Nunca suelo opinar de los lugares que voy a comer, ni bien ni mal. Pero en esta ocasión me ha molestado muchísimo el trato recibido por parte del personal del restaurante. No puedo opinar de la comida porque no he llegado a ir. Mi opinión se basa en la falta de respeto hacia mi persona que recibí por parte del señor que me atendió por teléfono, cuando ayer, sábado, llamé para cancelar una reserva que hice el viernes para cuatro personas. Sobre las 12 de la mañana llamé al restaurante para comunicarle que nos había surgido un imprevisto y no podíamos ir a comer, el señor que me cogió el teléfono no me dejó de terminar de hablar cuando se puso a gritarme diciéndome que no eran horas de llamar, que debería haber llamado más temprano y que era la cuarta reserva que le cancelaban. No me dejaba hablar, le intente decir que pensaba que no eran maneras de hablar con un cliente, y que si había llamado a esa hora porque consideraba el horario normal que los restaurantes tienen de atención al público, pero el seguía sin dejarme hablar y gritándome, que habían llamado 50 personas y no podían darle una mesa. Le volvió a insistir en que no entendía, su reacción, era la primera vez que reservaba y éramos 4 personas no 40, y que pretendía reservar para otro día pero visto su reacción creía que no, y , me contestó el señor que personas como yo no le interesaban que fueran al restaurante. En este sentido, solo quiere decirle a este señor que tengo 63 años y me considero una persona sería y con principios, que por ese motivo le llamé para cancelar la reserva, y que no me conoce de nada para darme esa respuesta y que debe tratar a todas las personas con el debido respeto que se merece. Así como, aconsejarle que nunca se sabe quién está detrás de un teléfono, que mi opinión le importará poco, pero puede atender a otra persona que tenga influencia en el público, y los negocios igual que están arriba pueden estar abajo. Lo único que le quiero decirle que lo siento, pero no volverá a ocurrir, porque no me verá por allí, se que no lo importe lo más mínimo, porque tendrá un 10 en la comida pero tiene en 0 en cuanto al respeto hacia las personas. Encantada de no conocerle. Que tenga...
Read moreLa gran sorpresa (por inesperada) de nuestra escapada serrana fue «Restaurante Jacaranda» en Higuera de la Sierra. Situado en un pueblo encantador, tranquilo y entorno privilegiado como es la Sierra de Aracena, se trata de un lugar ideal para disfrutar de una buena comida bien rodeado. Lo gozamos mucho en Jacaranda.
El Restaurante contaba con mesas en el interior aunque nosotros optamos por la opción de siempre. La de comer en su terraza. Esta vez se trataba de una especie de patio interior con mucho encanto. Te sentías en la Sierra de verdad.
Veníamos de realizar la «Ruta de senderismo de Charco Malo de Cortelazor» así que necesitábamos reponer fuerzas. Y para nosotros, la mejor forma de reponer fuerzas tiene un nombre: cerveza. Y aquí viene el primer punto a favor de Jacaranda: la cerveza venía muy muy fría. Perfecta. Empezamos bien.
A continuación, vino el camarero a indicarnos las sugerencias del día y recomendarnos algunos de los platos típicos de «Jacaranda». Segundo punto a favor: el servicio. Se trata de un lugar familiar con un trato exquisito que no defraudará a nadie.
Y llegamos al tercero: la comida. Nos encantó su comida (ay! esa crema de tomate 😋, de la que no tenemos foto). Cuentan con una carta bastante variada donde tienen cabida entrantes típicos como el jamón o las migas, platos de verduras como alcachofas o ensaladas, arroces, carnes o las especialidades de la casa: revuelto de morcilla y huevos rotos con jamón.
Os mostramos y, por supuesto, recomendamos, los siguientes platos: Sardinas marinadas sobre tosta crujiente y tartar de pimiento. Croquetas caseras de jamón. Secreto ibérico de bellota a baja temperatura con patatas parmentier.
«Restaurante Jacaranda» se trata de uno de los restaurantes donde más hemos disfrutando comienzo en la Sierra de Aracena así que os lo recomendamos desde ya. Fue una grata experiencia comer en aquel patio rodeado de amigos, con ese servicio tan cercano y amable, con esa cerveza fría y aquella maravillosa comida. Sólo tenemos palabras bonitas para «Jacaranda». Un lugar muy especial....
Read moreVoy a empezar con una digresión que no viene al caso pero que es curiosa. Hemos venido a este restaurante de rebote y guiados por Google Maps. Aquí el nombre aparece como Jacarandá, pero en la factura, mayo 2022, figura Jacaranda. Intrigado por el asunto y con la imagen de la ciudad de Buenos Aires en la memoria, he descubierto en el Diccionario panhispánico de dudas que “Jacarandá o jacaranda es un árbol americano de flores tubulares de color violáceo. La forma aguda, cuyo plural es jacarandás, se usa como masculina”. No voy a sugerir un cambio de sexo. Lo dejo a criterio del propietario.
La máxima de que para encontrar cocineros en la provincia de Huelva hay que desplazarse al Norte funciona aquí. En un bonito local, antiguo casino, recuperado con gusto y sin lujos, se practica una cocina sencilla, profesional y fundamentada. En la carta no hay pescado ni marisco fresco y sí presencia abundante de producto cercano.
Empezamos con unos lomos de sardina marinada sobre una tosta fina y un culís de tomate. Cero espinas, buena armonía en un aperitivo sencillo sin más. Después, el plato estrella, sugerido por la amable camarera: chicharrones. En este caso cocinados al estilo de Cádiz. Se trata de una pieza de panceta de cerdo ibérico cocida en manteca con especias y loncheada finísima en el momento. Se suele comer enrollada en un pico. Una mordida untuosa, tipo foie, cuya grasa queda amortiguada por la adición de un cítrico. En este caso lima rallada. Una delicadeza que justifica el viaje.
Los otros platos fueron unas alcachofas al ajillo. Las últimas de la temporada. Y unas manitas de cerdo deshuesadas con salsa de carne y un parmentier. Correctas. Los postres caseros: tocino de cielo y mousse de lima. En su punto de dulzor, ligereza y textura.
Servicio familiar y amable, bodega suficiente y precios ajustados.
Muy recomendable. Volveremos para tomar cochinillo y para maridar los chicharrones con un vino dulce. A...
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