Cafeteria El Lleó Restaurant — Restaurant in Sallent

We came with a bus, which I understand can be a little overwhelming…but the workers were incredibly rude. They made us pay for something—literally blocking people from going in and yelling at them—before we could use the restroom, despite the fact that I told him in polite Spanish that we were going to buy something. They also made our bus driver pay for his coffees (it’s customary to comp a coffee to the driver who brought you so many customers). Not a way to impress or encourage tourism to your region. Pass these folks and go somewhere where they value...

My experience at this restaurant was quite disappointing. The welcoming atmosphere that one would expect was absent, primarily due to the unfriendly demeanor of the staff. It felt like my presence was more of an inconvenience than anything else, which overshadowed any potential enjoyment of the meal.

On top of that, the place was noticeably cold, making it hard to feel comfortable during my visit. With the combination of poor service and an uninviting environment, I can't recommend this spot to anyone looking for a pleasant...

Paramos a comer de camino, el edificio no parecia muy agradable pero decidimos darle una oportunidad. Llegamos y nos dieron la carta del menú, tardaron 15 minutos en tomarnos nota y cuando lo hicieron nos dijeron, por sorpresa, que solo les quedaban 2 platos de 5 que habia para escoger. Tardaron una barbaridad en traer el primer plato y mientras veiamos como otras mesas se levantaban y se iban sin comer debido a la lentitud con la que trabajaban. Parece que la cocina no tiraba y los pobres camareros, los cuales no tenian la culpa, aguantaban el chaparrón de los clientes enfadados. Pedimos el lomo a la pimienta el cual la salsa estaba aguada y no sabia a nada, con unos filetes requemados. Tambien pedimos butifarra fuera del menú la cual por una butifarra escasa con un trozo de pimiento nos cobraron 10€. Finalmente al cabo de una hora y media terminamos de comer, no queriamos postre ya que teniamos prisa por lo que le dijimos si podiamos cambiar el postre por el café. El camarero le dijo a la propietaria que nos lo cambiara por las molestias de haber estado esperando tanto, a lo que la mujer con mala cara contestó: “no me da la gana, que lo paguen”. Los pobres camareros tienen que aguantar que la cocine no tire y el mal humor de esa mujer. Comida mala y de mala calidad con poca cantidad. Volviamos de un viaje muy agradable que ha...