Fuimos a comer un grupo de 4 personas y la verdad que nos decepcionó tanto la calidad del producto como el trato del personal. Si bien es cierto que hacía ligero mal tiempo (nada fuera de lo común un diciembre en la costa gallega) nos sorprendió la falta de producto del restaurante. No había posibilidad de elegir ningún tipo de pescado ni marisco, ya que según nos explicaron, el producto iba con retraso. Puntualizar que la reserva era a las 15:00 de la tarde… Viendo nuestro descontento nos ofertaron la posibilidad de escoger un menú “marinero” por 18€, viendo lo limitado de las opciones, decidimos decantarnos por este; aunque el hecho de preguntar que pescado entraba en el menú y obtener como respuesta “creo que Lubina” nos hizo desconfiar. Hay que decir, que anteriormente habíamos estado tomando algo en otro bar cercano en el cual no tenían problema de producto ningunos. Para empezar, en el menú aparecían croquetas de marisco, las cuales fueron de chipirón en su tinta (desconocemos el por qué) si bien es cierto, que como estaban ricas, no le dimos mayor importancia. Posteriormente nos trajeron volandeiras (2 x cabeza) y pulpo con cachelos… Respecto al pulpo, hay que especificar que eran 3 tentáculos por cabeza del tamaño de un dedo meñique… Finalmente, el plato principal era lubina a la plancha con verduras. Y aquí comenzó la odisea. Hay que tener en cuenta que el menú era cerrado, y que en el local habría como mucho 4-5 mesas ocupadas… es decir, no había excesiva carga de trabajo teniendo en cuenta las dimensiones del local. Al traernos la lubina, nos encontramos con un filete ridículamente pequeño, acompañado de unas verduras toralmente frias. Lo comentamos a la camarera, que retira los 4 platos y vuelve al cabo de 10 minutos con los mismo trozos de lubina (evidentemente más pasados al ser recalentados) y nuevamente las verduras frías. Se lo volvemos a comentar, y por tercera vez, cambio de plato para nuevamente traer las piezas de lubina (que evidentemente ya no sabíamos de quien era cada una) para encontrarnos con un plato revuelto y que después de hora y media de espera ya no era ni apetecible. Finalmente rematamos con el postre y nos decantamos por la tarta de queso; tamaño ingente (mucho más grande que cualquier otro plato) y con un sabor excesivamente fuerte incluso para los amantes del queso. Finalmente, después de todo el mal trago, el personal decidió descontarnos el 50% de la cuenta total… un detalle. Pero todo lo ocurrido nos arruinó la comida. No era la primera vez que íbamos, pero esta claro que el hecho de ganar fama le ha hecho perder calidad en...
Read moreBemboa is a must just for the location and the design of the place, so you must go there at least for a drink.
It is also an excellent place for food, but not probably for big groups as we did as they get a bit lost with too many people.
Food is excellent: either braised local fish, T-Bone steak, great starters or delicious home made desserts (cheese cake is amazing and totally different to the usual one).
Service good although -again- overloaded when the place is crowded.
Tip: you must check the bathrooms...so cool!
Illustration: 1,8kg T-Bone steak for 70€.
Labels: 2eat, 2drink, #mediterranean, #galician, #terrace, #views,...
Read moreAyer domingo hemos ido a comer y aunque llamamos a las doce de la mañana para una posible reserva, ya no era posible, lo cual es lógico. La persona que nos atendió nos dijo que podíamos comer en la terraza, que nos apuntaramos y que nos avisaría de una mesa libre. Así fue, esperamos un rato degustando una cerveza mientras admirábamos las vistas.
Llegó el momento de sentarnos en la terraza y pedimos de entrante dos vieiras, en dos estilos diferentes de preparación y de segundo dos de pulpo a la brasa y una botella de Albariño. Mientras tanto nos traen los cubiertos que plantan en mitad de la mesa. Autoservicio. Cada uno coloca su cubierto en su sitio. En resumidas cuentas, el cliente, por estar en una terraza participa y echa una mano a los camareros. No nos importa, ni se nos caen los anillos siempre y cuando la ausencia de servicio tenga una rebaja económica en el precio final de la consumición. Porque a buen seguro, lo que se consume en la terraza tiene el mismo precio que en el restaurante.
Mención aparte para el momento de servir lo pedido. Yo no sé si es que al comer en una terraza baja el nivel de los comensales, pero nos sirvieron el segundo plato antes que el primero.
El pulpo estaba bien (no hace falta ser una chef de la guia michelin para que salga bien, pues el octopus vulgaris, pone también mucho de su parte) pero las vieiras fue otro cantar. Diría que mi madre las hace mejor, pero bueno, será cuestión de gustos.
Los postres estuvieron muy bien. Todo hay que decirlo.
La idea está muy bien, la cetaria, la puesta en escena, pero hay algo que en el acabado final chirría un poco y desluce todo lo...
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