Ya sabemos lo que se esconde en La Trastienda: todo lo bueno. Google sólo tiene 5 estrellas para puntuar, qué pena. Por el tono que va a colorear mi crítica, cualquiera podría pensar que soy prima hermana del dueño, pero no. Sólo soy una turistilla más entre un millón, lo cual da más valor a esta crítica, porque, como persona de paso, como nómada veraniega que por desgracia no será parroquiana habitual de esa barra, (ay...! quién pudiera vivir en el Rincón de la Victoria!) podría haber sido tratada como en tantos otros lamentables sitios con ideal ubicación y por ello escaso esfuerzo. Seguro que obviaré alguno de los agradables detalles que viví en La trastienda, destacaré únicamente aquellos con los que casi se me saltan las lágrimas. Llegar a una terraza en segunda línea de playa (Avda. del Medíterraneo) a la hora de comer en plena temporada alta y que esté llena no es nada nuevo. Lo que sí es nuevo para mí es que en esa tesitura, el camarero sin que se lo comentes, sugieras o susurres en sueños se arremangue para... OJO! montarte una mesa A LA SOMBRA, siendo la envidia del resto de la humanidad allí congregada. Y que te sientes... y digas... tienes Mahou? y ese camarero que más que un camarero parece un ángel, o un mago, o un genio que concede deseos sin ni frotarle el lomo ni nada, te diga ... "Sí" y te traiga un tercio helado en plena canícula y una tapa refrescante y sabrosa GRATIS... Y que veas la carta, sencilla, económica, y ese camarero te cante sus bondades con honestidad, sin ánimo de darle salida al género que ya casi navega en la barca de Caronte. Que pidas...y traigan a tu sombreada mesa producto local, fresco, recién hecho, rico, muy rico. Que te pongas morado y te agobies pensando que ahora tienes que quedarte en bikini con esa barriga. Que ese camarero amable, que ha pasado toda la velada pendiente de tí, rápido, atento, AGRADABLE, haciéndote sentir como en casa, te traiga un café y que tenga el gesto que lo eleve ya a otro nivel, no sé, si hubiera una Universidad de profesionales hosteleros, Jose, sería el Rector. A mí, turistilla playera, una más entre cientos, me agasajaron en La Trastienda con un detallito dulce delicioso para acompañar mi solo con hielo. No tengo la suerte de vivir en el Rincón (aún) (aprovecho para decir que si alguien lee esto y busca en su empresa una trabajadora como poco locuaz, heme aquí buscando la manera de vivir mis días malacitanamente) pero si lo hiciera, me habrían ganado con tan buen trato y tan buena comida, y sin duda, tendrían feligresa para rato. Por último. Ir al baño y tras refrescarte disponer de un dispensador de colonia fresca para bebés, gratis. Lo mejor: Jose. Ese camarero vale ORO, a su jefe le digo, con su permiso, que la mitad al menos de su éxito se lo debe a él. Lo peor: que no pueda ir allí...
Read moreEste es el segundo año que vamos a este bar ya que si el año pasado nos gustó mucho este año también. En cuanto a la comida, calidad, servicio, personal son unos verdaderos profesionales. La comida esta exquisita, las veces que hemos ido hemos pedido el tartar de atún, las alcachofas con jamón, ensaladilla rusa, langostinos al pil-pil, solomillo relleno con queso de cabra, todas las tostas que tienen en la carta y sobre todo pedir el flamenquín. Todas las patatas fritas que ponen en la carne son caseras. El servicio de Jose fue simplemente excepcional. Desde que llegamos, nos atendió con una sonrisa, amabilidad y una atención al detalle que marcan la diferencia. Estuvo siempre pendiente de todas las mesas, con un trato cercano pero profesional, haciendo que nos sintiéramos como en casa. Sus recomendaciones fueron acertadas y se notaba que conoce bien su trabajo. Sin duda, un camarero de diez. ¡Gracias, Jose, por una experiencia tan agradable de parte de la chica de las alcachofas con jamón. También le ponemos otra reseña muy buena a la camarera (lo siento pero no nos quedamos con su nombre) que también nos...
Read moreEn pleno centro de Rincón de la Victoria, junto a la Plaza Al Andalus, encontramos este establecimiento, con un amplio salón interior y una agradable terraza. Su carta se compone de ensaladas, entrantes, varios tipos de carnes y molletitos. También ofrecen pescado y plato del día, así como sugerencias fuera de carta. Elegimos dos medias raciones de croquetas (de cocido y de bacalao), dos hostiones y, como platos principales, milhojas de ventresca y San Jacobo XXL. Con una maceta de cerveza y un refresco, una cuenta de 38 € para dos personas. La casa nos obsequió con un aperitivo de chorizos al vino. Todo estaba muy bueno, el San Jacobo, gigante y muy bien hecho; los hostiones, fresquísimos. Por poner un pero, las milhojas de ventresca no eran tales, sino un timbal; el nombre induce a confusión, aunque no es el primer lugar en que me ocurre esto; de todas formas, estaba buenísimo. Mención aparte para la atención; el camarero que nos atendió, un auténtico profesional, pendiente de todo y llevando él solo toda la terraza de una...
Read more