Restaurante O Castelo, (Bodega Algueira) — Restaurant in Sober

Llamamos el día anterior para comer (miércoles) y me dijeron que para ese día únicamente tenían en terraza sin aire acondicionado y le dije que con la ola de calor mejor dentro con aire acondicionado, así que como no tenían dentro no reservé. Llamé a los 10 minutos diciendo que era la misma persona que había llamado para comer dentro que ya que no tenían para el miércoles con aire acondicionado que si para el jueves tenían sitio dentro y me dijo que sí, entonces reservé dentro a las 15:00h, hablando además con esa persona que eran los días que más calor hacía en la zona etc. ¿Cuál fue nuestra sorpresa cuando llegamos a las 15:00? nos habían puesto en la terraza cubierta sin aire acondicionado!!!!!!! Y que no tenían más mesas en el comedor interior(que era donde había aire acondicionado) En plena ola de calor 40 grados!!! Y todos los camareros se lavaban las manos, nadie sabía nada que eso era lo que había y ya está, no hicieron ni lo mínimo por intentar darnos alguna solución. Con las mismas nos fuimos, ha sido muy desagradable y con malas caras. Si queréis llenar más mesas no podéis hacer esa mala gestión para comer con calor preferimos comer en nuestra casa rural que tenemos cerca de la zona y con aire acondicionado.Sabéis que por la zona hay pocos sitios para comer y si no lo reservas con días no comes. Esto le pasa a alguien que no tiene ningún sitio más donde ir a comer y la verdad es que le hacéis una faena ya que sabéis que al final se tendrán que...

Un restaurante rodeado de naturaleza, con un servicio atento y cercano, perfecto para disfrutar en familia. Muy recomendable.

Platos compartidos:

Almejas frescas al estilo de los pescadores: salsa tan buena que pediría una barra de pan entera para no dejar ni rastro.

Langostinos crujientes con mahonesa al curry y mango: combinación original y especialmente lograda.

Volandeiras a la plancha con vino Brandán: producto.

Principales:

Cabrito de O Courel asado a baja temperatura: tierno y sabroso, de los que dejan huella.

Canelones de rabo de vaca con bechamel suave de trufa: meloso y elegante, muy equilibrado.

Postres:

Trufa de chocolate blanco y negro con helado de violetas.

Filloas templadas rellenas de crema pastelera con un toque de orujo.

Siendo puristas, los postres son quizá el punto con más margen de mejora dentro de una experiencia culinaria de notable alto rozando el sobresaliente.

El servicio fue de 10, siempre pendientes, incluso frente a las inevitables avispas del entorno natural, que aunque resultaron algo incómodas en momentos puntuales, el personal trataron de solventar de la mejor...

Es el restaurante de una bodega donde si visitas la bodega (5€/persona por 1h de explicaciones y cata de cuatro vinos) es mejor que te quedes porque por los alrededores no hay nada igual (tendrías que ir a Monforte, lo más cercano). el restaurante es muy vistoso, muy bien decorado, con personal muy atento y amable. Si contratas el barco (que la misma familia explota en Doades) puedes ir con menú incluido, pero es mucho mejor ir a la carta, Pocos platos en la carta pero de una calidad muy buena, Los mejillones espectaculares, al igual que las zamburiñas. También, aunque fuera de carta, espectaculares los huevos de corral con zorza y patatas. Los vinos, los de la misma bodega. Es mejor dejarse recomendar por el maitre porque según la comida que pidas te recomiendan uno u otro vino. Los postres todos caseros, ninguno malo. Fuera de carta a veces te pueden ofrecer filloas con cremas diversas. Muy buen sitio, altamente recomendable si estás por la zona. Eso sí, si vas en fin de semana, es indispensable reservar, porque sólo tienen dos salones de...