Yo también me equivoqué de restaurante. Era el otro, Venta Andrés, donde tenía que haber entrado. Pero entré en El Pedroso. Un camarero que parecía con prisas, entiendo que eran las cuatro de la tarde, nos indica que la cocina está cerrada y sólo quedan algunos platos ya preparados. Aceptamos. Yo pido rabo de toro, y mi acompañante también. Mientras esperamos con la bebida en la mesa, en otra mesa, a dos comensales le sirven el primer plato, y el segundo un ratito después. A nuestro lado, unos minutos después un señor ocupa otra mesa. Nosotros seguimos esperando. A este último cliente, le sirven su primer plato, y comienza a comer. Nosotros, pacientemente, seguimos esperando, (solo había que calentar). Unos minutos después, al señor, le sirven el segundo plato, y también, por fin, nuestro rabo de toro. Solo uno (habíamos pedido dos) Se lo hacemos saber; nos pregunta si queremos otra ración, y le contestamos que sí, que habíamos pedido dos, además era evidente que un plato para dos era, a todas luces, insuficiente. Unos diez minutos después, terminamos de comer la primera ración entre los dos, y volvemos a esperar. Pasa otro buen rato hasta que, el mismo camarero anodino y sin ninguna intención de solucionar, se acerca para preguntar si queremos alguna otra o algún postre. Nos desconcierta bastante la situación, y le recordamos que hemos pedido otro plato de rabo de toro. Sin inmutarse, nos contesta que no lo había oído, y se queda allí enfrente, pasmado mirándonos y sin reaccionar. No entiendo nada y le digo que no es normal, mientras me desconcierta su pasividad y languidez, y desaparecen las ganas de comer. Él sigue allí, clavado, con cara de burla, y sin reaccionar. Ante la situación rocambolesca, pido hoja de reclamaciones. No me la trae. La vuelvo a pedir... y nada. Así hasta cuatro veces. Inaudito. La comida estaba bien, pero no puedo dejar de exponer la actitud de un camarero aletargado, anodino, limitado y mediocre, que baja mucho de nivel...
Read moreMe recomendaron, yendo de Marbella a Cadiz, ir a comer al restaurante San Andrés que estaba junto al Venta el Pedroso pero al que me recomendaba, le entendí que era el mismo restaurante conocido con los dos nombres. Mi error fue que eran dos restaurantes distintos y entramos a comer al Venta el Pedroso pues fue el que vi primero y di por bueno. En mis 70 años de vida, nunca había estado en un lugar tan indigno de llamarse restaurante. No llega ni a una mala casa de comidas( llamarle comida a lo que yo experimente me parece excesivo). De los platos que pedimos mi esposa y yo fuera de menú del día, probamos la sopa, las lentejas y rabo de toro para los dos. En un local cutre, atendido con prisa por un camarero (desconozco si era el dueño), la prueba de lo solicitado: mal servido, insaboro, y dos trozos de rabo de toro a cada uno que sólo al verlo y después de probarlo le comunicamos al que nos atendía que nos costaba masticarlo y no tenía sabor a lo que nos contestó: "cada uno lo cocina de forma distinta" con lo que le pedimos la cuenta ( 24 €). Al venir a cobrar ese individuo nos pregunta si no queremos postre. Le decimos que si tenía helados polo almendrados y nos contesta que ese concretamente no entraba en el menú (el rabo tampoco entraba)y habría que pagarlo aparte, lo que nos dejó perplejos pues prácticamente nos íbamos sin comer y no eran capaces ni de ofrecernos otra alternativa ni incluirnos en ese importe dos helados polo almendrados Nos levantamos y al salir del local y ver otro restaurante de frente (el San Andrés) con el parking lleno de coches, nos dimos cuenta de nuestro error. Es el peor sitio de comidas ( llamarle restaurante nos parece excesivo) que...
Read moreServicio pésimo y propietario lamentable.Fuimos a almorzar un lunes y nadie nos informó de que tenían menú por lo que pedimos a carta. Una vez que pedimos los plato, a los 5 minutos nos enteramos por otro personal que había menú a 12€ (bebidas y postre incluidos) ya que se lo estaba cantando a la mesa de al lado. Menú con platos muy similares a los que pedimos en carta y en misma cantidad en el plato. Por lo tanto, avisamos a nuestra camarera para que por favor modificara la comanda y nos dijera el porqué de no darnos la opción del menú. Esta nos dijo que ella no tiene porqué informar y que ya habiamos pedido a carta, con lo que se negó a modificar la comanda. Abonamos una cuenta de 50€ sin postre y sin café, en lugar de pagar 24€ por dos menús (con bebida y postre incluido) que, podríamos haber pagado si nos hubieran ofrecido el menú o la trabajadora se hubiera dignado a modificar la comanda. El dueño se percató de la situación y no quiso ni mediar ni saber que habia pasado por lo que decidimos poner una hoja de reclamación. No tienen hojas actualizadas, no saben el código de registro de la hoja y para colmo hace una foto con el móvil porque sus hojas no tienen para copia. En fin trabajadores como estos hacen que los clientes no vuelvan y trabajadores de esta categoría son los que se suman a la baja calidad del servicio. Por cierto, coincidimos con 3 parejas más que estaban allí reclamando y quejándose de la falta de competencia del sitio. Al dueño si nos lee decirle además de todo lo que le dijimos allí, que para llevar un negocio hay que tener mucha empatía con la clientela y no abusar de los clientes y sobre todo tener educación, respeto y ganas...
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