Día de la Madre
Visitamos por primera vez este restaurante ayer con motivo del Día de la Madre. La reserva disponible más cercana fue a las 16:00 h. El lugar es hermoso, amplio y cuenta con diversos ambientes, piscina, bar y estacionamientos, en su mayoría al aire libre. El mobiliario, visiblemente anticuado y de escaso gusto estético, desentona con la belleza natural del entorno. A ello se suma el uso de manteles y servilletas de papel, lo cual resta elegancia y confort a la experiencia.
Al llegar, nos ofrecieron únicamente carne o pescado. Mis padres optaron por carne, y yo por pescado. Nos sirvieron pan visiblemente quemado, solicité con amabilidad a la mesera (una joven de tez oscura) cambiarlo y lo hizo de mala manera, arrojándonos un pan que previamente ella había tomado de otra mesa, el cual había tocado con sus manos para comprobar que estaba frio. Esto generó cierta incomodidad durante el resto de la atención y nuestra desconfianza por las medidas higiénicas. No pudimos comer ese pan pero por supuesto lo cobraron.
Los entrantes fueron variados, pero algunos presentaban una estética poco cuidada o incompleta, como el embutido regional que tenia unos trozos tan gruesos que eran dificiles de comer, además se ofrecía en la carta con queso pero en nuestro plato no fue incluido. Debido a la hora, ya no quedaban varios productos, lo que nos dio la sensación de estar accediendo a un menú de las sobras del dia.
Principalmente acudimos por la paletilla de cordero, pero lamentablemente ya no estaba disponible. La ensalada fue poco atractiva en su presentación sin embargo destaco la calidad de los tomates. El salmón marinado estaba excesivamente aceitoso, y el pescado a la plancha que pedí fue realmente decepcionante: insípido, excesivamente graso (creo que le tiraron al menos medio frasco de aceite encima). Afortunadamente, el entrecot que solicitaron mis padres sí cumplió con las expectativas suave, de gran calidad y cocción y sabor perfectos.
El postre consistió en una porción escasa de frutas y un flan tan dulce que resultó imposible de comer. El café llegó frío, y los paparajotes estaban excesivamente azucarados, no pudimos comer nada de esto.
Nos informaron que la especialidad del lugar es el arroz, por lo que tal vez merezca una segunda oportunidad en ese aspecto. Sin embargo, considero que hay aspectos fundamentales que deben ser revisados y mejorados para estar a la altura del entorno...
Read moreMuy recomendable
Partía con las expectativas altas después de las muy buenas referencias y recomendaciones de amigos. A pesar de ello las cumplió con creces. Voy a dividir está reseña en varios aspectos que considero muy importantes a la hora de valorar un restaurante:
Comida Sin duda es el aspecto más importante en un restaurante, y en este caso está a la altura. Se trata de un menú cerrado compuesto de varios entrantes, el arroz y los postres. A nosotros nos tocó de entrantes: pan con sobrasada, variado de embutidos, ensalada con encurtidos y ensaladilla rusa de entrantes. Todos ellos muy buenos, aunque como pero decir que el embutido sale frío (de la nevera) y personalmente creo que la mejor forma de tomarlo es atemperado -donde la grasa ha fundido un poquito-. La ensalada quizás estaba aliñada con demasiado vinagre. Pasando a los principales, llegamos al arroz, nosotros pedimos arroz a banda y arroz con pollo. El arroz y pollo estaba increíble, de los mejores que he probado. El grano de arroz entero, con mucho sabor y una combinación de verduras ideal. En cambio el arroz a banda no cumplió las expectativas, aunque el punto de cocción fue bueno el sabor fue bastante flojo, distaba mucho de otros que he comido. Por último llegaron los postres, estos van en formato surtido y los acompaña un café de puchero. Los postres personalmente me gustaron mucho. La fruta en su punto de maduración justo y muy sabrosa. La tarta de queso cremosa y el tiramisú fueron sin duda los mejores, sabores y texturas muy conseguidos. Para finalizar el apartado comida, decir que las cantidades son generosas, hay que comer bastante para acabar con todo.
Servicio El servicio es tras la comida el aspecto que yo más valoro. En nuestro caso muy correcto en todo momento, tanto a lo largo de toda la comida como rato que nos quedamos después de comer. Agradables y eficientes en la gestión de los platos.
Ambiente/Decoración/Accesos En este apartado habría que darle una nota muy alta ya que cuenta con amplio parking para clientes. La decoración y el lugar en sí es una mezcla de elementos modernos con clásicos muy bien conjugados, con amplia zona de césped artificial y copas para el post comida. Es un lugar concurrido y el tipo de cliente que vimos fueron familias y comidas de empresa/negocios.
El precio del menú son 37€+Bebidas.
Por todo lo anterior, lo recomendaría y repetiría...
Read moreNunca había ido a Finca Santiago, pero por una recomendación he terminado por ir....Y la sorpresa ha sido grata. Restaurante ubicado a las afueras de la ciudad, alejado de todo ruido de ésta, mostrando que los grandes lugares están en pequeños rinconcitos alejados de la aglomeración. El concepto es muy sencillo; un menú de comida tradicional que se compone de una serie de entrantes que eligen el propio local y el plato principal a elegir por el comensal. En mi visita, el aperitivo comenzó con una deliciosa sobrasada casera que podías untar en pan de pueblo ligeramente tostado. Los entrantes se compusieron de una humilde pero muy bien preparada ensaladilla rusa, en la que no escatimaron en la cantidad de atún. Otro de los entrantes fueron caballitos, volvemos a un plato fácil de hacer pero igualmente fácil de fallar, en este caso, no fallaron. En la comida tradicional no puede fallar una ensalada, en la que en Finca de Santiago no escatiman en aliñarla con abundantes encurtidos y deliciosas hortalizas. También de entrante pusieron migas, ideales para días de frío y lluvia (justamente he ido en día de lluvia). Mi plato principal ha sido asado de paletilla de cordero en el que les han dedicado nada más y nada menos que 4 horas en prepararlo, y el resultado, evidentemente, espectacular, quedando una carne tierna y jugosa. Mis acompañantes han pedido arroz con conejo y caracoles, no he podido resistirme en probarlo, e igualmente, un arroz muy conseguido, me ha gustado que lo hayan servido en una paellera extra grande, quedando una capa fina de arroz. El postre ha sido variado, en el que han mezclado frutas variadas en su estado óptimo y postres caseros muy sabrosos. Y cómo no, para finalizar, han servido café de olla con anís seco y bizcocho con chocolate, sin lugar a dudas, éste último ha dado un broche dulce y final al menú. Salgo muy encantado con el lugar y sus pequeñas grandes delicias que...
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