Absolutamente NO recomendable, y más si es un evento multitudinario. Acudimos en familia para la comida de Navidad, con un menú especial de 50 euros por persona. De entrada, te exigen que pagues unos días antes de la comida el importe completo, con el pretexto de prevenir colas si se paga ese día tras la comida. Curioso cuando al llegar, si se desea tomar una consumición en terraza (no incluída en el menú), se puede incluir la cuenta en la mesa y por tanto hay que pagar tras la comida. Al sentarnos en la mesa, ponen a los 4 niños uno al lado de otro en una mesa larga (no los ponen dos y dos mirándose unos a otros). Los niños tenían menú de niño, y al comenzar a servir los entrantes de los adultos, les colocan esos entrantes delante de los niños, (quienes lógicamente comienzan a comer), dejando sin entrantes a los adultos del otro extremo de la mesa. Tras indicarlo a la camarera 3-4 veces, nos dice que es porque no hay suficiente sitio en la mesa, cosa que no es cierta porque le hacíamos sitio. Aparte de los 4 niños, teníamos un bebé de 7 meses en el centro de la mesa. Tuvimos que indicar en muchas ocasiones que por favor no sirvieran los platos por encima de la niña, puesto que todos somos humanos y se nos puede caer un plato, con las consecuencias que supone esa caída encima de un bebé. Caso omiso. Tema bebida: hay que mendigar las cervezas (quintos) y el vino. Las botellas de vino no las dejan encima de la mesa, y eso que, en el caso del tinto, el vino servido no supera en el mercado la friolera de 5,50 euros la botella. Tuvimos que mendigar que nos sirvieran el vino durante toda la comida, tardando en servir 10-15 minutos una copa de vino. El consumo total de vino de nuestra mesa con 14 adultos fue de 2 botellas de blanco y 2 de tinto. Una ruina para el negocio, nótese mi ironía. Tema comida. Comida de baja calidad donde lo único a destacar fueron los raviolis de rabo de toro (congelados) por su sabor. Cantidad escasa. El plato principal, que era a elegir de antemano entre carne y pescado, fue carrillera en el 95% de nuestra mesa. Los tiempos entre el primero de la mesa en recibir el plato y el último oscilaron entre los 20-25 minutos. Toda la mesa se quejó de que la carrillera estaba fría y dura (con lo tierna que está una carrillera en condiciones). Postre: semiesfera de turrón y chocolate. En otras palabras, media bola de helado de chocolate con pequeñas virutitas de turrón. Dulces navideños: el clásico turrón español en Navidad destacó por su ausencia. 4 platos con 4 polvorones por plato (recuerdo, éramos 14 adultos y 4 niños) y unas galletas que nadie sabe qué relación tienen con la Navidad. A destacar que este surtido “navideño” era de marca blanca de un conocido supermercado. Resopón. La mayoría de la familia se fue más pronto y nos quedamos unos 30 minutos más los 3 hermanos con sus parejas y niños, puesto que había que darle la toma al bebé. La traca final del día llegó cuando el camarero se acerca con un ticket con el monto total de 800 euros. Atónitos, le comentamos que la mesa se pagó hacía una semana, puesto que así nos lo requirieron. El camarero nos comentó que la mesa no estaba abonada y así le constaba. Llamé a mi madre y tía, que son las que abonaron la mesa, y me mandaron justificante del pago. Al mismo tiempo, el camarero llamó a su jefe, que según él fue difícil de localizar, hasta que pudo confirmar que la mesa estaba abonada. Juzguen ustedes la descoordinación de esta empresa, que, aunque se disculpó con nosotros, no lo ha hecho todavía con mi madre, a quien les pedimos que debían disculparse, siendo una persona mayor que tuvo un disgusto. Señores de Blau Mar, antes de acusar a sus clientes de impago, hagan las pertinentes comprobaciones. Resumiendo, todos somos humanos y podemos cometer errores, pero todo lo expuesto indica que un detalle tras otro no es fruto de un mal día sino de una mala gestión y mala coordinación ante eventos multitudinarios (no puedo juzgar el sitio en un día normal). Lo mejor: el jardín. Sitio que no recomiendo y al que seguro que...
Read moreEstuvimos este pasado domingo en un evento familiar.
El lugar está muy acogedor y cuidado; la ubicación no es tanto como dicen en otras reseñas como “lugar privilegiado”; pero sorprende a su llegada.
A nivel de montaje de mesas y camareros no tengo queja alguna; todo correcto y muy bien atendidos, aunque tal vez notaba cierta falta de personal.
Con respecto a la comida; no sé a nivel de carta como debe ser, pero mi impresión a nivel evento es lamentable: Platos, sí, muy elaborados, pero con una cantidad de grasa, que tira para atrás (llevaros almax). ¿Qué entienden por solomillos de cerdo? Porque más allá, de taparlo con salsa de champiñones y unos espárragos con exceso de aceite, envueltos en tocino, era muy bajo el nivel. Había una persona con celiaquismo, y debo decir, que en ningún momento se notó una atención especial, en lo que a platos se refiere. Cambiar hojaldre, por tostada, es de republica bananera. Esto hay que cuidarlo. -Pulpo; a ver, si no saben hacer pulpo, no lo ofrezcan. La paella en valencia y el pulpo en galicia, salvo de traigas un cocinero de allí.
Resumiendo; ambiente correcto pero platos de muy baja calidad pero con mucha fanfarria; parece pero es. Echè de menos algún plato valenciano, dado que estaba en la tierra, más allá, que los anfitriones , decidieran una cosa u otra.
Gracias y...
Read moreCena día de diario. Solo había 5 mesas. Muy lentos para servir, había 3 camareras para 5 mesas. La comida pasable, por ese precio hay otros sitios con mejor calidad y atención. La atención de una de las camareras muy mala, al punto que considero que no debe atender al público. Comenzó trayendo mal la bebida, se le pidieron dos cervezas dobles con limón y al traerlas en vaso normal se le reclamó y no puso buena cara, después las que trajo no sabían bien y estaban sin fuerza. Hubo que pedirle por 3 veces que nos hablara en español porque no la entendíamos, y al recordarle la tercera vez que ya le habíamos dicho que éramos castellanos parlantes se despachó diciendo que estábamos en Valencia no en España. Un despropósito, teniendo en cuenta que el noventa por ciento de las personas que visitamos el restaurante, según los comentarios de la maitre, somos castellanos hablantes. Cuando al preguntar la maitre si nos había gustado le comentamos lo ocurrido se disculpó, pero en ningún momento llegó la disculpa por parte de la camarera. Nos comentó que había hablado con ella pero por la propia actitud de la camarera me dio la sensación que no. No volveremos. Hay muchos sitios en la zona donde la comida tiene una gran calidad y el trato es...
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