Ayer, curioseando en los senderos infinitos de Internet, descubrí el nombre de un lugar que me susurró misterio: “La Cueva”. Sentí que debía ir, y así emprendimos una pequeña excursión por los rincones escondidos de Garganta la Olla, donde la historia se mezcla con la piedra y el silencio.
Al llegar al restaurante, me recibió un mantel convertido en memoria: los abuelos Siberiano y Juana, la madre Pili, y ahora Alicia, guardiana de la tradición. Sus frases, como hilos bordados, tejían la vida de varias generaciones. La comida, sencilla y casera, tenía el sabor de lo verdadero, de lo que nace del alma y no solo de la cocina.
Bajé después a la cueva, y allí el tiempo me habló en susurros: piedras arrancadas para levantar un hogar, rincones donde se guardaba el pan, un refugio secreto para quienes huían, sombras de mercado clandestino en la dictadura, una virgen diminuta que aún vela en penumbra. Cada rincón parecía contener una historia, un latido, un secreto compartido con la tierra.
Salí de allí con el corazón encendido. La Cueva no fue solo un restaurante: fue un viaje a lo profundo, a lo escondido, a lo...
Read moreMe encontré por ese precioso pueblo un martes a las 21h y después de patear mucho nos dimos una ducha y nos relajamos en el hotel,buscamos donde poder pedir algo de cena y poder recogerla para llevarla al hotel. Fue ahí donde nos salió este lugar, vimos SU carta de tapas,raciones,postres y BOCADILLOS. Llamamos con toda nuestra educación para pedir y la primera en coger el teléfono al preguntarle si podíamos ir a recoger unos bocadillos me contestó :pfff y directamente dijo tuu toma ponte tú con este que quiere bocadillos o nosequé...luego apareció la segunda chica la cual le volví a preguntar muy educadamente por la posibilidad de recoger unos bocadillos y su respuesta fue :pfff mamá que quieren bocadillos y me respondió no,nosotros no hacemos bocadillos. Hay muchas formas de tratar a las personas. Y si no os interesa tener bocadillos quitenlo de la carta . Viva la humildad de un...
Read moreReservas una mesa. Te dicen que a las 9 de la noche porque luego hace frío. Llegas a las 9 de la noche en punto acaban de sentar a otras personas en una mesa y que no les consta nuestra reserva. Qué esperemos unos minutos, nos dicen... Qué falta de seriedad y profesionalidad. Respondo a su respuesta. No dijo unos segundos, nos dijo que nos esperásemos a qué quedase una mesa libre y no fue capaz de decirnos cuándo ocurriría eso. No mienta. No dijo , esperen que voy a averiguar el malentendido. Usted mismo o misma se retrata cuando se alegra de que puedan ser atendidos otras personas en vez de los que de forma responsable se presentan a la hora que le reservan. Unas disculpas habrían sido suficientes pero parece que ustedes son incapaces de ver sus propios errores. Es más se alegra en parte de que las personas que han reservado su mesa se queden sin cenar. Pues eso ya...
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