Este bonito restaurante es todo un homenaje a Floreano, uno de los personajes más populares de la prensa gallega, y se encuentra junto al monumento inaugurado en su honor en julio de 2011. El propio Floreano nos observa continuamente desde su balcón, profusamente adornado de macetas. Nos quedamos una noche para cenar, ya que vimos una carta muy variada y con unos precios muy ajustados; además ofrecen un menú tanto de día como de noche, a 12 €, incluyendo primer y segundo plato, pan y postre casero o café. Nosotros nos decidimos por probar algunos de sus platos: una tosta de pan artesano con gambas al ajillo, una vieira a la plancha, una ración de mejillones en escabeche y una ración de croquetas de pulpo. Con un refresco, una pinta de cerveza, una caña, un extraordinario vermouth Petroni, hecho con albariño, y dos postres caseros, una cuenta de 37 € para tres personas. En la carta se advierte de que en terraza los precios de cada plato se incrementan en 20 céntimos; sin embargo, a nosotros no nos cobraron ningún recargo. Disfrutamos mucho; además del sitio tan agradable, la comida estaba fabulosa; no sé que destacar; los mejillones en escabeche, los mejores que he probado, pero absolutamente todo estaba de 10; además platos abundantes, sin ningún tipo de remilgos. Si a todo esto unimos una atención fantástica, está claro que se merece de sobra la máxima puntuación.