Nou céntric — Restaurant in el Prat de Llobregat

Conozco el bar restaurante Cèntric desde sus inicios, he ido bastantes veces y nunca me ha defraudado a nivel culinario: producto de calidad, bien cocinado y mejor presentado. Pero lo que no es de recibo es que vendan producto de kilómetro 0 y la atención y el trato al cliente sean de kilómetro 1000. Atención : se viene narración de experiencia. Mi mujer y yo nos sentamos a tomar algo en la terraza, nos sientan en una mesa para dos de las situadas en el lateral. Enseguida nos toman nota y nos traen la bebida. Pedimos unas bravas. Y tardan 20' en traerlas. Sin previo aviso, sin nadie que te explique que tardarán por x motivo. Nada de nada. Las traen por fin sin servilletas ni tenedores para comerlas. Le pido a un camarero si puede traernos unas servilletas, me dice que sí y no las trae. Se las pedimos a otro. Este sí las trae junto a dos tenedores. A partir de ahí, somos invisibles. No pasa ningún camarero y si alguno lo hace, no nos mira. Esperamos otros 20' a ver si podemos pedir la cuenta. Finalmente, decidimos ir dentro a pagar. Y aquí ya la cosa se pone divertida: después de esperar otro ratito y hacernos corpóreas para la camarera y el camarero que estaban detrás de la barra , ella nos pide de forma bastante desagradable que nos hagamos a un lado (estaba sacando platos de la cocina y nosotras cerca de su zona de trabajo pero sin impedir que ella pudiera sacarlos). Nos ponemos al lado de la caja y el camarero nos dice que no podemos pagar allí, que debemos hacerlo en mesa, a lo que mi mujer le responde que así lo habríamos hecho si alguien en veinte minutos se hubiera dignado a atendernos. Imagino que entonces sospecha de nuestro enfado y nos dice que esperemos un momento, que ahora nos cobra. Finalmente lo hace y cuando nos vamos, escucho a otro camarero decirle a una pareja que venía detrás de nosotras que se tenía que pagar en mesa... La historia se repite. Es triste ver como un lugar que en sus inicios tenía una atención excelente se ha convertido en un lugar de batalla, con camareros desbordados, sin una sonrisa y amabilidad por su parte, con formas (o no formas) justitas y donde es el cliente el que debe poner todo de su parte. Tal vez alguien piense que esto ha podido pasar hoy, que faltaba personal, etc. Sinceramente, creo que no. Creo que es una deficiente gestión de la terraza. Fui hace un año a cenar un sábado y me pasó algo similar, esta vez además, llevaba a una amiga a la que le había hablado fantásticamente bien del restaurante y tuve que pedirle disculpas porque la atención fue tan nefasta como la de hoy (o peor, porque olvidaron pedir dos platos a cocina). Quizá hay que asumir que cuando no se tiene personal suficiente lo sensato es tener menos mesas y atender adecuadamente. A esto lo llamo yo morir de éxito. Producto de calidad, sí. Atención y amabilidad, a kilómetros...

Suelo venir a este sitio de vez en cuando, pero visto el espectáculo presenciado hoy no volveré a visitar el sitio ni para tomar café, en primer lugar nada más sentarnos empiezan a discutir delante nuestra uno de los camareros y el que parecía ser el encargado o jefe, después de este acontecimiento viene a nuestra mesa el camarero y sigue discutiendo por él pinganillo que llevaba puesto mientras nos atendía, éramos 3 personas para un pedido de 4 tapas, en muy poco tiempo nos trajeron las dos primeras tapas para compartir, ( la comida muy buena por cierto) pero después de 20min esperando para las siguientes no venía nadie a traer el resto de comida ni a atendernos para nada, llamamos al camarero que nos atendió para decirle que nos faltaba comida, nos la marcha y nos trae 1 sola tapa cuando faltaban 2 todavía, seguimos esperando durante otros 15-20 min aprox para traer el resto pero nunca llegó nada, hasta que se acercó el camarero de nuevo para preguntar si nos faltaba todavía algo y al decirle que si, le pedimos la cuenta y cancelamos la última tapa, y de muy malas maneras y muy grosero nos da la cuenta molesto por cancelar la última tapa que llevábamos esperando 1 hora, después de pagar y levantarnos de la mesa el camarero recapacitó y pidió perdón, pero no creo que sean las formas ni las maneras de atender a los clientes y menos ver cómo entre los compañeros están discutiendo, y que nadie se acercó a ver cómo estaban las mesas que tenían en la parte del final de no fumadores, la comida en general en este sitio está muy bien y el sitio es bonito, pero no lo recomiendo para nada por el servicio de sala y menos por el...

Llegint la majoria de les ressenyes de la resta de la gent, em pregunto si visc a un món paral.lel o és que són clients habituals i tenen tracte preferent.

Tenia bon record del Cèntric perquè fa uns anys vivia més a prop i hi anava sovint, bona qualitat, plats distints i ambient agradable. He tornat avui i sincerament, trobo que no hi tornaré més.

Resum: dues clares, unes braves recalfades, dues hamburgueses (una d’elles amb la carn passadíssima i cremada - l’altra vegana, sense més història) i un postre. Total? 41€

El preu seria caríssim a un bar qualsevol, però aquí ho podria pagar a gust si la qualitat del producte i la cuina haguessin estat bones, i no ha sigut el cas. Hi ha bars de barri al Prat que et fan unes braves al moment, com es que aquí serveixen una ració recalfada?

A més, per acabar-ho d’adobar, l’encarregat de la terrassa (alt, prim, moreno), ni ens ha donat la bona nit quan ens ha assegut. No cal ser exagerat i súpersimpàtic, però si treballes de cara al públic almenys has de tenir una actitud amigable i no com si et molestés.

Quan hem demanat el compte, l’ha demanat a crits a altres companys: “La cuenta de la 60!”. Igual estaria bé apropar-te i demanar-li discretament o fer-ho tu mateix. Molt professional…

No poso una estrella possiblement pels bons records que tinc, però qualitat, preu i algun membre del personal són pèssims, malauradament.

Crec que la fama també s’ha de perdre quan ja no és merescuda i si no es fa res per revertir...