Vert I Blau — Restaurant in Valencia

We were spending a day at the beach and wanted to grab a bite to eat. This was the closest place. First, we were given a menu with only the names of the items, without any list of ingredients. I asked multiple times to a staff member, who also didn’t speak English, about what was in the items. I repeatedly mentioned that I didn’t want pork (bacon) in my sandwich. Then I asked about another sandwich, and he told me it contained beef. He didn’t tell me that it also had bacon, which I only saw once I received the sandwich. I told him that I couldn’t eat it. He brought me a menu for salads, and I ordered a salad. Despite this being their mistake, they still charged me for the sandwich. The owner (I assume) was rude and didn’t listen to my story. She started speaking Spanish even though she knew I couldn’t understand it. I tried to tell her something through Google Translate, and she just walked away. This is extremely disrespectful. The whole atmosphere, the food, and the staff were terrible. The fries were dripping with oil, which made us feel sick. The salad literally tasted like sand. I strongly advise NO ONE...

Comparto una foto de uno de los vasos que nos han puesto, no porque esté sucio, que lo está (enjuaguen los vasos al sacar del lavaplatos y no los servirán llenos de manchas), sino para que no puedan decir que no hemos estado allí. Hoy nos ha ocurrido intentando comer allí lo que no nos ocurrió nunca en ninguna parte. La cosa empieza al llegar nosotros junto a nuestra perrita labradora Ona. Vemos en la pizarra un menú del día que suena aceptable por 9€. Entro al local y le digo a la camarera que menú vamos a comer y que nos vamos a poner fuera porque llevamos con nosotros al animal. Me da la impresión de que por alguna razón ésta, la camarera queda como en trance, a mis palabras, pero no muestra a nuestros planes ninguna oposición. Aprovecho el viaje para solicitarle tb unos cacaos y unas olivas. Al poco, ya fuera, viene con las cartas y nos trae la bebida y las aceitunas. Vuelve a marchar y al volver nos dice que no nos puede servir ese menú sino que tiene que ser por fuerza algún otro de los más caros que figuran en la carta. La razón porque la terraza donde estamos no es para ese menú, sino que aquel se sirve solo en la cafetería, lo que suena del todo extravagante, pues seguimos hablando de un restaurante único, no del terreno de un país. Yo le digo que dónde está esa zona (huelga decir que en la pizarra no pone dónde debe ser engullida la comida), y dice que dentro, a lo que yo le recuerdo de nuevo que llevamos a la perra y le digo si ella puede entrar allí, a lo que niega con la cabeza. Es o no de locos? Francamente nunca, en muchos años en el Perelló vimos cosa igual. No podíamos comer lo que queríamos sino lo que ellos consideraban que debíamos comer. Una terraza sin nadie más que nosotros era demasiado premium para su propio menú del día. Y la situación era tan diabólica que no había otra solución pues la perrita no podía estar en otro sitio que en la terraza. Pero lo más curioso de todo es que cuando entré al principio descubrí el local prácticamente vacío (a las 14:30 solamente había una mesa con dos personas, eso sí cerca del baño había perchas con ropa como si se tratara de los recovecos de un escenario, todo muy fuera de lugar) lo que por otro lado no me extraña nada. Y en la cocina una paella al fuego que tendrán que tirar por falta de comensales. Cuando aprenderán a tratar con dignidad a y los clientes. A los pocos que tienen los espantan. Tomamos las olivas y la bebida ya servida, aunque otros se las habrían dejado en la mesa, pagamos y marchamos estupefactos. Obvio que no volveremos nunca, abundan los sitios de buen arroz en el Perelló. Desde luego si hay un sitio a evitar es éste....

Hacía tiempo que no habíamos ido a comer a este restaurante y nos pareció buena idea, sin embargo hemos tenido una experiencia desagradable. En lo que respecta a la comida, el timbal de berenjena, el revuelto de morcilla y las clochinas nos han parecido buenas, sin embargo el plato del día (paella de pollo y conejo) no tenía nada de sabor, no nos ha gustado. Consideramos que un menú de 25 euros que no incluye café, por lo menos debería asegurar que el plato principal esté apetitoso. Eramos 3 comensales, 2 han pedido menú y el tercero ha pedido un plato del día y unas clochinas. Para beber hemos pedido vino y gaseosa. Después hemos pedido otra gaseosa. Nos han servido media botella de vino de la marca ALBUFERA y la gaseosa. Hemos entendido que nos servían la botella a mitad por que era lo que se incluía en el menú, sin embargo nuestra sorpresa ha sido cuando nos han cobrado una botella entera de vino. Al pedir explicación nos han dicho que era por que en el menú se incluían las gaseosas y el vino iba aparte. Al insistir en que nos habían servido media botella y que la habían cobrado como entera, además de que ya estaba descorchada, se han limitado a devolver la mitad del precio de la botella (7 euros). La experiencia ha sido incomoda y desagradable. Creo que deberían reflexionar en los pequeños detalles que hacen que los clientes salgan contentos. Si no hubiéramos dicho nada la botella la hubieran cobrado entera. Nos han dicho que allí no sirven vino con gaseosa, si no tinto de verano (nos lo dicen en el momento de pagar), y que lo de llevar media botella de vino a la mesa era un error del camarero. Yo me pregunto ¿cómo tengo que interpretar que si pido menú del día y me traen media botella de vino? ¿me la tienen que cobrar entera la botella o es que esa media botella es la del menú del día?, además ¿donde está la garantía de que el vino de la botella abierta era de la marca ALBUFERA?. En definitiva no volveremos ni lo...