Casa Cebreros — Restaurant in Cebreros

Casa Cebreros is an absolute gem! From the moment I stepped inside, I was captivated by the beautiful interior design that exuded elegance and charm. The atmosphere was warm and inviting, setting the perfect stage for a delightful dining experience.

The menu at Casa Cebreros has an extensive range of choices, there was something to satisfy every palate. The flavors were exceptional, and each dish was meticulously prepared with great attention to detail.

What truly set Casa Cebreros apart was the impeccable service provided by the staff. The entire team was friendly, knowledgeable, and attentive, ensuring that every aspect of our dining experience was flawless. They went above and beyond to accommodate our preferences and dietary restrictions, making us feel valued and cared for.

Whether you're looking for a place to celebrate a special occasion or simply want to indulge in a fantastic dining experience, Casa Cebreros is the perfect choice. The combination of delicious food, a diverse menu, exceptional service, and stunning interior design creates an extraordinary dining atmosphere that is sure to leave a lasting impression. I highly recommend visiting Casa Cebreros and indulging in their culinary offerings – you won't be disappointed.

Note: This review is based on my personal experience and reflects my honest opinion of...

Fuimos el anterior viernes de mayo sin reserva a cenar, llegamos prontito y nos atendieron muy bien. Me encantaron la decoración y la atención que recibimos del personal. La comida estaba buena, los productos eran de calidad, pedimos una parrillada de verduras que estaba muy buena y cocinada con aceite de calidad y la salsa romescu a mi chico le gustó mucho, yo no soy muy fan pero como venía aparte sin problemas, las croquetas variadas tenían dos unidades de un queso muy fuerte que a mi me desagrada mucho así que hice mucho hincapié en que se diferenciaran de alguna manera y aunque me dijeron que lo harían poniéndoles un puntito de ketchup o de mayonesa no lo hicieron, estaban buenas pero parecían de estas gourmet que se compran en algunos sitios ya preparadas. De platos principales pedimos pollo a la parrilla que es eso, pollo a la parrilla y tenía pinta de estar jugoso pero no lo probé y una hamburguesa Queen que llevaba una salsa de queso de cabra que pedí que pusieran aparte porque no me gusta, también se les olvidó eso y se la tuvieron que llevar, es cierto que no se limitaron a raspar el queso de la hamburguesa y la volvieron a hacer, pero ya tuve que esperar a comer mientras mi chico comía y eso no me gusta pero bueno, fueron muy amables. De beber pedimos agua y agua con gas y no pedimos postre, la cuenta fueron 66 euros y pico, cerca de 67. Por unas croquetas, unas verduras, pollo a la parrilla y una hamburguesa y sin postre y en un pueblo tan pequeño y tan poco turístico, me parece excesivo la verdad. Los baños eso si, muy limpios, la decoración de todo el local correcta y un poco rústica, muy de la zona. Lo mejor de la comida la hamburguesa Queen que tenía un sabor buenísimo una vez que le quitaron el queso. Si que es cierto que si bien no eran personas que se hubieran dedicado a la hostelería de toda la vida, el personal fue extremadamente amable en todo momento y la impresión que me llevé en general fue positiva. Si te quieres comer una buena hamburguesa y no te importa pagarla es un buen sitio, aunque a una hora y pico de Madrid, pero si estás por la zona...

Un festival gastronómico… del desastre

Anoche, dos amigos y yo decidimos cenar aquí, y en que momento.

Empezamos hablar de la joya de la casa: la chuleta de vaca "madurada" 45 días, o eso decian porque de la parte comestible no tenia infiltración ninguna estando dura y con muy poco sabor, como si te comieras una ternera basica, por no hablar de la ejecución, un espectáculo en 3 texturas, como un plato de vanguardia: un tercio "bien hecho", otro tercio más seco que un cartón al sol y el último tercio, el hueso (lo único que cumplía con lo esperado). De los 900 gramos prometidos, con suerte nos comimos 350, porque el resto era directamente incomestible. Pero lo mejor vino cuando, en un acto de ingenuidad, preguntamos al personal qué había pasado. Atención a la respuesta: la cámara de maduración había secado parte de la pieza. Ah, claro, qué mala suerte. Pero tranquilos, que había solución… servirnos la parte seca igualmente y cobrárnosla por su puesto, ¡Brillante! No sé qué es peor: que no entiendan cómo funciona la carne madurada o que lo entiendan y aún así decidan darsela al cliente. No dábamos crédito.

Superado el trauma de la carne, vamos hablar de los entrantes, cada uno más decepcionante que el anterior. Unas alitas con salsa barbacoa… de bote, tampoco pedíamos más. Una ensalada César que ni estaba bien aliñada ni tenia pollo o almenos no lo encontramos mucho ya que venia en cubitos como si fueran picatostes. Y unas croquetas congeladas del típico distribuidor de croquetas "gourmet" que tienen muchos sabores, error nuestro tambien pedirlas sin preguntar de donde venian las croquetas.

Para rematar la noche, jugamos sobre seguro con la tarta "de la abuela". No tiene misterio: galleta mojada, crema de vainilla y chocolate fundido, la misma que hacíamos de pequeños con cinco años. Y qué sorpresa, nos transportó a nuestra infancia… pero con menos ilusión. Eso sí, menos seca que la chuleta.

Lo mejor, el sitio y el personal, la comida un desastre.

150€ cena para tres, por esta obra de arte culinaria. Un restaurante que...