Llamé para consultar los ingredientes de la salsa romesco porque al ser casera, podía contener algún ingrediente contraindicado en el embarazo. Me indicaron que llevaba vinagre de alcohol y les comenté que no podía y me ofrecieron la opción de hacerla sin vinagre. Cuando hemos ido hoy, hemos preguntado qué era las especias verdes que llevaba la salsa y nos han indicado que era perejil. El perejil está contraindicado en el embarazo por ser abortivo así que les he comentado que no podía consumirlo y me han recriminado no haberlo comunicado. Les he explicado que cuando llamé y pregunté por los ingredientes de la salsa, no me dijeron que llevara perejil. Entonces el camarero me ha dicho que lo comentaba en cocina y minutos después ha venido el hombre que me hizo la reserva a seguir recriminándome que no le dije que no podía consumir perejil y que debía decirle todo lo que no puedo comer. Vamos a ver… es innecesario hacerle una lista con los ingredientes que no puedo consumir en el embarazo puesto que de la carta, o del menú, selecciono aquello que puedo consumir. Y si hay una salsa casera de la cual desconozco los ingredientes, te informo de que estoy embarazada y necesito saber los ingredientes de la salsa como ya hice por teléfono. Si me comunican los ingredientes de forma incompleta, mi culpa no es. Las formas no han sido correctas y nos ha incomodado la comida, nos daba hasta cosa preguntar si el alioli era pasteurizado. Todo esto para terminar preguntándole que si es posible hacerlo sin perejil y decirme que sí, pero que tendré que esperar. Pues me espero señor, todo fuera eso en la vida…. Además, han tardado apenas 10 minutos en traerla. No era más sencillo traerla sin perejil o comunicarme todos los ingredientes para saber cuales no puedo consumir? Las formas y el momento incomodo era totalmente innecesario. Dudo que volvamos, y es una pena porque la comida estaba muy buena y los calçots de los mejores que hemos comido. Era la segunda vez que veníamos desde Barcelona y esta vez nos ha...
Read moreEncontramos el restaurante en el Coll de Lilla, en plena naturaleza de bosque, a una altura de más de 500 metros, que ocupa un espacio desde el que se puede contemplar el Campo de Tarragona y, en el horizonte, el mar Mediterráneo, disfrutando de unas vistas ciertamente excepcionales. Se inauguro en 1970 y la zona no disponía en aquellos años de luz eléctrica y por las noches se iluminaban todas las mesas con velas. Inicialmente el restaurante se denominó "Mirador del Camp de Tarragona" pero popularmente era conocido como "Les Espelmes", por lo que con el paso del tiempo se optó por ese nombre. Desde un primer momento su muy buena cocina tradicional justifica sobradamente la visita al establecimiento situado casi en la parte más alta del Coll de Lilla. Y sobre todo en temporada por sus “calçotades”. El restaurante dispone de diferentes comedores, de rústica decoración con toques elegantes. Ofrece una carta de platos muy sabrosos de cocina catalana tradicional, principalmente de excelentes carnes, elaborada con gran sapiencia culinaria. Dispone también de una importante bodega con unas 300 referencias de vinos y cavas. El vino de la casa es de las comarcas tarraconenses. El servicio es muy amable. En nuestra reciente visita degustamos, después dunas aceitunas, “secallona” y patatas chips, y un aperitivo con tostada de salmón con queso fresco y crema de aguacate; y una confitura de tomate, mousse de queso y "kikos", los “calçots” con su salsa, que a pesar de estar al final de la temporada estaban tiernos y buenos; y unas deliciosas habitas salteadas con jamón y virutas de foie. Como segundos, la espalda de cordero "churro" al horno, que se deshace en la boca y unos sabrosos pies de cerdo con alubias del “ganxet”. De postre un sorbete con frutos del bosque, cafés y "petit fours". Productos de calidad bien elaborado que explican que a pesar de la gran capacidad del restaurante familiar, los fines de semana no tenga...
Read moreHacía años que teníamos pendiente una visita a Valls para "lo de los calçots". Este fin de semana aprovechando que íbamos a visitar el Delta, el sábado cayó un arrocito y el domingo de subida parada en Valls para la calçotada. El servicio de Elia ha sido de 10 rotundo. Tiene una maestría innata impropia de su aparente edad. Simpática con todas las mesas que nos rodeaban, niños y personas de todo género y edad, a todos y todas nos ha atendido impecablemente. Con conocimiento del oficio, del local y de toda la oferta gastronómica. Se ha juntado su gran saber hacer con que hemos tomado los probablemente mejores calçots de nuestra vida. Ella ha dicho que ha sido año de buenos calçots. Finos y sabrosos. Además estaban bien cocidos. Jugosos sin estar quemados o secos por dentro y ni uno crudo. Hemos repetido teja para dos. La salsa romescu de escándalo de buena. La parrillada de carne jugosa y abundante. La parrillada de verduras de las mejores que hemos comido. Con monjetes con espinacas exquisitamente fritas. Boniato. Alcachofas. Ajo a la brasa. Espárragos. Patata. Berenjena. Calabacín.... Un 10. El postre crema catalana y naranja finamente cortada. Vino en porrón y el precio monumental. 39€ el menú de parrillada con calçots. Y para la ración de calçots y la parrillada de verduras unos muy buenos 29€. Brillante. Nuestro nuevo lugar de referencia en la comida tradicional Catalana....
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