un filete de lubina en su punto perfecto sobre una cama de arroz negro de calamar. Muy ricas las dos cosas, aunque quizás hubiera elegido una base menos sabrosa para que destacase más el sabor delicado de la lubina. Pero el arroz estaba para nota también. Más tarde el solomillo de cerdo ibérico que parecía de ternera. En su punto exacto. Con un lecho de patata y mantequilla y una salsa reducida de si jugo. Madre mía qué rico. El postre era una tierra de brownie con helado de vainilla, una frambuesa y un physallys. Los detalles del baño me encantaron: colonia de gotas de oro, toallitas individuales e incluso Listerine! Diego sabe Cocinar. Con mayúsculas. Y la atención en sala fue muy buena por parte de la encargada que estuvo en todo momento pendiente y era muy amable y...

Tener herramientas como esta te sirve para poder compartir con todo el mundo y expresar la experiencia vital y gastronómica que nos han brindado Diego desde los fogones e Isabel al frente de la sala y el servicio. Ha sido IMPRESIONANTE no se puede decir de otra manera. La estética sobria y elegante del local contrasta con la calidez y cercanía del personal que te atiende cómo si fueras a comer a casa de unos amigos, que desde hoy lo son. El menú cerrado del que cuando te sientas sólo sabes que será un entrante, un pescado, una carne y un postre, se torna en una sorpresa tras otra en cada plato que llega, dese la vieira hasta el solomillo de vaca pasando por la fideuá de sepia y lubina con un delicioso postre de helado y crujientes, todo acompañado por un estupendo rioja muy bien seleccionado y ratos de conversación y confidencias con ellos. Sin esperarlo hemos encontrado una segunda casa a dónde resguardarnos es Piedras Blancas y dónde sabemos que nunca defraudan. Enhorabuena chicos y por favor no...

Lamento tener que hacer este comentario, pero fué lo que nos ocurrio el dia de nuestras bodas de oro, el sábado 4 de septiembre, si tenian el comedor reservado al completo para otro evento no tenian que haber cogido nuestra resereva, de mera casualidad se enteraron que no iban a estar solos, y cual sería nuestra sorpresa cuando nos llaman horas antes para ponernos en la terraza, cuando teniamos concertado dentro, por supuesto no acectamos, y no solo eso la terraza también la tenian reservada para el coctel. Segundo si se hizo reseva de un menú para cada comensal no entiendo que nos pongan cuatro escasos entrantes en el centro de la mesa, mal atendida por parte de la camarera, cada vez que necesitábamos agua teniamos que pedirla, cosa que no tendria que ocurrir. Y tercero el hizno nopcial en vez de ponerlo a la hora de soplar las velas, lo ponen diez minutos antes... muy mala organización, la comida buena en general.. no repetiremos, lo que iba a ser todo perfecto no fué asi.. lo lamento pero...