Restaurante O Cancelo — Restaurant in Miño

Vinimos a comer un martes de verano mi novia y yo y la experiencia fue una auténtica aventura.

Llegamos a las 14:20 al restaurante, y pasamos aproximadamente hasta las 15:00 sin que el camarero nos dedicase una mirada. Tras esos 40 minutos, y tras ver como sentaba a medio restaurante menos a nosotros y a otra pareja, le pregunté cuánto nos quedaba, a lo que respondió: "¿Por qué tanta prisa?"

Una vez sentados, el servicio siguió siendo igual o peor. Primero nos puso los platos y las servilletas. Más adelante nos tomó nota y nos trajo las bebidas, sin abrir y sin vasos. Tras llegar los primeros, nos terminó de montar la mesa, aunque no se percató del detalle de que nos trajo 3 tenedores (uno sin lavar) y 1 cuchillo.

Tras tomar primeros y segundos, pasamos otros 30 minutos esperando por los postres.

Todo esto lo vivimos como unos "afortunados", porque cuando estábamos con los primeros vimos como la pareja que se había sentado con nosotros se despedía porque todavía no le habían ni tomado nota de las bebidas. También veías como otros comensales se levantaban ellos mismos a por los cubiertos o a recoger sus platos.

La comida en sí no estaba mal, aunque las raciones eran escasas.

El resultado: nos fuimos exactamente a las 16:42, todo esto renunciando a los cafés para no seguir tirando el tiempo.

En mi vida he puesto una mala reseña, pero lo de este restaurante no lo he...

Llevaba varios días con la intención de visitar este restaurante para tomar un café, pero mi experiencia fue lamentablemente agridulce. Al llegar con mi abuela de 94 años, nos sentamos en una mesa vacía que vimos disponible. Poco después, un mesero se acercó y nos informó que la mesa estaba reservada. Esto no era algo que pudiéramos saber, ya que no había ningún cartel o señal visible que lo indicara. Le pregunté si había alguna otra mesa libre y respondió que no. Señalé una mesa vacía, aunque sucia, comentando que solo queríamos tomar un café. Su respuesta fue que solo podríamos permanecer 15 minutos, lo cual para mí estaba bien. Sin embargo, al sugerir que nos acercáramos a la barra, desistimos porque mi abuela, por su edad, no podría hacerlo cómodamente.

El trato del mesero me pareció poco cordial, sin disposición ni ganas de atendernos, y con cero interés en buscar una solución. El restaurante no estaba lleno, ni siquiera a media capacidad, por lo que creo que hubiera sido posible recibirnos de alguna forma. En mi opinión, cada cliente cuenta, incluso si solo quiere un café, porque el servicio y la atención son la mejor publicidad que un negocio puede tener.

Si la actitud hubiera sido diferente, sin duda hubiéramos regresado. Pero esta primera experiencia dejó un sabor amargo, especialmente para mi abuelita, y tristemente no creo...

Trato diferente según de quién se trate. Nos dan cita alas 15h. Mesa para tres. Llegamos 15 min. antes. Nos sientan a comer 35 min más tarde. Nos abandonan otros 15 min. Nos tiran una carta, de la que pasaban por allí. 10 o 15 min más tarde, se acercan a tomar la comanda. Después de comentarnos que de lo que queríamos comer, entre ello lo que ellos anotaban como marisco, no quedaba nada, nos toman nota, por fin. Llega la comida y nos traen unas tapas raquíticas. Le pregunto al camarero (gerente) si podría traernos otra tapa más, a la vista de lo que había y me dice que no les queda. Al rato, se sientan tres comensales en la mesa de al lafo, alos queles obsequian con una bandeja hermosa de cigalas. Ojipláticos, nos fuimos hambrientos, pero mostrando de foema muy educada nuestra queja; ante esta, el gerente nos perdonó la vida comenrando que, claro, no tenía que habernos cogido la vez y que tenía muchos clientes de la zona a los que había que atender como es debído. Flaco favor le están haciendo a la...