Restaurante Hostal Marino Marqués De Perales — Restaurant in El Espinar

Pongo cinco estrellas por el simple hecho de que Google no permite poner seis. Vamos a ver, hay mucho que halagar y no sé por donde empezar.

Habitación: A mí, que me gustan las cosas sencillas pero bien hechas, me encantó la habitación. Una cama cómoda, unas vistas geniales del pueblo, una ducha que parecía del futuro... Igual suena a exageración, pero era como dormir en mi propia casa salvo porque el vientecillo que entraba por la ventana te dejaba dormir. Bendito colchón también, todo sea dicho.

Comida: Recuerdo esa sensación de comer bien y recuperar energías y 5 años de vida cuando comía con mis abuelos. Pues esto igual. No, no lo digo a malas ni digo que la comida sea antigua si no justo lo contrario: comida absolutamente casera al 100% que le puedes notar el cariño y con toda la potencia que necesitas para ganarle al dios Thor un pulsito si te hace falta. No soy tampoco yo de dulces pero pedí una tarta de zanahoria que tenían en la vitrina y no me arrepiento ni lo más mínimo (lo volvería a hacer).

Personal: El personal es bien amable, es como estar en familia. Puedes preguntar cualquier cosa, la sonrisa no se pierde nunca y se le nota que tienen un gran cariño a lo que hacen. Ese tipo de cosas que se echan muy de menos cada vez más, así que espero que mantengan esa unidad que les hace tan especiales.

Diría más cosas pero Google no quiere un libro si no una reseña. En cualquier caso, si queréis un sitio sorprendente, lleno de cariño, comida del séptimo cielo y una experiencia rural relajante, este sitio es 100% recomendado. Lo dicho, es como estar en familia. Casi...

NO VAYAS! SALVA TU DIGNIDAD. Pocas veces me han tratado tan mal en un sitio público. Lo de este restaurante no es mala atención: es desprecio envuelto en platos.

El personal parece haber hecho un máster en grosería y desdén. La arrogancia con la que tratan a los clientes es digna de estudio… en un curso de cómo arruinar tu negocio.

Transmiten exactamente lo que son: miserables, amargados y sin la más mínima noción de hospitalidad.

Deberían cerrar por respeto al concepto de restaurante. O al menos cambiar de oficio. Porque lo de atender personas no se les da....

Local acogedor y amplio. Trato afable y cercano por parte de la dueña y del personal que atiende las mesas. Respecto a la comida, existen varios tipos de menús a partir de los 20 euros, abundantes y visualmente apetitosos. Nosotros en nuestra visita al restaurante nos decantamos por pedir varias raciones y con tres para dos personas tuvimos más que suficiente.Le he puntuado con 4 estrellas porque algún detalle nos pareció un poco caro, cada pedacito de pan lo cobran a 0.90. La caña pequeña a 2.10. Un poquito exagerado para tratarse de un...