Ubicado en un entorno privilegiado, a escasos metros de la Playa de Patos en Nigrán, el restaurante Mogo es mucho más que un local de playa: es una parada obligatoria para quienes valoran la buena comida, el trato cercano y un ambiente auténtico.
Uno de los grandes protagonistas de Mogo es, sin duda, su carne de altísima calidad. Las hamburguesas son el alma de la carta, y se nota el mimo en cada detalle: jugosas, sabrosas y perfectamente cocinadas, con ingredientes que realzan su sabor sin disfrazarlo. Para los amantes de las burgers, este sitio es un verdadero paraíso.
Pero lo que realmente convierte la experiencia en algo especial es el trato personal y cercano de Álvaro, el dueño. Siempre atento, con una sonrisa y dispuesto a hacerte sentir como en casa, Álvaro ha logrado que Mogo no sea solo un restaurante, sino un lugar donde uno quiere volver por la comida y por las personas.
Y como si todo esto no fuera suficiente, Mogo goza de una ubicación envidiable. Comer con el sonido del mar de fondo y con vistas a una de las playas más bonitas de Galicia es un auténtico lujo.
En resumen, Mogo combina calidad, cercanía y un entorno espectacular. Ideal tanto para una comida informal como para una cena con amigos viendo el atardecer. 100%...
Read moreWe four hungry pilgrims felt as if we had found heaven when we ate at Mogo. The staff were friendly and attentive and spent time chatting with us. The food was ‘off the charts’ good! We had burgers and frites and a (huge) club sandwich - all amazing and good size servings. We highly recommended this fabulous place! Thanks guys and Buen...
Read moreMucho tienen que espabilar si quieren consolidarse y hacerse un hueco en el mercado. La primera vez nos reservaron mesa para comer un martes y resulta que los martes es su día de descanso!! Con lo cual tuvimos que comer (por suerte) en otro de la zona. Le dimos una segunda oportunidad y tras comentarle el incidente con la reserva anterior, ni un comentario ni una disculpa... En cuanto a la comida, los platos que pedimos estaban en general bien preparados y con buena materia prima, pero la masa de las "picsas" no era la propia de una Focaccia, aunque estaba buena. Otra cosa fueron los postres, para empezar tras media hora de espera y tras reclamarlos, nos damos cuenta de que se había despistado de la comanda y otra vez ni una disculpa... La Tarta de zanahoria puro azúcar y de casera tiene bien poco y los panqueques (mejor llamarles filloas o crepes) un poco duros. Una pena la atención en mesa y la disposición del personal porque no le hacen justicia al trabajo...
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