Me arruinaron el día del padre.
En primer lugar quiero que conste que ya había ido a comer en otras ocasiones, quizás la más reseñable fue la del 31 de diciembre de 2020, donde comimos 8 personas.
La carta era aceptable con carnes a partir de 800 gr con precios según la maduración de entre 45 y 70 euros que junto al resto de la carta todo era muy aceptable, caro ya para ser Illescas y carne de vaca, pero aceptable.
Para el pasado viernes reservé con 7 días de antelación e indiqué expresamente que queríamos arroz, realizando la pregunta de si era necesario avisar con tiempo y si había un mínimo de comensales para ello. Me indicaron que no era necesario y que el viernes podía pedirlo sin problema sin un mínimo de personas.
Cuando llegamos mi mujer pidió el mismo vino rosado en copa que ya había pedido en otra ocasión, cuando la camarera fue a buscarlo vino con la indicación de que solo se vendía por botellas, un poco extraño para un simple vino rosado, ¿no? Finalmente pidió uno blanco que le sirvieron de forma muy escasa.
Cuando pedimos el arroz, la camarera consultó en cocina y vino con la noticia de que no se hacía arroz, que debíamos elegir otra opción de la carta. Le indicamos que habíamos avisado y simplemente se disculpó porque volvió a hablarlo con su jefe y éste le dijo que no podía hacer arroz.
Cuando elegimos otro plato (cabrito) tuvo que volver a preguntar porque dudaba que estuviese en la carta. Yo tenía claro cuál sería mi segundo, carne.
Cuando miré en la carta las opciones habían bajado solo dos (maduración de 30 o 60 días) con precios de entre 70 y 85 euros ¡menuda subida de precio! No obstante era un día especial y por supuesto es lo que había. Pregunté cuánto era el peso mínimo (en otras ocasiones me indicaron 800gr) y la camarera me dijo que 1kg, era un poco excesivo para mi, pero ¡OK! Tráeme por favor la de 60 días (la más cara).
Volvió a venir la camarera a indicar que su jefe le había indicado que la pieza mínima eran 1,3kg que es como venían partidos. Le señalé las piezas que tienen expuestas y le dije que cómo que venían cortados, ¿no lo cortáis vosotros? A lo que no supo responderme.
Le pregunté que si podría ser de 1kg aunque fuese la de 30 días de maduración a lo que respondió que no, que como mínimo tendría que ser 1,3kg en ambas opciones.
Le dije que si no había otra alternativa para comer carne de ese tipo y la única que me dio fue un solomillo de unos 230gr con un precio de 50 euros.
Pedimos la cuenta porque desde luego no pensaba pagar esas cantidades para tener que tirar comida o comer lo que no me apetecía. Me la trajeron (casi 10 euros por una cerveza, un vino blanco y una Fanta) y solicité hablar con la metre.
Muy educada me pidió disculpas por el tema del arroz, indicando que eso sí era culpa suya y me dijo que con la carne es lo que había, que si quería el solomillo…
Insistió en invitarnos a las bebidas y nos marchamos. Un día así a las 15:00 sin reserva no pudimos comer nada, arruinándome la celebración.
Sin entrar a valorar la subida injustificada del precio por una carne de vaca madurada en mantequilla, que estando en Illescas a precios de “El Capricho” con carne de buey, ¿creen que pueden dar este servicio a una familia que está dispuesta a gastar dinero en su local? ¿Por qué mienten como he visto en otros comentarios que no ofrecen 800gr o menos porque sería destrozar la carne cuando lo han hecho y lo he comido?
Me molesto en hacer esta exhaustiva reseña para que la gente esté en pre-aviso de cuál es la gestión y de cómo se han intentado aprovechar de una fecha de ese tipo para vender el máximo (más gramos, vino por botellas, etc) y la torpeza con la que se gestiona el trato con el cliente. Prefieren perder 200 o 250 euros antes que tener un gesto con alguien que ya ha ido en otras ocasiones y que además ha referenciado el local.
No voy a recomendar a nadie más el local, ya he hablado con las personas a las que les había recomendado o indicado que fuesen y no...
Read moreEl restaurante es bonito en el interior, aunque puede ser algo pequeño. En la página de El Tenedor vimos una carta bastante extensa y muy interesante, por eso reservamos. Al llegar al restaurante nos encontramos con una carta infinitamente más corta. Nos contaron que por el tema del COVID y las restricciones.
Pedimos pulpo, buñuelos de queso y foie. Los precios son algo altos, pero la calidad es bastante buena y sí que puede merecer la pena pagar los 22 euros el pulpo o los 18 del foie.
El problema de la visita vino en el segundo plato: la chuletada madurada de mantequilla. El camarero nos indicó que había varios pesos ya precortados: 800 gr y 1,5 Kg. Éramos 3 comensales y decidimos pedir 1,5 Kg de carne para compartir. En ningún momento nos enseñaron la carne antes, el peso o la pieza. Es algo extraño cuando pagas 65 euros por kilo.
La mesa de al lado pidió el mismo plato con un peso de 800 gr. Nuestra sorpresa fue mayúscula al encontrar que ambas chuletas eran prácticamente idénticas, la diferencia de tamaño era minúscula cuando se supone que había una diferencia de peso de 700 gr.
Nos presentaron la pieza ya cortada y con un hueso bastante pequeño. Tras degustarla nos quedamos con ganas de más, algo que no suele pasar cuando pides varios entrantes y medio kilo de carne por comensal.
Preguntamos varias veces por el peso real de la pieza y el camarero siempre nos indicaba 1,5 Kg. El 90% de las veces que salimos a cenar pedimos carne en un corte similar, por lo que sabemos cómo es una pieza de 1,5Kg. Esta no lo era, ni por asomo.
Para colmo, lo más normal es pensar que en un restaurante de este tipo, en el que te cobran 97,5€ por una pieza de carne, acompañarán el plato con una pequeña guarnición. La realidad es que te ponen la carne, los cuchillos para cortarla y nada más. Ni siquiera un plato de patatas o un poco de ensalada, ni un cuenco con sal extra.
Un plato de casi 100 euros que no es acompañado por nada y que tiene un peso que cuesta mucho creer hace que toda la comida te deje un toque agridulce. Todo ello a pesar de que la calidad de la carne era muy buena y quedamos contentos con los entrantes.
Para terminar, en el ticket de la comida la chuletada viene reflejada por unidades: Chiletada Mantequilla UND. 1,5. Ajustar el sistema de comandas al peso de los platos es algo totalmente necesario si quieres que el cliente sepa lo que paga y quede contento.
La comida hubiese sido de 8,5/9 si el plato principal se ajustase al peso que pagamos y si el restaurante hubiese incluido una guarnición a la altura. Por culpa de esta ¿situación aislada? la nota general bajó al 6/6,5.
Culpa de esta nota también la tiene una carta extremadamente corta en la que si eres un poco especial comiendo solo puedes pedir un par de cosas. Eso sí, podemos entender que en esta situación es complicado hacer acopio de género sin saber si vas a...
Read moreLa verdad es que le teníamos muchas ganas a este restaurante de Illescas, recién renovada su Estrella michelín. Y no sólo llama la atención por su cocina, sino porque te permite conocer la alta cocina a un precio muy pero que muy atractivo. Escogimos el Menú Barro, que de Lunes a Viernes cuesta 50€ e incluye un total de 12 pases y maridaje en tres platos principales. La verdad que una auténtica locura, si bien es cierto que las raciones no son muy grandes, es un menú que por calidad precio sale muy económico y te vas más que satisfecho. De los platos, se empieza con una mantequilla que es soberbia y un consomé de ciervo que quita el hipo, fantástico. De los siguientes aperitivos, el rollo de cebolla está muy bueno y bien presentado pero quizá no sorprende como debería; mención aparte se merece la oreja suflada, una maravilla donde las haya, con un combinación increíble con el gel cítrico, de 10; y el trampantojo de mandarina, que en realidad es paté de perdiz envuelto en una gelatina de mandarina, más llamativo que sabroso, pero original. La sopa de ajo, con la primera copa del maridaje Quinta de Aves, es un espectáculo; la raciones se queda corta porque está buenísima, muy bien presentada y cocinada en olla de barro. El siguiente pase son unos callos a la toledana que sí que es cierto que pican bastante si no estás muy habituado o toleras cierto grado de picor, pero desde mi punto de vista, otro 10. Y a continuación le siguen dos platos que para mí fueron los mejores de todo el menú y que se llevarían matrícula de honor: el escabeche de anguila y la trucha con pilpil de sus espinas y acompañadas de una copa de Avienne, un espectáculo que hace que la experiencia sea fantástica, para volver a repetir 1000 veces más. Y cómo último pase salado, el guiso de trigo con pato, muy sabroso. Como remate a esta fantástica comida, sus dos magníficos postres, tarta de limón y tocinillo con nata. Lo que sí eché falta en el restaurante es algún petit Four de acompañamiento con el café, quizá por poner una puntilla pero que en nada resta el fantástico menú que sirven. En cuanto al servicio, muy profesional y eficiente, además de agradable y simpático, aunque quizá deberían hablar un poco más alto para poder entender bien la explicación de los platos. El único problema y que sí me parece algo más importante es que la sala se llena de humo rápido y acabamos saliendo con olor a brasa. Como resumen, visita 100% recomendable,...
Read more