Restaurante Parrilla El Mancu — Restaurant in Gijón

La atención del personal lamentable, por la manera en la que sentimos que nos habían faltado al respeto, nos sentimos muy mal tratados (Éramos 9 personas para comer)

Antes de nada, mucha lentitud en el servicio, tardaban muchísimo para traernos la comida.

Por otro lado, una ronda de pan que pedimos nunca llegaron a traerla y una botella de agua tardaron más de 1 hora, porque no tenían, que se la tenían que traer.

Además, y aquí el problema de todo, habíamos pedido dos parrilladas, las cuales incluían ensalada (nunca nos las llegaron a traer).

Después de terminar las parrilladas, nos dimos cuenta de que no nos habían traído las ensaladas, por lo cual se lo comentamos al personal y las pedimos. La camarera que nos atendió, la cual dijo que era la dueña, nos dijo literalmente "Se nos debió de olvidar, ¿qué queréis que haga?" a lo cual le dijimos que si nos las traerían o si nos las descontarían, puesto que vemos lógico que no nos cobren por algo que no nos traen / algo que no comemos, a lo cual nos dijo (que nos sentimos vacilados) "si quereis os descuento 1€ por la lechuga", que si nosotros nos hubiésemos dado cuenta antes de que faltaban las ensaladas, que nos las traían, dando a entender que la culpa era nuestra por no habernos dado cuenta antes de algo que es responsabilidad de ellos, puesto que desconocemos si las ensaladas las traen al principio, a la vez o al final. Que era normal que pudiesen pasar estas cosas con "el matu" que tenían, el restaurante tendría que llamarse mejor "Restaurante Parrilla El Matu", por todo el descontrol que tienen. Si no pueden con todo, deberían de contratar a más camareros. Y que si nosotros "no estábamos preparados para comer/salir por ahí", cuando estamos acostumbrados a salir todos los fines de semana a comer a distintos restaurantes, puesto que somos un club de coches de Asturias y queremos testear distintos sitios, para los días que hacemos rutas/eventos, para poder llevar 50/70 personas y saber que vamos a los mejores sitios y que no vamos a decepcionar a nadie, y que todos queden a gusto, satisfechos y contentos con la comida.

Finalmente, nos terminó invitando a un postre (el más barato, que nos da igual la verdad, no queríamos que nos invitase a nada), para intentar quedar bien de alguna manera, pero la verdad que ya nos fuimos decepcionados.

Solo queríamos y hubiésemos agradecido que nos hubiesen pedido disculpas por no haberse dado cuenta de las ensaladas. Era tan fácil y sencillo, de primeras, pedir disculpas y, por ejemplo, no cobrarnos por las ensaladas, y listo, no hubiese habido malos rollos ni ningún problema y todos estaríamos contentos con la resolución del problema.

Es una pena, porque se come bien, pero este tipo de atención estropean toda la experiencia por completo.

Nunca nos había pasado. Esperamos que aprendan de sus errores y mejoren el servicio de atención al cliente, que es una de las cosas más...

Pedimos mesa a las 3 para celebrar un cumpleaños (un error garrafal). A las 3 y 30, después de insistir 3 veces (debe de ser un número mágico), nos tomaron la comanda. De entrante pedimos unas croquetas y una tortilla. Hubo 30 minutos de diferencia entre plato y plato (el número sigue pareciendo un chiste, sí, pero no teníamos humor para reírnos), además la tortilla estaba pasada y era precocinada. De plato principal pedimos una parrillada para 6 personas, la cual tardó una hora y media en salir desde que llegamos (tengo mucha experiencia haciendo barbacoas, me la hubiera preparado más rápido cocinando yo misma). Salió fría, sin sal e incompleta (faltaba la matachana). Nos informaron de que la matachana no quedaba, la porción en general era bastante pequeña. Pedimos hablar con la encargada que dijo literalmente: "Es que los camareros de aquí son unos incompetentes. Y yo no puedo multiplicarme". Sin comentarios, la verdad...quien quiere entender, lo entiende...Además la encargada empezó a perder los papeles, gritándonos, por lo que decidimos terminar la discusión. Mágicamente, apareció la matachana después de eso. Como antes nos habían dicho que no quedaba, una de dos...o bajaron a Gijón a comprarla o eran los restos de otras mesas. Pero el colmo era el momento del perro. En todos los merenderos de Gijón se permiten perros, obviamente no dentro, sino fuera...fuimos confiados con uno y nos encontramos con el cartel de prohibido perros. Pregunté explícitamente a un camarero si podía estar afuera en un transportín. Me respondió que sí. La perra estuvo dentro sin decir ni mú...quiero decir guau, todo el rato. Todo esto en la terraza obviamente. Cuando, habiendo pedido ya los cafés, se nos acerca un camarero y de muy malas maneras y con un tono elevado nos dice que no está permitido. Cuando le indicamos que fue su compañero quien nos dio el permiso, sigue gritándonos y diciendo que no. Como no había muchas opciones por donde...perdón, dónde meter a la perra, pedimos la cuenta y quisimos marchar. En la cuenta nos metieron los cafés que no habíamos tomado y los errores del camarero, de pedir una coca cola 0 y que te traigan el agua con gas...y bien que la cobran después. Así que encima tuvimos que revisar la cuenta. Cuando decía que quería que el cumple de mi mejor amigo sea inolvidable...no me refería a esto. De verdad, no vayais a este sitio, al menos que sea para...

Para no volver. La cena comenzó bastante mal. Después de q nos sentasen en una mesa, pasaron 20 min hasta que alguien nos viniese a atender (previa llamada de atención, ya que si no es posible que aún siguiésemos esperando). Aclarar que en esos 20 min llegaron varios comensales a varias mesas distintas y fueron atendidos de inmediato.

Pedimos varias cosas y una parrillada para cuatro (la cual nunca llego). Los platos fueron llegando con un poco de mal tempo, pero comprensible. Después de media hora desde el último plato llega la parrillada, ya dispuestos a repartirla vuelve el camarero y nos la retira de la mesa, que se había equivocado. Esta feo, pero vale.

Media hora más de espera, la gente llega cena, termina y llegan nuevos comensales. Las parrilladas no dejan de salir de la parrilla. Seguimos esperando. Le preguntamos al camarero, que parece querer evitarnos y nos da largas.

Le volvemos a llamar y le pedimos por favor que nos diga algo. Desde la mesa vemos cómo va hacia la parrilla, habla con el cocinero mientras esté último rebusca entre las comandas a la vez q niega con la cabeza.

El camarero no vuelve para decirnos nada, pasan los minutos. Cuando podemos le preguntamos que pasa con la parrilla. Nos dice que lo están emplatando.

Pasados 15 minutos me levanto pago lo consumido y nos vamos a medio cenar.

No sin antes quererme cobrar otra mesa que no era la mía. Con excusas como: "es que una parrilla tarda mucho" (si, pero no dos horas). Y diciendo que la encargada vendría a hablar con nosotros.

Entiendo que puedes perder la comanda, que tienes mucho trabajo, que se te olvida mi parrillada. Muy bien, vienes y me lo cuentas. Luego ya buscaremos juntos una solución o veremos qué hacemos. Lo que realmente me molesta es esa actitud de patio de colegio, poniendo excusas hasta que salimos por la puerta, escondiéndote, no dando la cara y por supuesto no reconociendo tus errores. Ya somos todos adultos para dar la cara y decir "perdona, la hemos cagado".

En resumidas cuentas: una muy mala...