Suelo insistir en mis reseñas en lo ventajoso de la ubicación de los sitios. Tener una buena es tener medio boleto de primitiva acertado. Gloria bendita es que llegue el verano y en sus tórridas noches te des el lujo de plantar el trasero en una terraza de la plaza de las Terreras, llena de vida (a veces demasiada, piensas cuando te arrea una dulce criaturita un pelotazo), de mosquitos y de camareros voladores que se juegan la vida cruzando la calle esquivando coches bandeja en mano. Hecho el preámbulo, os cuento mi experiencia en Isla de Cuba. La verdad es que tiene poco misterio la cosa. La carta de tapas exige que el camarero no tenga prisa en tomar la comanda, variedad a elegir, al estilo de todo bar culipardo que se precie. Mucho tapeo entre rebanadas de pan, fritanguilla y plancha...en fin, very spanish way, que no os engañe su seductor nombre caribeño. Mahou en tercio! 🍺😉 Se esfuerzan en ofrecer tapeo ✔egano🌿. Ni qué decir, que, obviamente, en la terraza puedes disfrutar con tu perrete 🐾 del ocio con buen tiempo. Servicio rápido, tapas bien de tamaño y saaaaabrosonas, oigan. Con tres tapas comes. Lo mejor: su tapa "bomba cubana" con esa salsita prima hermana del mojo picón, que te va a quitá er sentío. (Eso sí, hay tortas por ella, corre que vuelan!) Lo peor: que aunque hay bastantes mesas, pillar una es una gesta medieval q ríete tú de la Reconquista de Al Andalus. Y luego está el tema del apalanque, quien tiene mesa se agarra a ella casi de por vida. Hay gente allí sentada desde el verano pasado. Hay gente que ha llamado hasta al notario para ponerla a su nombre. He visto niños nacer allí. No os digo más muchach@s!! Ah! también es de lo peor la angustiosa sensación de temer por la vida de ese camarero que se juega el tipo capoteando vehículos para llevarte un botellín que poder llevarte a la boca, tienes más angustia que en un España- Brasil, te bebes la birra entonando más "ay" que el Capullo de Jerez. Qué regomello.