Es un sitio al que probablemente merezca la pena ir un jueves de enero, un domingo de agosto nunca.
Después de 20 minutos esperando encajonados en la mesa sin tomarnos nota de nada, conseguimos llamar la atención de los camareros, que salían a respirar un poco, ya que dentro era una sauna. Un sitio acogedor en invierno y agobiante en verano.
Por fin nos traen la carta y... Sorpresa!!!! Es un menú especial de 33€. Y además nos dicen que, si pedimos de la carta, lo que pidamos va lo último en cocina, y que están ya sobresaturados, así que más que comer sería merendar. A eso se le llama cliente cautivo, porque una vez sentado y consumiendo es muy raro que ya se levante, y más un domingo de agosto... O también dueño aguililla.
En ese momento que ves tu vida pasar por delante y sientes un escalofrío, es bueno seguir tus instintos y salir corriendo. Pero desgraciadamente el caos, la confusión y el calor se apoderaron de nosotros.
Media hora después de haber pedido, empiezan a llegar los primeros. No todos, claro. Terminamos los afortunados y vemos que llegan los platos que habíamos pedido a otras mesas que habían llegado mucho después. Y es que... No había nadie asignado a la terraza, todo el mundo buscando la mirada perdida del camarero que trataba de huir. Cada vez salía uno distinto, a veces en muchos minutos no aparecía nadie y la gente que llegaba se iba sin ser atendida (afortunados, no saben de lo que libraron).
Aún no han llegado los primeros de todos y otros hemos acabado, así que entran a acompañarnos... Las moscas!!! Una manera de optimizar el trabajo de los camareros es unificar tareas. Si en vez de retirar cada consumición, lo acumulas, con ir una vez al final es suficiente, y eso ahorra mucha mano de obra además de atraer moscas. Aunque no haya sitio en la mesa para nada. Bueno, para las moscas sí.
Por fin llegan los segundos y los primeros que faltaban, todo junto. Las moscas nos ayudan a comer y a refrigerarnos, ya que al espantarlas nos medio abanicamos.
A los postres no llegué, sólo quería levantarme lo antes posible. Además, había un cable con cinta aislante a la altura donde estaba sentado uno de los niños, con el que se frotaba siempre que salía o entraba en el lugar donde estábamos encajonados... Escalofrío.
La cuenta llega, pero estaba mal, claro. A los niños les pedimos una tabla de quesos y en efecto, nos trajeron una tabla y unas muestras de quesos encima. Al parecer en verano las raciones menguan, y su precio crece, ya que aparecía en la cuenta como tabla de embutidos, 4€ más caro. También las bebidas, refrescos, una copa de vino y cerveza; que al parecer si no pides el tinto-gaseosa peleón que va incluido lo tienes que pagar... Tratamos de explicar que ya habíamos sufrido bastante maltrato y supieron rectificarlo +1.
Sugerencia para un posible cliente:
Si alguien te ha recomendado este sitio o te sale con buena puntuación y quieres probarlo, adelante. Pero mi recomendación es que nunca vayas cuando puedan estar un poco a tope, ni en fin de semana, ni agosto, ni Semana Santa, ni Navidad, etc. La comida es buena, mis felicitaciones a la cocina. No te ponen mucho, así que si vas con hambre quizá no es el mejor sitio. Los platos son de esos enormes para la foto, al menos con el menú especial de 33€ (en algo se tenía que notar el precio, supongo)
Sugerencias para el dueño:
La casa torcida tiene una puerta pequeña y un escalón que dificulta entrar o salir. Si en la terraza caben 8 mesas no es buena idea que haya 12, y menos haciendo un mini pasillo que hace que los camareros parezcan del Circo del Sol.
Dentro, la sensación era de un episodio de pesadilla en la cocina. Cocineros gritándose y camareros desorientados. No es culpa de ellos. Falta alguien que organice, que se haga cargo de llevar adelante el negocio, no sólo pasar el datáfono.
Si hubiera puesto 2 mesas menos en la terraza y hubiera asignado a un camarero sólo ahí hubiera generado mucho más dinero. Se pierden consumiciones si no hay nadie atendiendo.
Resumen:
El próximo día prefiero un bocadillo que...
Read moreEn primer lugar reservamos un miércoles para un domingo viendo que el menú de fin de semana soon 29,90. Al llegar allí vemos que es 32,50. Ese ha sido el menor de los problemas. Nos hemos sentado en hora, pero al poco de llegar nos dimos cuenta de que el servicio no daba abasto. 20 minutos en tomarnos la comanda, a la cual faltaban la mitad de los primeros, entre ellos las famosas alubias. Cuando nos llegan los primeros que quedaban, media hora después, son 4 croquetas, 3 gambones en tempura y una cantidad correcta de carpaccio. Después nos retiran los platos y 45 minutos después nos empiezan a llegar los segundos, un rabo de toro, y 10 minutos después un tataki (un simple entrecot) y lo peor de todo con diferencia, el lechazo. Cuando uno pide lechazo de menú no espera un cuarto entero, pero tampoco espera que le den el pescuezo sin nada más, ya que no tiene nada que aprovechar, además llegó frío y completamente soso. Se lo hacemos saber a la camarera que vemos que se acerca al que creemos que es el dueño que estaba en comedor pintando la mona mientras que ella intenta sacar adelante el servicio y atiende a la barra, pero ella no puede hacer nada más que pedir disculpas, culpa nuestra que tendríamos que haber pedido hablar con él. Le hacemos saber también el tema del precio del menú y nos toma nota de los postres, 3 tartas de queso. La camarera vuelve para decirnos que no tienen tarta de queso y ya decidimos largarnos y pagar TODO, 97,50, sin café y con un vino mediocre y calentorro. Que sepan ustedes que no todo vale, no volveré y no lo...
Read moreUna visita un poco con luces y sombras... La comida está rica, bien cocinada pero me parece algo elevado el precio del menú y algunas de las raciones aunque son suficiente, un pelin escasas... Lo único que no me gustó es la desorganizacion que tienen, llegas con reserva y tardas en empezar a comer cerca de una hora, porque la gente va entrando sin respetarse unos a otros y los camareros tampoco ponen remedio, con lo cual la gente se va metiendo al comedor y tu puedes estar ayi esperando media tarde que igual en un momento alguien te llama... Para mi, deberían tener alguien pendiente de eso, de saber la gente que ha llegado con su reserva y mandarle pasar al comedor cuando procede y cuando la mesa está lista,y no obstante para que no se solape la gente comiendo, como se hacen hoy en día con 2 turnos de comida, uno más pronto y el otro más tarde... y así siempre los turnos tendrán sus mesas listas a la hora de llegada.. Y ya lo peor fue que no me trajeran el segundo plato, hubo un pequeño lío en la cocina, según me comentó la camarera, que por cierto muy educada me pidió disculpas, ya que mis acompañantes comieron su segundo y yo estuve esperando un buen rato, bueno ellos ya habían terminado sobradamente cuando yo empecé... Total que la comida estaba rica pero la desorganizacion enturbió un poco la comida la verdad. Lo recomendaría por que la comida está rica pero deben mejorar los puntos de organización y lo digo como crítica constructiva, no destructiva. Disponen de algún plato sin gluten en el menú. Pan sin...
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