Hemos comido y cenado dos veces en este restaurante en menos de una semana y me ha sorprendido gratamente la calidad de la comida, la abundancia de los platos, su excelente preparación y presentación, su bien surtida bodega, y la rapidez, profesionalidad y amabilidad del personal de servicio. Aunque nunca habíamos pensado en La Terraza de Viesques como un buen sitio para degustar pescados, y por eso hacía años que no íbamos, las almejas, el pixín, la ventresca, y el rubiel que se nos sirvieron en estas dos ocasiones estaban impecables, y los calamares, los trigueros, y las croquetas que tomamos de entrantes muy ricos y abundantes. Si a eso se añade una bodega muy variada y bien escogida, y todo ello a unos precios más que razonables, es un sitio a tener muy en cuenta y al que merece la pena volver. Es cierto que el ambiente podría mejorar bastante separando del todo el comedor del bar, con el omnipresente televisor 'amenizando' por la fuerza las comidas y cenas de los clientes con ruido molesto para cualquiera que desee conversar a volumen civilizado, pero, incluso en eso, nuestra experiencia fue muy buena, porque bastó que el camarero nos oyera murmurar lo poco que nos apetecía tener a la vista un televisor emitiendo un partido de fútbol para que lo apagaran inmediatamente. No me fijé en si había clientes en el bar y alguno protestó, pero, egoístamente hablando, con nosotros el personal no pudo ser más considerado, apreciamos el detalle (que en otros sitios no habrían tenido), y pronto volveremos con mucho gusto a La Terraza de Viesques. Si nunca han estado en ella, les recomiendo...
Read moreThis is a very good restaurant in a quiet location. Well off the beaten path in Viesques, it's been around for many years. They have the best croquetas in Gijon, and a very classic selection of asturian food. The cachopos are fantastic. Combine that with friendly service and a nice atmosphere. This is my favorite restaurant in town, and only a few blocks from my...
Read moreComida rica pero servicio pésimo
Tres personas pedimos copas de vino, pone dos y cuando echaba la tercera se le acabó la botella. Me quedé con un dedo menos que mis compañeras. Al empezar a beber me di cuenta de que hay una mosca nadando en el vino. Le pedí a la camarera si me lo puede cambiar, me lo cambió (pero poniendo otro tipo de vino). Al ver la cuenta después, me fijé, que me cobraron esa copa que 1.no la tomé por la mosca y 2.era menos cantidad.
Varias veces intentamos a llamar uno de los camareros (a pedir sal u otras bebidas por ejemplo), pero imposible, pasaban de nosotras totalmente. Además, la camarera super antipática, daba sensación que la molestamos.
Si vuelvo algún día, será por la comida que estaba rica, y, asegurándome que ese día no está la camarera...
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