Yolimar — Restaurant in Cudillero

Reasonable parking. We sat on the terrace on a very cramped table for 4 people, and we were 6, and after asking several times, finally pulled a chair over to put the extra plates on. We all had menus, and the food was hit and miss - merluza and bonito good, but a miserable "decoration" of chips on the plate, and tasteless soup containing dry fish. The inexperienced service was quite poor and half-hearted, and certainly not worth the tip we had to leave: the server kept calling us "chicos" even though we were old enough to be her grandparents! One of the owners/managers/cooks was smoking and chatting very loudly to the table next to us, and not only was the smoke was blowing back on us, but worse, their volume was so loud that we could not hear ourselves talking, so left. We were 'treated' to lunch, so could not voice and honest opinion to our Hosts, but I wouldn't waste my time or money on a return. Not a good food experience, but for something very basic to line your stomach, it...

Servicio bueno en general,fatal por parte de la camarera rubia...con desgana,parecía que le sobrabamos mi pareja y yo en la hora de comidas....al rato de sentarnos, nos canta de frente el menú,pudiendo elegir de la carta. Le pedimos mahonesa para acompañar la merluza a la romana y me tengo que levantar para poder terminar el plato con algo de mahonesa.El remate los postres,nos dice 3 helados y una tarta nada más y empezamos a oír la retahíla de postres del menu que se cantan a las demás mesas....ya hartos del trato,le preguntamos lo de los postres y nos dice q van abriendo tartas según se van gastando o algo así....primera vez q me encuentro q van aumentando postres según van terminando mesas....44 euros por dos menús del día(festivo) se pagan de diferente manera según el trato q se reciba,y por parte de esta chica ,no los hemos gastado con gusto la...

Nos tropezamos con este maravilloso lugar. Íbamos en AC y vimos el camping. Paramos en el restaurante y preguntamos si el camping estaba abierto. Resulto que las dueñas de los negocios son hermanas. Nos sentamos en el restaurante a esperar Santiago, encargado del camping. Y la querida Carol la camarera nos agasajo con unas patatas guisadas con costillas, de cine. Y de segundo yo una merluza a la romana y Grecy, mi mujer, un hígado encebollado de impresión. Nos invitaron a quedarnos en el camping que estaba cerrado. Por la noche cenamos unos gambones a la plancha gordos y bien hechos. Muchas gracias a Carol, camarera Mari, cocinera y Santiago jefe de camping. Si pasas por allí no dejes de parar a comer, cenar o dormir . Y todo alta calidad a precio...