Mesón Real — Restaurant in Molinaseca

La visita al Mesón Real, en Molinaseca, fue una experiencia difícil de recomendar. Desde el primer momento quedó claro que el cocinero debe tener algún tipo de fetiche con el pico de gallo, porque absolutamente todos los platos terminaban coronados con él, como si fuese el ingrediente mágico capaz de resolver cualquier carencia culinaria.

Pedimos un menú de 33 euros, un precio elevado para la calidad de lo servido. El menú, además, resultó carente de variedad: nada más sentarnos, la opción que dos de nosotros pensábamos pedir ya no estaba disponible. Lo lógico habría sido ofrecer la alternativa del entrecot con suplemento de 5 euros, pero en su lugar nos limitaron a elegir entre costilla o bacalao. Una falta de profesionalidad que, lamentablemente, se convirtió en la tónica de toda la comida.

Otro detalle impropio de un local que se pretende serio: las Coca-Colas servidas en distintos tamaños. Algo que puede parecer anecdótico, pero que denota descuido y resta coherencia al servicio. Y para rematar, el nivel de ruido del local fue insoportable, como si en lugar de un restaurante estuviéramos en una sesión de DJ en Ibiza, pero sustituida por un coro de voces de jóvenes y niños que hacían imposible mantener una conversación tranquila.

En cuanto al menú, lo iniciamos con una ensalada que presumía de frescura de huerta, pero nuevamente arruinada con el omnipresente pico de gallo, que aportaba menos que una botella de agua en una fiesta. Continuamos con el pulpo con mojo canario, cuatro mini patas a la brasa por persona, acompañadas de una patata y —cómo no— el infaltable pico de gallo. Correcto en ejecución, pero escaso y sin brillo.

El tercer primero, compartido, fue directamente de pesadilla: una fideuá “innovadora” con cilantro y pico de gallo (¡sorpresa!), cuyo fideo estaba más pasado que un guiri después de una semana bajo el sol de Benidorm. El sabor, correcto sin más, pero la textura hacía que uno se preguntase si Chicote saldría corriendo en cuanto viera semejante plato.

Los segundos se redujeron a las costillas, ya que el bacalao, aunque con buena pinta, parecía literalmente bañado en alioli. Las costillas venían acompañadas de patatas, mojo… y, por supuesto, pico de gallo, convertido en un mantra del cocinero.

El capítulo de postres fue, si cabe, más decepcionante. De tres que pedimos, uno no lo tenían. En este caso sí nos ofrecieron una alternativa: un bizcocho de chocolate que, sorprendentemente, fue lo más decente de toda la comida. La tarta de queso resultó ser de esas que se bañan en mermelada para camuflar su escasa calidad, y el tiramisú no era más que nata sin alma. Viendo el panorama, uno se pregunta si al cocinero lo sacas del pico de gallo y se queda sin repertorio.

Para colmo, la cuenta tardó más de 20 minutos en llegar, un cierre desesperante para una comida ya de por sí tediosa.

En definitiva, mucho local para tan poca cocina. El exterior del Mesón Real resulta atractivo y pintoresco, pero la calidad es pésima y no guarda relación con el entorno. Una experiencia plana, reiterativa y con más sombras que luces. Imagino que cualquier otra opción en Molinaseca ofrecerá una vivencia gastronómica más grata que esta...

Llegamos al Mesón 10 minutos antes de la apertura,la puerta estaba ya abierta con lo cual aparcamos dentro del parking del Mesón,a 5 minutos de la hora de la apertura llega una empleada del Mesón,la cual nos dice que aun tienen que poner las mesas que tardarían 20 minutos,decidimos esperar dentro del recinto ya que habían cerrado la puerta de entrada con nuestro coche dentro al igual que otra pareja que tubo que pedir que les abrieran la puerta porque les había quedado el coche también dentro al igual que nosotros,pasado dicho tiempo nos acercamos de nuevo a la empleada,y le preguntamos si les quedaba mucho,nos dice que aún le queda un poco,son ya las 19:20 y otra empleada nos dice que la puerta esta abierta que la podemos abrir nosotros mismos,una invitación a irnos vamos.Habia mesas ya preparadas en las cuales nos podíamos sentar mientras terminaban de montar el resto de la terraza.No se supone que la hora de la apertura se debe abrir con todo ya preparado y no tener a los clientes esperando a que se monte una terraza?? Porque esta claro que si abren a las 19:00 llegando a las 18:52 no les va a dar tiempo a tener todo listo,o se entra antes o se pone que se abre más tarde,porque lo mismo que nos paso a nosotros les paso a otras dos parejas más,para eso esta el Google,hay que tener un poco más...

Fuimos a cenar anoche al Mesón Real y la experiencia no pudo ser mejor. Hicimos la reserva atraídos por la publicidad de su fiesta, y realmente fue todo un acierto. Nos sentaron en la terraza, en una mesa comodísima y al fresco de la noche. El servicio fue impecable: los camareros fueron rápidos, atentos y majísimos, imposible pedir más. Para cenar pedimos la Parrillada Real, con una carne de calidad excelente. Y como complemento perfecto, durante la cena disfrutamos de un concierto de música en directo. Cuando terminamos, empezó lo mejor: ¡la fiesta con karaoke! Fue el broche de oro a una noche redonda. Sin duda, 5 estrellas: entorno agradable, cena deliciosa, ambiente festivo y una organización fantástica....