Restaurante Mesón de Juan — Restaurant in Ruidera

Extremadamente lamentable la atención por parte de 2 de los camareros que sirven las mesas de la terraza. Fuimos ayer dia 14/agosto/2019 a cenar a las 21:45, eramos 8 personas para cenar y habia 2 mesas libres y una al lado de la otra de 4 personas cada una de ellas. Nos pusimos en la entrada de la terraza para que nos atendieran y viendo que nadie venía decidimos decirle al primer de los camareros que si tenian mesa para 8 y nos contestó de muy malas maneras que no, que en este momento no tenían nada. Le dijimos que no nos importaba esperar el tiempo que fuera necesario y nos dijo "no, no va a haber sitio" (habiendo 2 mesas libres en las que entrabamos los 8). En ese momento llego una pareja de 2 personas que nos preguntaron si habia que reservar y les dijimos que ni idea, que estabamos intentando cenar pero que nos decian que no habia mesas libres. Decidio esta pareja preguntarle al mismo camarero que nosotros y segun les pregunto les sento en una de esas 2 mesas para 4 que estaban libres, asi como otra pareja que llego a continuacion. Nuestra cara era un autentico poema viendo lo que estaba pasando. Decidimos hablar con otro camarero para explicarle lo sucedido y nos contestó exactamente igual que el primero, de muy malas maneras y sin ni siquiera pedir disculpas por lo ocurrido. Jamas nos ha ocurrido algo semejante en ningun restaurante, que los trabajadores nos hayan tratado de esa forma tan despreciable. Espero que esto llegue a quien pague las nomimas de esos empleados y vea que tipo de trabajadores tiene atendiendo su negocio y si por un casual uno de los 2 que nos atendio es el dueño, decirle que no volveran a ver un euro gastado ni por nuestras familias ni amistades con las que vamos a cenar a...

Te ha pasado que cuando estás en un pueblo que no conoces, y preguntas a algún lugareño "¿dónde se come bien por aquí?" y la respuesta jamás es errónea? Pues mi experiencia de hoy ha sido en el Mesón Juan. Por desgracia no he podido disfrutar del menú degustación (por ir solo, ya que es para 2), pero el dolor desapareció cuando descubrí que el universo me daba la posibilidad de elegir cualquier plato de la extensa y cuidada carta de gastronomía manchega. De nuevo regresó el pesar, ya que mi estómago no sería capaz de engullir todo lo que mis ansias deseaban y mi cartera me permitía. De modo que tuve que limitarme a un primer plato, asadillo con bacalao (pimiento rojo asado con tomate, ajo y cominos), típico de Castilla La Mancha y de segundo unas chuletillas de cordero de lechal. Todo bañado con una botella de vino de la tierra de Castilla de uva Syrah. Deliciosa mezcla que disfruté chupándome los dedos salados por gracia de las chuletillas. Otra vez triste, no soy capaz de poder pedir un postre (que al verlos pasar a otras mesas despertaban una mezcla de gula y lujuria de la que me tuve que abstener). Café cortado y un chupito de patxarán como colofón para esta orgía gastronómica. La atención por parte del personal fue excelente y de la calidad de la comida solo podría decir maravillas. Mi camarero se llamaba Poli y fue un ingrediente imprescindible para esta inigualable experiencia...

Nos habían hablado del restaurante muy bien, pero el trato fue lamentable. Llegamos para cenar dos familias con niños (9 personas) sobre las 22:00 horas. Al llegar nos dice el encargado que no había mesas, (pudiendo contar hasta 3 en la terraza libres y el salón interior prácticamente vacío). Les dijimos que veníamos con niños y no nos importaba que estuvieran en mesas separadas de los adultos. Nos dijo que las mesas estaban reservadas, les comentamos que esperábamos, ya que era tarde, al ser fin de semana estaba todo lleno y al ir con niños preferíamos esperar a ir dando vueltas. Pasaron más de 20 minutos y las mesas seguían libres, y alguna familia que se levantó y marchó dejó la suya también, al acercarnos para preguntar, la respuesta fue que cerraban la cocina a las 23:15 y que ya no podían atender. Al decirle que habíamos llegado a las 22:00, simplemente se encogió de hombros y se dio la vuelta. Lamentable el trato, la espera innecesaria y el hecho de no habernos querido atender y más al ver que había niños pequeños. Hay otros restaurantes como El Victoria, que están geniales y si os dais un paseo por las Lagunas encontraréis algunos...