Mesón do Marisco — Restaurant in Vigo

En Canido, en un entorno incomparable, con la playa del Vao y la lonja, con la isla de Toralla y las islas Cíes. Dotado de un clima suave, envidiable para tratarse de un clima atlántico, en la carretera de Vigo a Bayona, casa Lalo o el mesón del marisco es un lugar inmejorable para saborear los arroces marineros, mariscos de la ría y pescados. Eran novios y desde hacía un año estaban juntos. Un año de relaciones, sin altibajos; un noviazgo dulce, como uno de esos cestos de cerezas, la fruta favorita de Amelia. Sin planes futuros, sólo dejarse llevar. Él, meritorio en un taller de coches y ella costurera, aprendiza. Cari, estás guapísimo. Esa camisa te sienta tan bien - dijo la muchacha. -Me la regalaste por mi santo, ¿recuerdas? Yo iba con la idea de comprarme una de esas camisas de cuadros, pero tú insististe tantísimo que me convenciste de que comprara la de color negro.. . -Qué lugar tan maravilloso, cari. El día de hoy no se me va a olvidar nunca. Te quiero, amor mío, no sabes cuanto. -Este sitio me lo recomendó uno del taller, el Paco, porque un tío suyo que daba clase de matemáticas en el instituto, tuvo de alumno al dueño de este restoran. -¿Les tomó nota? - preguntó la camarera. -Para empezar unos calamares, un poco de pulpo, unas croquetas. Luego un arroz de marisco. Traiganos una cerveza para mí y para ella una clara de gaseosa. También agua, dos botellas, una del tiempo y otra de agua fresca - dijo el chico. -Muy bien, señor. ¿Les sirvo un poco de pan, también? -Amelia, amor mío, estás estupenda con ese vestidito rojo. Es el que más me gusta con diferencia. Eres como uno de esos bombones de chocolate que llevan licor dentro..Me ha dicho mi jefe que el próximo año me pasan a formar parte de la plantilla, con sueldo y pagas y vacaciones. -¡Qué piropo tan bonito, amor mío! ¡Pero qué guay!. Yo no gano mucho, ya sabes, pero por el contrario este vestido, por ejemplo, me lo he hecho yo misma: adquirí la tela y la cosí yo. Por favor, dime que nos cansaremos, pidemos vivir con mis padres; sería algo provisional, mi amor. -¿Un postre? - dijo la camarera. -¿Qué tienen de postres? Preguntó ella. -Caseros: queso de tetilla con membrillo, natillas, browni con helado de vainilla, arroz con leche, tarta de queso y miabeles. Luego helados, tarta helada. -Una tarta helada regada con güisqui y queso de tetilla, por favor. -Muy bien. ¿Cafés o té? - Preguntó la camarera. -Traiga los postres y la cuenta, por favor. Ya fuera, se miraron a los ojos. Se dieron un beso eterno y continuaron...

Nos encontramos en un restaurante más clásico, sin una decoración que lo haga especial pero impoluto en cada centímetro del local y genera un ambiente muy tranquilo. La atención es realmente buena, gente agradable, simpática y que recomiendan y explican ante las dudas. La comida es buena, no es lo mejor que he probado en mi vida en tema de arroces, su especialidad, pero no puedo poner tampoco ninguna queja. Los primeros se me antojaron un poco escasos en cantidad aunque tampoco algo grave, buena presentación, buen sabor y buen producto. Pedimos un arroz con mejillones, zamburiñas y almejas como plato fuerte, nos recomendaron pedir para tres siendo nosotros cuatro y quizás haya sido un error porque creo que se hacia también algo escaso, cabe destacar que los que fuimos comemos bastante pero aún así. Quiero mencionar la sangría que estaba increíble. Un local con precios ajustados que no está nada mal y no creo que uno se vaya decepcionado pero tampoco me parece lo mejor del tipo de...

Fuimos a comer. Pedimos de primero un par de vieiras. No me gustaron nada, muy aceitosas y la cebolla crujía de cruda. De segundo pedimos un arroz con bogavante. El arroz demasiado crudo aunque venía con caldo y caldo. Le faltaban al menos 5 minutos más. Demasiado pimentón al menos para nosotros, debería tener un sabor más agradable a marisco y no saber a pimentón, puesto que va cargadito de almejas, lleva el bogavante y los langostinos. El pan 2 trozos contados literal. Luego tardaron mucho en venir y nos fuimos sin tomar nada más. Con la cantidad de camareros que había realmente esperaba una atención más rápida. El más majo el señor que se había lastimado la mano y que tomaba comandas. Dos colas, un agua de medio litro más...