El Nacimiento sí, pero de una frustración. Teníamos bastantes ganas de probar este sitio y fuimos expresamente desde otra localidad para conocerlo y realizar una ruta campestre por Vélez. Era domingo así que tuvimos la previsión de ir bajo reserva; de no ser así probablemente nos habríamos tenido que dar media vuelta porque el restaurante tenía el lleno absoluto. Aquella terraza atestada y los únicos dos camareros manejando este aforo nos hizo ser rápidamente conscientes de que el almuerzo iría para largo; ningún problema, le echaríamos al asunto calma y empatía, habíamos ido allí a disfrutar. Antes de ser atendidos ya se intuía que existía una descoordinación entre el orden de llegada de la clientela y la prioridad de atención; tampoco lo tuvimos en cuenta, hay mucha tarea y la paciencia todo lo alcanza. Es de agradecer que el camarero tenga la honestidad de advertirte que estás a punto de pedir platos por encima de tus posibilidades digestivas así que acabamos ordenando solo tres cosas para compartir. Todo parecía fluir a partir de que nos tomaron nota. Las croquetas caseras llegaron más rápido de lo esperado, exquisitas, de las mejores que he probado. Justo al acabar el primer plato llegó el segundo y admitimos que nos equivocamos al subestimar los tiempos de espera. El champiñón portobello relleno de trigueros también muy sabroso, nos estaba sorprendiendo gratamente aquel almuerzo y los precios que vimos en la carta nos parecieron muy razonables. Y hasta aquí, y muy a mi pesar, el veredicto de la comida que sirven en este mesón pues, con el pulpo solo pudimos fantasear mientras nuestro apacible almuerzo se teñía de tragedia. Cuando el portobello llevaba un cuarto de hora en nuestro estómago vimos como sacaban un pulpo a la última mesa que había llegado, decidimos pedir otra cerveza que nos dio vidilla quince minutos más. Media hora exacta había pasado y del pulpo ni rastro, ya son casi las cuatro y no nos va a dar tiempo a hacer la ruta prevista sin que nos anochezca. Aún así seguimos esperando mientras vemos como gente de otras mesas que habían llegado después ya van por la cuenta. Pasa otro cuarto de hora, ya van más de cuarenta y cinco minutos desde que nos comimos el champiñón, el hambre y la paciencia se nos empiezan a agotar. Los camareros no paran de sacar platos a las demás mesas y ni nos echan cuentas, decidimos recordarles que nos falta un plato, “sí, ya se está marchando” nos dice el chico con desdén. Seguimos esperando otros quince minutos; cuando el pulpo llegase ya sería nuestra merienda. Viendo que si no salíamos ya de allí nuestro plan senderista se iría al traste y con la consecuente falta de apetito y disgusto que te patrocina una hora de espera entre plato y plato, decidimos ser asertivos y pedir la cuenta. La camarera dijo que ya iba a salir el pulpo; con bastante amabilidad y educación le explicamos que tras tanto tiempo de espera ya no teníamos ni hambre ni tiempo. “Ningún problema” nos espetó de forma seria y cortante mientras se daba la vuelta para traer la cuenta. Pagamos y nos fuimos sin recibir ni excusas, ni explicaciones, ni siquiera una falsa disculpa. No nos íbamos de allí a medio comer por capricho, no se puede tener la desfachatez de tardar entre el segundo y el tercer plato más de una hora y encima no tener un mínimo de cortesía con el cliente. Probablemente si nos hubieran dicho que ha habido un error en cocina, que le han puesto sin querer nuestro pulpo a otra mesa, o que se han quedado sin patas de pulpo en el último momento y las están cociendo, habríamos dicho que nos lo trajeran y nos lo hubiésemos comido aún sin ganas, pero vista la hostilidad con la que se nos trató, sin ápice alguno de asumir responsabilidades o disculparse por el pésimo servicio, nos alegramos de nuestra determinación y no entra en nuestros planes volver ni...
Read moreLovely little place just off the "main" road... if you didn't know it was there you would never spot it. We didn't have a reservation but they managed to squeeze us in on a busy Saturday afternoon... had a couple of canas and some of the best tapas I've ever tasted... remember, this is the Granada region so tapas is free with alcohol! Ordered grilled octopus on fried potatoes with a sweet peanut sauce and pork with a goats cheese sauce and fries. Both meals were absolutely incredible, honestly delicious. The pork was super tender and whilst the sauce was strong, it was very tasty... and the fires were to die for! Octopus was similarly delicious, really soft and perfectly seasoned. Cost was 40 euros for 4 beers and 2 main meals, which was a very pleasant surprise as the specials didn't have any prices. Really nice place and highly...
Read more😣😓Too bad we couldn't eat my partner and 2 other couples who came on motorcycles are cooking pomegranate and 3 people arrived at the bar and a waiter in the room made eye contact but not a hello good afternoon or anything, I can't say anything about the food but the I don't know what was happening to the staff, not even a greeting after about 7 minutes without crossing a single word, passing by our side without even looking at us, we left...
Read more