Recientemente tuve el placer de visitar el Mesón del Cerrato en Palencia, y debo decir que fue una experiencia culinaria absolutamente sublime. Desde el momento en que entramos, fuimos envueltos en un ambiente cálido y acogedor que solo presagiaba lo maravilloso que sería nuestra comida.
Comenzamos nuestra aventura gastronómica con un plato clásico de la región, el lechazo, y quedé impresionado por la perfección con la que fue preparado. La carne estaba tierna y jugosa, con una textura que se deshacía en la boca y un sabor que equilibraba magistralmente la riqueza y la delicadeza. Cada bocado era un deleite, evidenciando la habilidad y el cuidado con el que fue cocinado.
A continuación, probamos el canelón, y aquí el Mesón del Cerrato demostró su capacidad para llevar un plato clásico a un nuevo nivel de excelencia. La combinación de sabores era exquisita, y la presentación impecable, convirtiendo lo que podría haber sido un plato ordinario en una obra de arte culinaria.
Pero lo que realmente hizo que nuestra experiencia fuera excepcional fue el servicio. El personal del Mesón del Cerrato fue atento, amable y verdaderamente profesional. Nos sentimos cuidados en cada momento, con un servicio que era a la vez eficiente y personalizado. Es evidente que ponen el corazón en cada detalle, desde la bienvenida hasta la despedida.
En resumen, el Mesón del Cerrato no es solo un restaurante, es un destino para todos aquellos que aprecian la buena comida y un servicio excepcional. Recomiendo fervientemente este lugar a cualquiera que busque una experiencia gastronómica de primera clase en Palencia. Definitivamente regresaré para seguir explorando su maravilloso menú. ¡Un merecido...
Read moreUna Experiencia Gastronómica Inolvidable en un Mesón con Encanto ¡Qué gran descubrimiento! No conocía el mesón, pero la recomendación de nuestra familia de la zona fue un acierto rotundo. Desde el momento en que entramos, supimos que sería especial. La decoración es espectacular, creando un ambiente cálido y tradicional, especialmente en la zona donde tuvimos el placer de comer. Es un lugar con alma y muy cuidado. Pero si la decoración es impresionante, la comida no se queda atrás. El menú que elegimos fue un festival de sabores auténticos. Comenzamos con unas verduras y morcilla a la plancha deliciosas, seguidas de unos crujientes de berenjena (cinco para compartir... ¡y habríamos pedido más!) que estaban en su punto justo. El plato fuerte, un cuarto de lechazo tierno y perfectamente asado, rindió homenaje a la mejor cocina tradicional. Y para acompañar, un vino rosado excelente que complementó toda la velada de maravilla. La Gran Final: ¡Los Postres! Mención aparte merecen los postres. Si tienen un hueco, no duden en probarlos. La variedad y calidad fueron una sorpresa fantástica: los canutillos crujientes, la cremosa tarta de queso y esas originales mini hamburguesas dulces cerraron la comida de la forma más dulce e ingeniosa posible. En resumen, la combinación de una cocina de alta calidad, un servicio atento y una decoración que enamora convierte a este mesón en un lugar totalmente recomendable. ¡Una joya que merece la pena visitar! Pero aconsejo...
Read moreComida en familia en uno de los restaurantes más recomendados por mis compañeros de Palencia y también de Valladolid. Típica bodega, con decoración acorde a lo que es. Hay algunas mesas fuera, cubiertas de cristalera, con cortinas, pero pese a todo, como daba el sol directamente, la temperatura era mayor que dentro con diferencia. Comimos en uno de los muchos salones interiores de bodega, después de varios tramos de escaleras serpenteantes. En el salón había 4 mesas, para un total de unos 25 comensales, con bastante amplitud pero sin poder evitar la sensación de bullicio cuando está lleno. El servicio atento y correcto. Me llamó la atención que no nos sirviera el vino en la copa para probarlo De entrantes: El pulpo, maravilloso, tierno, la salsa riquísima. Las croquetas, muy crujientes por fuera y cremosas por dentro. Y el lingote de paté de lechazo, original y con un gran sabor. El lechazo, que no habíamos encargado, pudimos incluso elegir cuarto trasero, estaba perfecto, mejor que en muchos sitios de tradición en Valladolid que son los que conocía. Desde luego ha merecido la pena el desplazamiento. Acompañado de una pequeña ensalada. Los postres merecen casi una reseña aparte, muchos de ellos trampantojos, muy bien logrados. Cuesta elegir, El tomate, la minihamburguesa y la pecera. No sé cuál estaba más rico. No son baratos pero valen lo que...
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