We popped in here for dinner as we're staying in the Hotel Son Net and tired of the restaurant there after a couple of night's, was by far the best meal quality/price in the village/town. As mentioned by other reviewers, this place is not a fancy Dan type resto, it is good food, good prices, and where the locals come to drink and eat. The waiter/owner had as much English as we had Spanish but everything worked out great by a little understanding on either side. We ended up eating here both of our last nights in...
Read moreUbicado en el corazón de Puigpunyent, "Can Jordi" se ha convertido en un verdadero oasis gastronómico que combina un ambiente cálido y acogedor con un servicio excepcional. Desde el momento en que entras, te envuelve una atmósfera vibrante, adornada con decoraciones que evocan la cultura local y una suave música de fondo que complementa la experiencia.
Una de las estrellas del menú es, sin duda, la milanesa. Tienen tanto la milanesa de ternera como la de pollo, y ambas son simplemente irresistibles. La milanesa de ternera se presenta crujiente y dorada, con un empanizado perfecto que resalta la jugosidad de la carne. Cada bocado es un deleite, equilibrando sabores y texturas que te hacen querer más. Por otro lado, la milanesa de pollo es igualmente impresionante; tierna y sabrosa, logra esa misma crocancia que la convierte en una opción ideal para quienes prefieren un plato más ligero.
Además de la comida, la atención del personal es digna de mención. Desde la amable bienvenida hasta la atención constante durante la comida, cada miembro del equipo se esfuerza por hacerte sentir como en casa. Sus recomendaciones son acertadas y siempre están dispuestos a atender cualquier solicitud con una sonrisa.
En resumen, "Can Jordi" no solo ofrece unas milanesas de ternera y pollo que son una delicia, sino también un entorno donde la hospitalidad y la buena comida se unen para crear una experiencia memorable. ¡Definitivamente un lugar...
Read moreEmpezaré por lo positivo: los pasteles están realmente buenos. A partir de aquí, no me queda nada más positivo que decir. Hemos venido dos veces, las dos han sido para no volver... La primera vez estuvimos más de 30 minutos hasta ser atendidos, entendemos que con las restricciones haya más trabajo desinfectado y demás, pero el sitio muy grande no es y con 3 camareros irían sobrados, pero la organización es nula y todos corren como pollos sin cabeza, estresados. Recogiendo mesas cogiendo las copas usadas metiendo los dedos dentro, y luego sin lavarse las manos preparando el siguiente gin tonic. Delicioso en tiempos de corona, lo sé. Fuimos a pagar y la muchacha hacía caja, y en vez de preguntar si nos importaría pagar con tarjeta para no descuadrarle lo contado, nos dijo mal y con un tono totalmente inadecuado "no podéis pagar ahora!" y nos acabó cobrando otro compañero con tarjeta más tarde, con ella gritando de fondo "ya les he dicho que no pueden pagar ahora!". ¿Perdón? Hoy hemos vuelto para comprar pastel para llevar a casa, ¿Qué podría salir mal si están buenos y nos los llevamos para evitar ese trato con el cliente? Se ve que hay dos medidas: si comes ahí y si te lo llevas, porque los han cobrado por unos trozos que, comiéndolos ahí habrían sido el doble de grandes. Literalmente. Un mal día lo podemos tener todos, pero nosotros después de dos intentos ya no...
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