Restaurante Ikuspegi Berria — Restaurant in Iurreta

Es la segunda vez que acudimos a este restaurante, hay que decir que merece la pena asistir únicamente por las vistas, son espectaculares!

Al ir entre semana tenían la opción de menú, pero si no siempre tienes la oportunidad de comer de carta. Nosotros para comer nos pedimos 5 menús, tuvieron el detalle de sacar como mini entrante unos boquerones en vinagre mientras se espera a los platos. Un detalle que no les cuesta nada y que hace que al comensal le sea la espera mucho más leve.

De primero pedimos, ensalada de tomate, lasagna de verduras, ensaladilla rusa y revuelto de txampis y gambas. Todos los platos estaban riquísimos, en especial la ensalada de tomate, la calidad del tomate nos pareció espectacular, de hecho después de salir del restaurante todavía sigo recordando lo bueno que estaba esta ensalada. Volvería únicamente por volver a comerla.

De segundo optamos por entrecot de ternera, rape, chuletillas de cordero y rodaballo, que era el pescado del día que nos ofrecieron. Todo muy rico y jugoso, en especial los pescados. Y de postre pantxineta, tarta de queso y flan. El coulant lo pedimos de carta ya que no entraba en el menú y se nos antojaba algo de chocolate. Ninguno tenía nada para destacar pero estaban ricos.

El servicio es muy amable y atento, los precios en carta son elevados y el menú entre semana son 26€, es un poco caro pero comprensible por la calidad y productos que ofrecen. Recomendamos el sitio y...

¡¡No lo recomiendo!! Hemos estado otros años y la experiencia había sido mejor, pero está vez las cantidades han sido de vergüenza y el menú en general bastante pobre para pagar 100 € por cabeza, sumando un total de más de 1.500€ en la factura para 16 comensales.

Los espárragos a la plancha duros y secos, emplatados con el tamaño de un garbanzo en mayonesa. Los langostinos o gambas casi crudas. Las cantidades de bacalao estaban mejor, pero las cantidades de rape y de rodaballo fueron irrisorias. Sacaron un rodaballo con 9 raciones para 11 y después de repartir un par de raciones el camarero nos dice que se lo lleva porque está poco hecho. Nos tocó por cabeza, más o menos el tercio de una ración normal, menos mal que por lo menos nos tocó bien de ajo a todos que es un buen antioxidante, porque casi no probamos el pescado. Al parecer, en un menú de 100€ por cabeza no llegaba para sacar unas raciones de cualquier pescado decentes. Las chuletas emplatadas sin brasa y con cuatro patatas en un par de bowls, eso si, preciosa la vajilla, pero en cantidad no había ni una patata entera en cada cuenco.

El espacio es bonito, cuidado y luminoso, pero la comida muy mediocre. Está bien para ir a tomarte un vino y comer unas rabas en la terraza, pero nunca lo recomendaría para comer, ni aunque te sobre el dinero....

Las expectativas estaban altas sabiendo que el Duranguesado es una de las zonas imprescindibles para placer del paladar y la vista.

Ambiente tranquilo al llegar, entramos por la terraza del bar para disfrutar de las vistas.

El comedor es espacioso y agradable, con un ventanal que con permiso de la niebla (no en el caso de nuestra visita) hace que no quieras mirar al resto de comensales.

Hasta que llegan los platos.

Difícil decisión de entrantes, pero inmejorable el tartar maravillosamente aliñado, y la pata de pulpo a la brasa.

Entre los platos principales, bien de carne o de pescado, obviamente a la brasa, esta comensal decidió pedir el bakalao, pero quedó en una absoluta sombra tras probar el rodaballo, que de ración para 3 personas, fue el plato que se hizo imprescindible.

Cerrar con los postres que nos sirvieron hizo que la comida fuera redonda. Buena presentación, sabrosos, y nada empalagosos. (Falta vista de la torrija, muy jugosa y también acompañada de helado de nata)

La sensación al acabar quedaba lejos de haberse pegado una de esas comidas que te deja sin poder moverte durante horas, lo que es señal de buena cocina (y quizá de no habernos pasado mucho, a pesar de ser 5 bocas de mucho comer).

Experiencia muy recomendable para una ocasión de...