Comimos excelentemente, por un precio muy correcto. Compartimos de entrada una ensalada dulce de queso de cabra, riquísima y muy abundante. Da para dos de sobra, y si de picar se trata hasta para tres. Luego, nos volcamos por el risotto de setas, muy bien preparado y abundante. De postre experimentamos el coulant, formidable, y el pastel de queso. Mientras esperas, unas olivas y salame de cortesía, perfectos. Bebimos agua y refrigerante (envases chicos), no vino porque estaba conduciendo. Pagamos menos de 48 euros. Críticas, tengo pocas: al pastel, le hubiera agregado algo dulce para lograr el contraste. Además, la porción me pareció pequeña. En España es poco usual poner una cestita de pan como cortesía, pero no vendría mal incorporar la costumbre, que a veces un par de euros de diferencia pueden hacer milagros. La atención por parte de la multifacética señora del lugar, es amable, simpática, rápida y eficiente. Esta buena señora debe estar clonada, porque a la vez atiende el restaurante (con no pocos comensales), el hotel (principal del pequeño pueblo) y el negocio de artículos regionales (interesantes). Por si esto fuera poco, vende las entradas al vecino castillo, brinda a cada cual las explicaciones del caso, y actúa en las visitas nocturnas teatralizadas a dicho edificio medieval. Y todo lo hace con una sonrisa y la mejor de las ondas. Admirable. Párrafo aparte para el escenario del restaurante. El mejor es el nivel intermedio (recomiendo reservar mesa en él), que es una verdadera cueva socavada en la roca viva. Lindísimo. El nivel inferior, una habitación subterránea a la que se llega pasando por la antedicha cueva, tiene su gracia, decorado con fotografías y cuadros de motivos locales. En las mesitas de la planta baja ves para afuera, que es bonito. Pero el de piedra es, a mi juicio, el mejor de los entornos. Sugerencia: si vas a visitar el castillo a las 12, al comprar las entradas ya dejas reservada tu mesa para cuando termines (sobre las 13:15) en el segundo nivel. Luego almuerzas, verás que muy bien, das una vueltita por Montsonis y sigues viaje. Vale la...
Read moreHa sigut una pena “gastar el sopar, nit i esmorzar” en aquest “resort”. Tot i que l’entorn ens ha agradat molt. Havia vist els comentaris com aquest, però vaig voler donar una oportunitat per l’amabilitat, i ERROR!
Com a restaurant: qualitat pèssima és poc. Podreu veure-ho a les fotos. Nosaltres, no som gaire tiquismiquis amb el menjar, mentre es mengi bé dintre d’uns marges, genial. Però no és el cas: embotits de supermercat (això va ser massa exagerat, per riure – si no l’estiguessis pagant...), menjar reescalfat i amb elaboracions que deixen molt que desitjar: mira que és difícil que el puré de patates estigui tant dolent!). La torrada amb escalivada, insulsa – pensant en agafar plats simples on no podies fallar i a més recomanada per ells!). Postres igual d’industrials. L'esmorzar continental: pa vell, mermelades industrials, suc no natural i minimagdalenes seques.
La pena és que ho intenten vendre com a casolà o inclús típic català… És una pena que no tirin de productes bàsics i de la proximitat: pel mateix preu podrien tenir menjars senzills però adients al lloc.
Com a hotel: habitacions dintre d’un apartament, sense aire condicionat en plena onada de calor i ni tan sols corria l’aire. No entro a dir si era còmode o no el llit, perquè això depèn de cadascú, però us aconsello no anar a l’estiu. No vàrem dormir.
El meu consell: busqueu a Ponts o a poblacions properes restaurants i hotels de qualitat correcte, i a menys que canviï la gestió de cuina, només visiteu el poble pel turisme.
Desgraciadament, em sap molt de greu haver trobat tant poca qualitat i haver de deixar un comentari com aquest. I el que ens sobta, és que des de la direcció, sabent aquesta manca de qualitat i que la gent clama per una millora bàsica al menjar – de fa temps, si mires els comentaris - , no es busquin solucions o es canviï d’estratègia.
AIXÓ SÍ, FELICITATS per la gent que t'atén i sobretot al nanu amb moltes ganes i súper amable....
Read moreLa combinación de una visita al castillo teatralizada, una cena deliciosa, y una noche en un apartamento con vistas espectaculares, junto con un desayuno servido con esmero, hacen de La Botiga de Montsonís un lugar idílico y muy recomendable para una escapada. El personal nos guió paso a paso, asegurándose de que nuestra experiencia fuera perfecta. Al despertar, nos esperaba un desayuno digno de reyes. Los productos locales, como la miel y las mermeladas, combinado con pan recién horneado. El hecho de que nos acompañaran hasta el apartamento fue un toque personal que marcó la diferencia. Nos sentimos cuidados y mimados desde el primer momento. Montsonís brinda experiencias únicas como la visita al castillo, estancias en apartamentos rústicos, y la oportunidad de desconectar del bullicio de la vida moderna en un entorno tranquilo y relajante. Montsonís es un destino que ofrece una experiencia completa para los amantes de la historia, la naturaleza y la buena comida. Es un viaje al Pasado. Es un pueblo que parece detenido en el tiempo, donde cada rincón cuenta una historia y te transporta a la época medieval. Sus calles empedradas, el imponente Castillo de Montsonís, y sus casas de piedra son un testimonio vivo de su...
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