Restaurante La Corbata — Restaurant in Val de San Vicente

En mi familia de vez en cuando nos damos un capricho y cogemos hamburguesas, sandwich, raciones, etc para LLEVAR, como nos coge de paso camino de casa pues algun dia aprovechamos; pues resulta que siempre se les olvida de meterte algo de lo que pides ( pero de cobrarlo no se olvidan), la primera vez una hamburguesa de las 4 que se pidieron, cuando llegamos a casa y nos ponemos a preparar todo flipamos en colores, llamamos por telefono nos piden disculpas y que vayamos a buscarla que nos la preparan ( logicamente viviendo a unos 18 kilometros de alli no ibamos a volver, lo que ya teniamos en casa se quedaria incomible), nos cogen el nombre y la proxima vez que volvamos nos la hacen o nos devuelven el dinero, hasta ahi todo correcto, volvemos tiempo despues y lo dicho hecho; con el tiempo volvemos a por otro pedido para llevar y cuando lo sacamos en casa faltaban las 4 coca-colas, como no lo miramos alli y supuestamente la bebida va de regalo con los menu Avia no llamamos para reclamar ( total nos iban a decir que fueramos a buscarlo, sale mas cara la gasolina que la perdida de la bebida); la tercera vez no nos metieron las patatas que vienen en el menu, llamo y lo mismo que vaya a buscarlas, les explico donde vivo y me dicen que no pueden hacer mas; pues hoy volvimos a picar como tontos y nos quedamos sin la mitad de la bebida por que revisamos en el coche si iba todo y no se nos ocurrio contar la cantidad de latas. Y con esta van 4 oportunidades que damos en mi familia a este restaurante, nos roban a la puñetera cara y se quedan tan anchos ( ya me da que pensar que sea hasta ordenado por los jefes) ya que en las 4 ocasiones han sido...

Cafetería La Corbata (Unquera)

La atención en la caja de la tienda y del personal de repostaje de la gasolinera fue muy amable y profesional, algo que se agradece desde el primer momento.

Sin embargo, la experiencia en la barra de la cafetería no fue igual de positiva. Al preguntar por una trenza, simplemente consultando qué era y si era dulce, el camarero respondió primero con un “claro”, como si fuera evidente, y luego añadió: “¡Es de crema!”. Aunque la respuesta fue correcta, el tono no nos pareció especialmente amable. Cabe señalar que las trenzas pueden ser dulces o saladas, por lo que la pregunta era totalmente razonable.

Más tarde, pedimos un pincho de bacón y queso, y en ningún momento se nos preguntó si lo queríamos frío o caliente. Al solicitar que lo calentara en “la Carmela” (nombre coloquial con el que también se suele referir a la tostadora industrial), dicho camarero respondió con cierto humor diciendo “canela”. Entendemos que pudo ser una broma, pero en ese momento no resultó adecuada y nos hizo sentir incómodos. Además, el pincho quedó mal calentado: el pan apenas templado, el bacón frío y el queso sin fundir.

Más adelante, un compañero de cocina le informaba sobre algo relevante para el restaurante y, lejos de mostrar interés o respeto, el camarero respondió con sarcasmo, dejándolo en evidencia delante de clientes. Su actitud fue despectiva y poco empática. No sabemos si fue algo puntual, pero como clientes, nos transmitió una sensación negativa.

Una pena, porque el resto del personal fue muy...

Llamamos para reservar y nos dijeron que no se admiten reservas sino que se atiende por orden de llegada. Paramos a la vuelta de un viaje y estaba a rebosar. Nos quedamos a pesar de ello por probar el sitio, ya que nunca habíamos estado. Pedimos el menú fin de semana (22 euros) que incluía como aperitivo un vasito de ensaladilla, primero, segundo y postre.

El ambiente es muy ruidoso dada la gran afluencia de gente y poco agradable para comer con tranquilidad y calma. La encargada de llamar a los comensales lo hace a voces y "con prisa". Pareciera que tienes que pasar, comer rápido y dejar la mesa libre para los siguientes. Considero que deberían atender a menos gente y así poder dar un trato más personal y dirigirse a los clientes con cierta dedicación.

Nos sentamos a la mesa cuando aún estaba sucia de los anteriores. Pasaron una bayeta que no llegó a cubrir toda la mesa y pusieron nuestro mantel.

Los aperitivos (ensaladillas) no nos los sacaron cuando a otras mesas sí. Nos trajeron dos veces los primeros platos (con la consiguiente espera) porque no constaba que ya habíamos tomado el primero y cuando noa dijeron los postres nos cantaron solo 3 o 4 opciones cuando a otra camarera le habíamos oído decir otros postres más en otra mesa. Preguntamos por uno de ellos y, efectivamente, había aunque no nos lo habían mencionado. Repito, todo con prisas y a la carrera.

A su favor diré que la comida estaba buena y bien presentada pero para mí el trato ha sido nefasto.

No repetiría el comer a trompicones y la...