Taberna La Prensa Restaurante — Restaurant in Santander

Tomamos un par de entrantes, ensalada de tomate de la huerta y rabas. De principales tomamos bonito encebollado, pulpo a la brasa, y merluza rebozada. Estaba todo buenísimo. Una raciones generosas y un precio razonable. No pudimos tomar postre porque la cantidad de comida de los otros platos había sido abundante. No obstante, me gustaría dar alguna propuesta con todo respecto hacia el chef. La ensalada de tomate me hubiera gustado que el tomate estuviera un poquito más frío, además, lleva un aceite de oliva virgen Picual, que a algunas personas puede resultarles un poco fuerte, por lo que yo utilizaría una mezcla de aceites o mejor otra variedad. En cuanto a las rabas, son muy conocidas, ya que llevan cebolla frita y las raciones son muy grandes, de hecho, la foto es media ración, no obstante, como fuimos a comer a última hora de la mañana, se notaba que el aceite ya estaba un poco refrito, por lo que pienso que deberían de tener cuidado y cambiarla. En cuanto al pulpo, estaba buenísimo, era una ración muy generosa y venía con una patata asada, no obstante, sugiero de que avisen a los clientes que le ponen pimentón picante picante, por si alguien no tiene tolerancia al picante, aunque no es mi caso. Finalmente, la merluza me la pusieron acompañada de unas patatas fritas y unos pimientos de padrón, me hubiera gustado que me hubieran dado a elegir entre patatas fritas, patatas asada, o ensalada. Incluso si tuvieran arroz o puré de patata, son acompañamientos típicos que ofrecen en otros países. No obstante, reitero lo que digo al principio, estaba todo buenísimo y estos comentarios, que no dejan de ser muy personales, se los hago con...

Estuve en agosto en dos ocasiones. La primera vez todo fue muy bien: un maître joven, rubio y agradable nos atendió, y un camarero profesional tomó nuestra orden. Todo perfecto. Por esta buena experiencia, decidimos repetir la visita con otro grupo.

La segunda vez, la experiencia fue muy distinta. El maître que nos recibió fue distante. Después de sentarnos, tardaron 45 minutos en atendernos, por lo que tuvimos que avisar. Finalmente, un camarero vino a tomar nota, pero lo hizo de memoria, sin apuntar nada. Nos sirvieron los entrantes correctamente, los recogieron y comenzaron a traer los segundos platos para tres personas. Para evitar que se enfriaran, comenzamos a comer, pero los platos de pescado para los otros tres comensales no llegaban y el camarero no aparecía. Después de 15 minutos, me levanté para preguntar por el pescado, y el camarero me respondió que ya había terminado su turno. Salió corriendo y, tras otros 15 minutos, regresó con el pescado, Lamentablemente, mis acompañantes lo comieron sin ganas, y durante ese tiempo nadie vino a atendernos. Estábamos en una especie de reservado.

Finalmente, llamamos a otra camarera, quien se disculpó diciendo que ella estaba a cargo de otra zona. Pedimos la cuenta, y nos cobraron todo de manera íntegra, a pesar de haberle contado a la pobre chica la odisea de servicio que habíamos vivido. El supuesto maître o dueño, que no era el mismo joven rubio de la primera visita, estaba en la salida haciendo caja y ni siquiera se despidió de los comensales.

Una pena de velada...

Salí muy contenta de este lugar. Nada mejor que buena una buena comida con las amigas y varias botellas de vino.

Degustamos unas zamburiñas riquísimas, a las cuales les faltaban sal, pero pedimos sal maldon y nos trajeron un cancarro de sal, con mucho gusto.. esto claramente elevó el producto.

Tomamos mejillones breton, que venían con una salsa con nata y mantequilla que estaban ESPECTACULARES. Verdaderamente nos transportaron a la campiña francesa. Los desconocía y me apasionaron.

Seguimos con unas almejas a la sartén que estaban notablemente saladas, sin embargo, a mis amigas y a mi nos encanta la sal, por lo que para nosotras estaban perfectas de punto. Para otros.. quizás menos, para que nos vamos a engañar.

Los pimientos de padrón, exquisitos.

Y por último una rodaja de bonito a la plancha la cual parecía que iba a estar ligeramente tiesa pero en boca resultó ser una explosión de sabor que se deshacía en la boca.

También se tomó cachopo, yo jamás probé, pero me comentaron que estaba igual de salado o más que las almejas, capaz incomestible para otros.. para nosotras, perfecto.

La prensa es un lugar de contrastes en cuanto a la sal respecta. O todo o nada. Y como mis amigas y yo somos iguales, muy de extremos, nos sentimos muy identificadas con el establecimiento. Nos encantó.

Un gran...