No basta con tener un hermoso local, llenarlo, servir platos de una carta que suena a muchas cartas, y una propuesta de vinos que, sin demasiado interés, cumple con cierta dificultad sus funciones de que quien quiere beber otra cosa que no se agua o cerveza. No basta con que los platos vayan saliendo en un tiempo adecuado. Ni que el servicio trate de ser efectivo cuando hay quien se empeña en mostrar una tirantez demasiado evidente para dejar claro quien es el que manda. Cuando me acerco a un restaurante me gusta sentir que hay no solo sabor, que en este caso muchas de las propuestas comidas el domingo 16 de febrero se quedaban en la línea de lo comestible y no no en lo interesante, sino que hay un trabajo que me haga sonreír de felicidad, Para comienzar unas olivas que ofrece la casa, algo saladas para el inicio de un servicio de mediodía. Lo primero que llega a la mesa es una ensalada de pulpo, desequilibrada por la acidez de cierto vinagre que cubre un mezclum sin gracia y unos cherrys nada maduros, de una vinagreta de pimentón potente pero que cubre la propuesta, y aunque el pupo no es de los que vienen hervidos de antemano, la primera propuesta de La Cantera queda deslucida. Unos erizos rellenos de gambas quedan a medio camino entre un tortilla demasiado cuajada y un pastel de mar sin matices. No es que la propuesta desagrade en boca, sino que no queda ni fina ni matizada. Por fin llega a la mesa una propuesta correcta y sobre la que hay poco de añadir. Una rebozado de bacalao. Bien frito, jugoso, que vuelve a venir asediado por un intenso pimentón que no le hace buena compañía. Las ideas deben de ser probadas en boca para que tengan un camino largo. El plato de cocochas ayuda a que el buen nivel alcanzado se mantenga. Confitadas con una holandesa. Hacen su papel. Eso sí, el tamaño es discreto. Pero el sabor agradable. Los platos finales son dos piezas de carne. Un secreto cocinado al vacío y luego pasado por plancha, acompañado de unas patatas. El plato queda algo tristón. Falta el empuje de una buena salsa de un un acompañamiento que haga justicia. La pierna de cordero deshuesada y cocinada al vacío y baja temperatura no queda todo lo jugosa que debería. Un pesa. Da la sensación de que la cocina plantea platos pero no llega a una resolución definitiva adecuada. Y hay ideas, no originales, pero por ahora no resueltas de manera conveniente. Unos trozos de queso para rematar el vino que queda y ha servido para finalizar la comida. No son sencillas, aunque parezca lo contrario, la elaboración de cartas de vinos que cumplan la función de representar territorio y elegir zonas y bodegueros que muestren las tendencias que está teniendo el vino. Una colección de vinos, servidos en copas adecuadas, eso sí , y es mucho de agradecer, que parecen elegidos por los distribuidores más que por el corazón de la casa. En un par de días me he encontrado con ejemplos muy parecidos, y bastante desoladoras para quien gusta del vino e intenta encontrar buenos ejemplos de lo que sucede a nuestro alrededor. Un Vino de Monterrei, planito, y un Chaveo de Bullas, que siempre da la cara y muestra las estupendas y frescas producciones que uno de los adelantados bodegueros que hay en Bullas, Alfonso García, con sus trabajos en biodinámica, están ofreciendo. Pan correcto y buenos picos en bolsa individual. El resultado final queda algo desmadejado. Faltan un par de vuelta en cocina. En sala que las tensiones internas de la casa no se hagan tan evidentes. Buenas instalaciones y un patio interior muy agaradable. Cuenta muy correcta, 26€ la parte comestible y 12 la parte bebible, que añadió algunas botellas de agua y...
Read moreUna experiencia fabulosa. La manera en que el camarero de la sala explica detalladamente los platos fuera de carta nos pareció muy profesional, y quiero felicitarle desde este canal. Nos animó a probar platos que no conocíamos y nos encantaron. Además fue muy atento con alergias/embarazos/intolerancias. El lugar y el ambiente son tranquilos y la decoración y la música son muy agradables. En cuanto al precio, para la calidad de la comida, nos pareció incluso económico. Fuimos dos personas y nos quedamos muy saciados. Os dejo nuestro ticket para que podáis tener una referencia. En cuanto a la comida, nada que objetar. Platos distintos, fuera de lo común, bien presentados y sobre todo muy bien elaborados. Ya hemos ido varias veces y sin duda...
Read moreDe aquello que tienes pensado venir a Totana para vivir una experiencia en salto y te llevas una experiencia increible en salto pero al paladar. Totana tiene encanto por su gente y sus panaderías y esta noche, también nos ha conquistado por la Cantera Gastrobar. Un local con encanto, bien ambientado y diseñado. Desde la mesa hasta la vajilla o el hilo musical te envuelven en un sin fin de matices que se combinan de forma estratégica y con un gusto excelente con la comida. Como no, felicitar también a los camareros que nos han atendido por su amabilidad y al/la chef que han demostrado tener una carta bajo control donde todos y cada uno de los platos han sido un festín. Gracias por todo y...
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