As travelers coming from New York. We we were extremely dissatisfied with the food. We ordered Monkfish that’s was prepared terribly. As soon as the waiter came out with the monkfish a bunch of flies came out of nowhere as well. It was really hard to pull the meat from the monkfish. It shouldn’t be hard at all. If you’re pulling apart monkfish meat it’s supposed to be soft and flaky. A clear indication that the monkfish was undercooked. We expressed how we felt about the monkfish being undercooked and we sent it back to the kitchen. The owner/ manager came out of the restaurant to talk to us with such anger. He wanted to know what was wrong with the fish. He told us that he just caught it today. We expressed to him that it was undercooked and he was not happy with this response. For the rest of the evening he had an angered look on his face and he kept coming back to look at our table giving us a nasty look everytime. Also the bread that they gave us as an appetizer was burnt on one side. I don’t know if this is supposed to be an authentic Spain food experience. But the only thing that we experienced was raw fish and flies and burnt bread. The waiters/service and atmosphere was good no...
Read moreComo chef con años de experiencia en cocina mediterránea y defensor del producto bien tratado y el servicio digno, pocas veces me he sentido tan frustrado en un restaurante como en mi reciente visita a Can Joan. Lo que prometía ser una comida agradable se convirtió en una prueba de paciencia y resistencia al calor.
Desde que cruzamos la puerta, nos encontramos con un ambiente sofocante. El local parecía una sauna: sin ventilación, sin aire acondicionado y sin la más mínima intención de crear un entorno cómodo para los comensales. No es solo una cuestión de confort: cocinar y servir comida en esas condiciones también pone en riesgo la seguridad alimentaria. Un detalle que, como profesional de la hostelería, me resulta imperdonable.
Pero lo peor aún estaba por llegar. Una hora de espera, literalmente 70 minutos para que llegara algo tan básico como un pan con tomate. No hablo de platos elaborados ni de una cocina al límite de sus capacidades: hablo de una simple rebanada con tomate restregado y aceite, que en cualquier cocina mínimamente eficiente no debería tardar más de cinco minutos.
La paella, que pedimos con ilusión, parecía un mal chiste. Pero para ser honesto, tras esa espera desmesurada para algo tan elemental, ya ni teníamos ganas de disfrutarla. Cada minuto que pasaba sin explicación ni disculpa añadía más decepción a la mesa. El personal, aunque aparentemente desbordado, no mostró interés alguno en comunicar, en disculparse o en buscar soluciones. La actitud fue directamente maleducada, sin ni un gesto amable ni empatía básica hacia los clientes.
Y mientras esperábamos, por si fuera poco, el ruido era ensordecedor. Un local mal gestionado acústicamente, donde el bullicio no se parecía al ambiente animado de una taberna, sino más bien a un gallinero sin control, gritos por todas partes y camareros corriendo de un lado a otro sin coordinación.
Lo que terminó de rematar la experiencia fueron los baños, absolutamente lamentables. Sucios, dejados, con olores desagradables y una falta de limpieza que rozaba lo insalubre. Como profesional del sector, sé que el estado de los baños dice mucho de la cocina que no se ve. Y en este caso, el mensaje era claro: dejadez total.
En resumen: una gestión desastrosa del tiempo, del espacio, del servicio y de la higiene. La cocina puede tener sus altibajos, todos lo sabemos, pero lo que viví en Can Joan fue una cadena de errores inadmisibles. Y lo digo no solo como cliente, sino como alguien que vive la restauración desde dentro y sabe perfectamente que servir con dignidad y respeto no es tan difícil, si hay voluntad.
Si me preguntan si volveré, la respuesta es clara: no. Hay demasiados lugares con alma, respeto y buena cocina como para perder el tiempo —y la paciencia— en...
Read moreTypical Catalan hearty food with a flare. So many appealing dishes, it was hard to decide. A great problem to have. The amuse bouche was a sip of savory soup. Then came DIY pa amb tomaquet with all the correct ingredients. Bring an appetite because portions are generous. An excellent wine list with many local options, all reasonably priced.
We had attentive and helpful service from a thoughtful team. Menus offered in Catalan, Spanish and English. Lots of fresh seafood available - take note of the daily list by the door. Can Joan is proud of their 0km items, some from their own garden.
When we arrived at 1330 there were many tables enjoying food and conversation. It was loud! When we visit next, we'll plan to one later as it was far less...
Read more