La Martina, Espacio gastronómico — Restaurant in Tarancón

Our experience here was less than ideal. The restaurant itself seems charming enough, the food was good but not great (at least compared to some of the spectacular dishes we enjoyed at other restaurants in and around Cuenca. For one thing, if you are not fluent in Spanish, you may have a difficult time communicating with the servers. Another complicating factor for us (and hopefully not for you), was that the restaurant was preparing for a huge party of about 80 people. We were about half way through our meal when they arrived, and from that time on: 1) the din in the restaurant made it impossible to carry on a conversation even with someone sitting next to you; 2) service was completely focused on the new arrivals, and not on the handful of diners who had arrived previously. Still and all, the food was OK and the ambience, at least before the mob...

Algunas cosas bien, muchas MAL. La puntuación tan alta que tiene no corresponde con la realidad. El menú del día LABORABLE 22'75€! Si al menos la calidad fuese en consonancia, bueno está, pero no es el caso.

Los huevos con jamón un desastre, el jamón estaba seco a más no poder, sin nada de veta, sin nada de tocino, no era ni siquiera Serrano, estaba más salado que chupar del bote de la sal directamente y para colmo estaba como si lo hubieran metido en el microondas (doblado hacia arriba) lo cual hacia que estuviera más seco todavía, totalmente incomible (de hecho se ha quedado en el plato). Los huevos con puntillas, bien hechos, pero servidos fríos, las patatas fritas medio frías, no parecía que estuvieran recién hechas, quizá tardaron mucho en sacarlas pero desde luego estaban frías y eso que las patatas conservan mucho el calor. Y el pisto era tan minúsculo que era menos de un bocado, para eso quizás mejor ni poner. La ensalada de queso de cabra lo mejor, realmente deliciosa.

La atención amable, pero demasiado lenta, hemos estado casi dos horas de reloj y eso que eran platos del menú del día, la excusa al decir que teníamos prisa ha sido que no había más camareros, pero no era verdad, nos ha servido un hombre además de una mujer. Para colmo cuando hemos llegado estábamos solos a excepción de una mesa (ver fotos del local vacío).

El menú infantil mal también. Macarrones con tomate de bote! Rojo de bote, excesivamente dulce de bote, que sean niños no significa que se les pueda dar cualquier cosa. Y sin nada más! Ni calabacín, ni cebolla, pollo... no sé, cualquier cosa, pues no, pero eso sí, con jamón del de antes, seco, salado, incomible, pero al menos han tenido el detalle de que se podía apartar al estar puesto encima como si fuera una guinda! De segundo en el menú infantil croquetas congeladas, en absoluto eran artesanas! La mitad se ha quedado también en el plato. Fingers de pollo empanados totalmente insípidos y fríos y patatas fritas medio frías también, además, cuando cogías una se te venía todo el montoncito detrás, estaban todas totalmente pegadas unas a otras, esto me mosquea ¿por qué? Yo cuando frío patatas en casa no me pasa eso. Los postres, souffle de chocolate y yogur con helado de turrón, estaban regular, hemos dejado en el plato la mitad. El helado de mora de los niños sabía a piruleta, totalmente artificial.

No entiendo cómo puede ser el local con mejor puntuación de todo Tarancón en Google. No es suficiente que el local sea agradable para ponerle tan buenas calificaciones, al fin y al cabo no se califica únicamente al diseñador-a de...

Esto que sirva como crítica constructiva. Nunca destructiva. Pero no significa que no vaya a ser todo lo honesta que pueda. Fuimos a este sitio porque me lo había recomendado mucha gente. Cogimos el menú degustación para probar un poco de todo. 38,5 que no es muy caro pero te crea una expectativas en lo que vas a recibir. Tardaron en tomarnos nota 50 minutos. 50! Desde que nos sentamos hasta que nos atendieron nos pusieron un trozo de pan. Cuando preguntamos por aceite, nos trajeron fácilmente el peor aceite (embotellado en una botella de apariencia muy lujosa) que he probado en un sitio que teóricamente era tan “bueno”. Por favor, Cuenca tiene aceites buenísimos. Es una lástima que este sitio no apueste por un aceite de calidad de la zona. Eso inmediatamente ya nos dio un aviso de lo que estábamos apunto de recibir. Cuando nos llegaron nos primero platos, una mermelada de tomate con queso (servida con una cuchara de plástico como si estuviese en un bufete barato) una croqueta (cremosa pero poco memorable para mi gusto) y otro plato que mi cerebro ya ha olvidado. Los entrantes sin más. Podías elegir entre un salmorejo (lo recomiendo), una ensalada de queso frito (el aliño podría haber elevado este plato bastante porque el plato de por sí flojo) y unas migas de menú de carretera. La carne destacar la pluma muy rica, evitar el donut ese. El pescado bien pero la guarnición estaba para hacer bulto. Unas verduras al vapor que te teletransportaban al menú de un hospital. Los postres bien, la tarta de queso riquísima, el brownie reemplazable y el helado no lo he entendido. Notas así generales, el baño es una cutrez. Pasar por la misma puerta ajetreada por la que pasan los camareros da una sensación de incomodar al personal y en general desagradable. La decoración…. Se que a un sitio se va a comer pero wow. Todo suma. El servicio muy amable pero parecían ocupados y con poco cuidado en el detalle (nos podrían haber avisado al llegar de los tiempos de espera, guiarnos un poco mejor por lo que iba a ser el resto de nuestra tarde). Tardaron mucho en atendernos: estuvimos casi 3 horas para comer, pero 3 horas que podría haber sido 1. Acabé mareada pero de verdad que mareada. No es un sitio que recomendaría y me da rabia que me lo hayan recomendado. Volveremos cuando hayan mejorado...