Txio Revuelo — Restaurant in San Javier

Bendito descubrimiento

Fui con 3 amigos a comer, teníamos la reserva a las 15:00 y llamé para avisar de que me retrasaría un poco y muy amablemente me dijeron que no pasaba nada. Gracias por esto.

Vamos a lo importante, su gran servicio y su aún mejor comida.

He de decir que tuvimos la suerte de que en el momento que comimos tan solo éramos 3 mesas en el local y eso siempre favorece a que puedan darte un servicio tanto en sala como en cocina sin prisas y más cuidado en cocina.

Aún así, en sala tan solo había un camarero del cual ahora me arrepiento de no haberle preguntado su nombre, ya que nos dio un servicio de 10 y nos dejamos guiar a ciegas por sus recomendaciones y no falló en nada.

Empezamos con las croquetas de jamón y parmesano, un 8,5. Buenísimas.

Seguimos con las patatas bravas, para mi gusto, el plato más flojo de los que probamos, un 5. No repetiría.

Y vamos con el entrante estrella, su tartar de atún sobre un pan brioche tostado con su punto crujiente. Señores, no suelo dar un 10 pero aquí lo tenéis. Obligatorio probarlo.

Y ahora vamos con los platos fuertes, todo fue recomendación del camarero:

Empiezo con las burgers:

La c-101 200gr de medallón madurado, con su cheddar con el toque picante y su salsa de bacon que hace equilibrar el picante del cheddar, sencillamente deliciosa. 8,5

La Mbappe 180gr de carne de vaca, ternera desmechada mermelada de bacon y queso brie coronada con mayonesa gochu. Esta picaba aún más que la c-101, pero es que estaba aún mejor. Brutal, un 9

Y ahora vamos con el sushi… cuando crees que la cosa no puede ir a mejor, equivocación.

Uramaki tigre, el más flojo de todos y cuidado q se lleva un 7

Uramaki spicy tuna (atún picante) está pieza suele estar en cualquier local de sushi, pues bien, está mejor que algún restaurante especializado en sushi al que he visitado cuando este local se supone que no lo es. Un 8

Y uramaki del cheff para terminar con la parte salada. Y aquí viene el segundo 10 de la comida, una pieza de sushi de las mejores que he probado nunca. La felicidad recreada en un plato.

Y para terminar con la parte dulce:

Su tarta de queso de dulce de leche y su torrija con una base de crema de baileys ultra suave y que para nada te deja con gusto a alcohol. Me quedo con la torrija por gusto personal pero ambos se llevan un 8.

Gracias por el cariño en cada plato tal y como se aprecia en las fotos, y de nuevo gracias al chico por su servicio.

Nos comentó que enseguida tienen una cata de burguers y que la más votada será añadida en carta, ósea que nos volveremos a ver pronto.

Pd: por poner un único pero, añadiría un par de platos más de entrantes y le daría una vuelta a las bravas, siempre se puede mejorar aunque vosotros lo...

Claro ejemplo de que no siempre hay que dejarse guiar por las primeras impresiones. Tuvimos al principio un pequeño error con la reserva (reservamos en terraza pero realmente la terraza no está disponible en invierno). Al ir con perro habíamos reservado ahí para no molestar. Dentro no están permitidos, pero por el fallo de la reserva sí nos dejaron que entrara.

En cualquier caso, esto es lo que digo que no hay que guiarse por esa primera impresión un poco incómoda cuando entras así a un restaurante. Después todo fue sobre ruedas. Nos atendió una chica majísima, cuyo nombre ahora no recuerdo -ojalá me perdone si me lee- y super atenta. Da gusto cuando los camareros te atienden con amabilidad, siempre con una sonrisa y, además, se saben las elaboraciones como los propios cocineros. Sabes entonces que te van a recomendar con criterio, no como en muchos otros sitios.

Por otro lado, además de amable y atenta, fue muy rápida en todo momento.

En cuanto a la comida, aquí viene el segundo punto fuerte. Simplemente brutal. He probado muchas hamburguesas en España y en Murcia y me atrevo a decir, que en cuanto a las salsas, son, sin duda, las mejores de largo. La carne me sigue faltando ese punto extra de maduración que antes caracterizaba al amigo Paco Rosa pero que, por cosas de la vida, desde hace ya más de un año, ha desparecido en todos los locales a los que provee, sin excepción. Lo único que mejoraría sería darle un toque de calor al pan, ya en plancha, en lámpara o en tostador.

Eso sí, la combinación de salsas y carne, la tienen muy lograda. En ese aspecto, un 10.

Los entrantes tampoco tienen desperdicio. Muy buena la marinera y las croquetas, con sabor a lo que reza la carta.

Nos quedó probar el postre y café pero comimos muchas hamburguesas y entrantes entre dos. Para la próximo seguro.

Sitio 100% recomendado que, si estuviera en el centro de Murcia, dejaría en clara evidencia a las cadenas acomodadas, tanto en lo que se refiere a personal como en lo relativo a elaboraciones. Por si fuera poco, tienen tambien un sushi con pintaza, del que poco puedo decir porque no lo probamos.

Es un precio de mercado para lo que ofrece. Eso si, si eres el típico matao que no sabe que las hamburguesas buenas hoy día rondan los 15-16€, euro arriba euro abajo, entonces no vayas y pongas la reseña diciendo: “isqui sin mui caris”. Valen lo que cuestan, al igual que en otros sitios que me han llegado a cobrar 20€ he dicho que...

El problema de las valoraciones sobre un espacio de restauración es que hay que juzgar todo, desde el espacio, a la comida, pasando por el trato y empatía de los camareros, hasta el volumen que soporta el comensal en su comida. Y Txio, siendo un local donde se come bien, resulta que se podría ofrecer un conjunto más redondo y no dejar que, al ser una cocina que guía dos espacios distintos, se resienta de su abundante clientela. La comida que realizamos el domingo podría tener la imagen de una campana, flojo el inicio, alto el medio de la comida para volver a bajar en los postres. Lo de la atención de un camarero desbordado, un ruido molesto y un espacio n pensando para cuando está lleno, hacen que la experiencia no sea completamente agradable. La parte gastronómica de la comida, las hamburguesas y los uramaki, fue estupenda, sabrosa, no tanto las pequeñas entradas, una gyozas sin demasiado sabor, pero un buen tartar con un buen brioche, unos postres donde lo que debía ser una crema ligada era una crema demasiado líquida. La carta de vino muestra alguna hermosa sorpresa, con precios contenidos, pero con demasiadas miradas en esa viaja lucha entre riberas y riojas, sin valorar las nuevas gas de blancos, pero eso es una decisión muy personal. Disfrutamos de una garnacha blanca de Campo de Borja, Vinos de viento, aromática, sabrosa, que cumplió su función. Una pena que la persona que se encargaba con eficacia de la sala tuviera que dejar su lugar a un compañero sin el espíritu y la eficacia necesaria para resolver problemas. Habría que conseguir que la experiencia fuera más redonda en su totalidad, porque a la parte gastronómica sí que le tienen tomada la medida. Precios correctos. Tiempos largos,...