Puntuación de una estrella debido a la imposibilidad de dejar la evaluación en blanco.
Es lamentable el trato recibido la noche de hoy por parte de la señora Vanesa, quien se presenta como "propietaria del restaurante". Después de haber sido clientes frecuentes del mesón, visitándolo en numerosas ocasiones tanto para cenas como para almuerzos, la experiencia vivida hoy ha sido tan desagradable que nos ha llevado a la firme decisión de no volver a este establecimiento.
En esta ocasión, nos encontramos en el restaurante un grupo de cinco adultos y tres niños, quienes estuvieron jugando en el suelo de la terraza con tizas lavables. La señora Vanesa se aproximó para ordenar a los niños que no pintaran en el suelo de la terraza, lo cual consideramos una reacción excesiva. Tras este incidente, la propietaria ingresó al bar sin brindarnos la oportunidad de poder dialogar con ella. Posteriormente, al verla salir, intentamos dirigirnos a ella de manera respetuosa para hablar en privado. Sin embargo, la señora reaccionó con agresividad, comenzando a alzar la voz, increpándonos e incluso profiriendo insultos por expresar nuestra opinión sobre su trato hacia los niños. Además, realizó comentarios a otros clientes del restaurante con un tono lo suficientemente alto como para que pudiéramos escuchar desde la calle, en los que se refería a nuestra actitud como padres con frases como "la poca vergüenza que tenemos por dejar que nuestros hijos pintaran" y sugiriendo que, según su opinión, deberíamos permitirles realizar tales actividades únicamente "en nuestras casas".
En cuanto a la factura, luego de haber abonado un total de 111,04 euros por nuestra consumición, nos cobró un suplemento de 0,60 céntimos por los recipientes para llevar una ración que no habíamos tocado, ya que el incidente mencionado nos dejó sin apetito, tanto a los adultos como a los niños.
Es importante resaltar que el trato por parte de los camareros fue en todo momento impecable y profesional, lo cual hizo que la situación fuera aún más desconcertante, ya que la actitud de la señora Vanesa contrastó de manera muy negativa con el servicio excepcional proporcionado por su personal.
Dado que se trata de mi reseña y no dispongo de la posibilidad de responder directamente a la del restaurante, procedo a modificarla para dejar constancia de que los niños, en ningún momento, se encontraban obstaculizando el paso. Estaban sentados junto a nuestra mesa, pintando tranquilamente, sin entorpecer el trabajo de los camareros; de haber ocurrido lo contrario, por supuesto que les habríamos indicado que dejaran de hacerlo. En la reseña del establecimiento se hace referencia a la educación que, supuestamente, deberían tener nuestros hijos, la cual, afirman, debe venir desde casa para poder acudir a un restaurante. Sin embargo, poco se menciona sobre la educación mostrada por la señora propietaria del Mesón Castellanos, tanto al dirigirse a niños de tres y cuatro años, como al dirigirse a nosotros, e incluso al alzar la voz hacia otros comensales, manifestando su desacuerdo con lo que, bajo su criterio, consideraba un comportamiento inapropiado por parte de los menores. Reitero que lo único que hicieron fue dibujar con tizas lavables en el suelo de un velador ubicado junto a una carretera. El establecimiento cuenta con cámaras de seguridad. Les insto a revisar detenidamente las grabaciones, analizar objetivamente lo ocurrido y asumir la responsabilidad que corresponda. Si la señora propietaria realmente posee la educación que afirma tener, le exijo que rectifique sus actos y sus palabras, ya que el trato que dispensó, tanto a los niños como a los adultos presentes, fue impropio de alguien que se presenta como profesional de...
Read moreComentó mi experiencia de hoy. He llegado al restaurante con mi hijo de 3 años y se ha ido a las colchonetas que están al lado del restaurante perteneciente de este. No es la primera vez que voy, la chica me comenta que ya no son 2h si comes allí. Que es 1:15. La cuál si sales se paraliza el tiempo y luego si entran se vuelve a contar otra vez. Hora la 13:15 Una amiga mía ha venido con su hija a las 14:00. La cuál ha entrado y nosotras dos nos hemos quedado en la terraza tomando algo mientras mirábamos la carta y pedíamos de comer. Cuando ha llegado la comida a las 15:00. Hemos sacado a los niños y después de comer sobre las 16:00 han vuelto a entrar. Nosotras hemos seguido allí sentadas. Ellos salían y entraban. Han salido 3 veces. Una para comer y dos para relajarse un poco. A las 17:00, 17:30 más o menos nos íbamos y he ido a por los niños lo cual me han cobrado 17€. Me parecía mucho y se lo he comentado a mi amiga y hemos ido a pedir explicaciones porque a ella no le han explicado las normas y a mí no me la han explicado bien o no me he enterado bien. Puede haber malos entendidos, no pasa nada. Pero las faltas de respeto y la tonalidad elevada no son adecuadas. La chica al decirle a mi amiga las normas que no se las había explicado previamente y ella daba por echo que yo le había dicho lo que me había explicado anteriormente y diciendo que los niños han salido a comer a las 16:30 cuando han salido a las 15:00 que el camarero que nos había antendido estaba allí corroborando lo que estábamos diciendo hasta que lo han mandado a callar ha llamado a la jefa. Ahora se ve que el tiempo que se tiran los niños fuera también contabiliza, no se paraliza. La jefa ha venido con malos modales. Diciendo soy la jefa con la voz elevada y mucha prepotencia diciendo que esas son las normas que si no las queremos que no traigamos a los niños y que se quedaba con las caras para no volver a ir más allí. La chica de las colchonetas alterada ya ha alzado la voz y ha pegado un golpe al mostrador donde están las colchonetas. Ahí ya he dicho yo que voces no nos diese y que quería una hoja de incidencias. Ha vuelto a llegar la jefa diciendo que mi amiga le había dicho "tía" alzando la voz. Cuando nosotras no hemos dado voces. Aparte no es la primera vez que voy y esta chica ya he observado que como algo no salga como tiene que salir habla de una manera inapropiada y está vez fue en otra ocasión que no tenía nada que ver ni conmigo ni con otros clientes. Ha salido el jefe para hablar con nosotras, una persona educada y sabiendo estar. Le hemos contado la versión y nos ha dado la hoja de reclamaciones, en ese momento pasaba por el lado la chica de las colchonetas. Mi hijo de tres años que estaba allí le hacía muescas a la que ella ha ignorado por completo. Posteriormente cuando ha salido le he dicho que un niño de tres años no tiene nada que ver con los conflictos que se tengan en ese momento. Hemos rellenado la hoja de reclamaciones y nos hemos ido de camino nos hemos dado cuenta que nos faltaba nuestro ticket pagado de la colchoneta. Al entrar otra vez al restaurante mi amiga le ha dicho a la jefa que si podía salir el hombre tan amable que nos había atendido en este conficto. Estaba en la cocina diciendo chico tan amable te llaman fuera. Riéndose y murmurando desde el principio. El hombre salió muy amable como desde el minuto uno nos dio el ticket y nos fuimos. La comida buenísima pero no tengáis malos entendidos porque así se expresan. Malos entendidos pueden suceder, pero se hablan las cosas. No se puede tener estos modales...
Read moreFuimos a comer al Restaurante Los Castellanos de Mérida el día 04/10/2025 y la experiencia fue muy desagradable. Nada más sentarnos, la camarera nos advirtió que tenían bastante lío en barra, algo totalmente entendible siendo las 14:30.
El problema vino cuando preguntamos por una fritura, ya que mi acompañante tiene varias alergias alimentarias y necesitamos verificar la ausencia de contaminación. Simplemente pedimos que, si venía con ensalada, la sirvieran aparte para el resto de comensales. La camarera comenzó a molestarse, elevando la voz y respondiendo de malas maneras, diciéndonos que “si no sabemos leer los alérgenos de la carta, ella no estaba allí para perder el tiempo explicando cómo cocinan”.
La situación fue a peor: nos dijo que no nos preocupáramos, que nos sacaba la cuenta, invitándonos a irnos sin comer. Ante nuestra petición de que nos atendiera otra persona, insistió en que no éramos bien recibidos allí, incluso llegando a ponerse de rodillas en un gesto totalmente fuera de lugar.
Una vergüenza que, en un tema tan serio como las alergias alimentarias, se trate con tan poca empatía y profesionalidad. Nos quedamos sin comer y con una experiencia lamentable.
Ojalá puedan tomar medidas y formar mejor al personal en atención al cliente y, sobre todo, en sensibilidad hacia las alergias, porque no es un tema menor. Espero que, si volvemos en otra ocasión, el servicio sea muy diferente.
Adjunto el ticket de las consumiciones que tomamos ya que nos sacaron la cuenta...
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