Bruma Restaurante — Restaurant in Mazarrón

Arrived at 1400hrs with no reservation, the restaurant was quiet with only a few tables occupied. Waited 5 minutes with no sign of any staff, a table of 4 arrived and first went into the restaurant before seating themselves, they were given menus, we still hadn’t been acknowledged, so following their lead I went inside, the waiter couldn’t have looked more inhospitable, we appeared an inconvenience, he told me to ‘wait one minute’ then headed from behind the counter towards me with food and said ‘move out of the way’, aggressive and stern, not somewhere I wished to remain to try the food & we left immediately, it created a terrible atmosphere & attention from the few...

La experiencia es, sin duda alguna, un bien para quien sabe aprovecharla. Bruma es la segunda casa de Eduardo Cerezuela, que en Fizz gastro bar abrió una ruta que en este espacio de amplia terraza y pequeño salón cambia ligeramente de dirección para proponer una cocina más sencilla y directa, y con un equipo de sala entregado, lo que siempre redunda en el beneficio del cliente, que se siente llevado en bandeja de plata. Carta donde se deja notar la importancia de las brasas, a través de diversas cocciones en Josper. Buen pan de dos panaderías de zona, uno de masa madre especialmente sabroso y otro con cúrcuma. Buenas regañas andaluzas. Copas grandes de la casa Alar, para una cortita pero bien seleccionada carta de vinos que trata de ofrecer magnífica botellas a precios correctos. En la carta encontramos unas conseguidas croquetas de jamón, de buen tamaño y que derrochan sabor que muestran que las bases culinarias son sólidas. No estuvieron acertados los berberechos, escasos de tamaño y de sabor antiguo, con una confusa salsa de mantequilla que hacía que el plato tuviera notas invernales. No demasiado propio para la época estival en que nos encontramos. Continúa la degustación un paso adelante con un clásico ceviche de mero, muy bien de textura, y de viva leche de tigre con buen punto de picante. Muy sabroso el calamar a la brasa, con buena mordida, acompañado de una salsa verde servida a parte. Rico el tuétano con steack tartar, y de cantidad abundante. Sobresalen los cuidados quesos que cerraron la comida. Pedimos media tabla. Estupendos de temperatura y sabor. Notable el trabajo de una atenta sala que siente verdadera preocupación y trata de manera gentil al cliente. Espacio que hay que visitar y dejarse llevar por las propuestas del día. Tengo la sensación que se agradece el interior en estos días de calor, y la terraza debe de ser muy agradable en los días invernales. Muy recomendable...

Hoy he visitado por primera vez este restaurante con mi mujer, al cual espero volver en cuanto tenga ocasión, ya que nos ha encantado. Toda la carta tenía una pinta buenísima, y al final hemos pecado de pedir demasiada comida, pero es que ha merecido la pena. Como entrantes, hemos tenido unas barendillas con anchoa (Las gilda de Bruma), junto con un par de croquetas de paleta ibérica y una ensalada verde de rulo de cabra. También hemos pedido unos huevos rotos fuera de carta, este quizá era el plato más básico, pero no por ello menos rico. Como plato fuerte pedimos un arroz con carrillera que se deshacía con sólo pinchar el tenedor de lo tierna que estaba, a la vez que el arroz estaba muy meloso y perfecto de punto. El arroz era para 2 personas, pero ponen una cazuela bien grande, y diría que puede salir un buen plato perfectamente para un tercer comensal al menos. Hemos dejado para llevar la mitad porque queríamos también irnos con un postre. En nuestro caso hemos pedido un coulant de pistacho con helado por encima, muy original y también muy rico (fuera de carta). El pan por cierto, es para destacarlo. Aparte de la comida, que estaba deliciosa, el local estaba impecable y decorado con buen gusto. Tiene terraza, pero al ser diciembre, escogimos el salón, donde hemos tenido una estancia cómoda, con música agradable de fondo. Un detalle, que para mí es de valorar positivamente en los restaurantes, es que la cocina queda a la vista de los comensales, lo cual genera una gran confianza y pone en valor el trabajo que se pone en cada plato. Y por último, el servicio ha sido exquisito, sacando los platos en orden y sin descuidarnos (nos han cambiado el plato 3 veces). Nos ha atendido fenomenal Paco y el resto del equipo. Así que no puedo más que recomendar a BRUMA, que espero que siga por...