Mi reciente experiencia en la Arrocería Bang Bang de Vinaròs al probar su arroz del senyoret fue sumamente decepcionante y desagradable. Había escuchado maravillas sobre este lugar, por lo que estaba ansioso por probar su aclamado plato. Sin embargo, lamento decir que mi visita estuvo lejos de ser satisfactoria.
Desde el momento en que llegamos, fuimos recibidos amablemente por el personal, quienes nos atendieron de manera profesional y cortés. Apreciamos su disposición para ayudar y su actitud amigable a lo largo de la velada. Sin embargo, no puedo pasar por alto el aspecto más importante de nuestra visita: la calidad del plato que estábamos deseosos de disfrutar.
El arroz del senyoret que nos sirvieron fue un completo desastre. En lugar de la paleta de sabores delicados y el arroz tierno que esperábamos, nos encontramos con un plato que carecía completamente de sabor y tenía una textura agria. Cada bocado era una batalla para encontrar algo que valiera la pena saborear. El sabor agrio dominaba cada bocado, y el arroz estaba excesivamente cocido y pegajoso. Fue una gran desilusión darme cuenta de que este plato, que es considerado un clásico de la gastronomía local, había sido arruinado por completo.
Para empeorar las cosas, el precio que pagamos por esta experiencia fue simplemente excesivo. No puedo entender cómo un plato que resultó tan decepcionante puede justificar un costo tan elevado. Sentí que estábamos pagando por el nombre y la reputación del restaurante en lugar de la calidad real del producto que estábamos consumiendo. El arroz del senyoret en la Arrocería Bang Bang de Vinaròs fue un recordatorio doloroso de que los precios altos no siempre garantizan una experiencia culinaria satisfactoria.
A pesar de que el personal hizo todo lo posible por brindarnos un buen servicio, no puedo pasar por alto el hecho de que el producto principal, el arroz del senyoret, fue completamente nefasto. Aprecio la actitud profesional del personal, pero no puedo ignorar el hecho de que la calidad del plato no cumplió con las expectativas ni mucho menos.
En resumen, mi visita a la Arrocería Bang Bang de Vinaròs para probar el arroz del senyoret fue una gran decepción. Aunque el personal se esforzó, el plato en sí mismo estuvo lejos de ser aceptable. El arroz agrio y sin sabor, combinado con un precio extremadamente elevado, dejó mucho que desear. Lamento decir que no puedo recomendar este lugar a otros amantes de la gastronomía en busca de una experiencia auténtica y...
Read moreLo encontramos un poco de casualidad y tras consultar la carta publicada en el exterior y las buenas reseñas, decidimos entrar. Muy amables nos atendieron y buscaron un hueco sábado a medio día, sin reserva y con el local casi lleno.
Tras repasar la carta y observar las mesas de alrededor vimos enseguida el buen hacer y profesionalidad del personal y sabíamos que comeríamos bien, sobre todo en cantidades.
Ofrecen menús muy completos a muy buen precio, pero al no tener excesiva hambre tomamos un entrante y un arroz de la carta para dos. Nos decidimos por el meloso de setas con gambas.
Insisto en la profesionalidad, buen precio y grandes cantidades pero nos decepcionó un poco la calidad de las setas y las gambas del arroz, ni de 3a ni 5a categoría, de 8a o novena. El típico mezclum de setas y gambas que venden en cualquier gran superficie de producto congelado. Aún así el arroz estaba rico y por ese precio más no se puede pedir.
Si buscas comer rico y abundante,en un local agradable y con un servicio profesional, te lo recomiendo 100%. En cambio si buscas darte un capricho y comer algún arroz de más calidad, este no sería el lugar adecuado.
Tras tomar los cafés, un detalle a corregir es la arbitrariedad con la que seleccionan a que mesas se les invita a chupito y a cuáles no.
Teniendo todo esto en cuenta, volveríamos sin problema y lo recomendamos por su gran precio y lo abundante de...
Read moreSurrealista, kafkiano. Por momentos pensaba que había cámara oculta o salía Chicote de la cocina. Habiendo reservado a una hora en concreto, una hora esperando la comida. De malas maneras nos dicen que es lo que hay, que es agosto y hay que esperar (restaurante al 50% de ocupación). Nos tratan como si nuestro coeficiente intelectual fuera cercano a cero cuando tratamos de confirmar que el plato que han servido no contiene gluten. Le pido un trato correcto al camarero y se va, dejándome con la palabra en la boca. Sacan un plato cambiado, y aún así defienden que tienen razón. Las unidades servidas no coinciden con lo anunciado en la carta y aún así, insisten en tener razón y que somos nosotros lo que no alcanzamos a entender. Calamares con restos de arena. Uno en concreto con gramos de arena ( ver foto) Postre: sirven a la persona celíaca el plato adornado con un barquillo. Preguntamos si es sin gluten y desde cocina dicen que sí, libre de gluten. Después de todo lo que ha pasado en la cena, desconfiamos y no se lo come. Y menos mal, porque al final, pregunto al cocinero a ver con qué harina estaba hecho el barquillo, para que me conteste con actitud prepotente, que eso la persona celíaca tiene que saber que no puede comer barquillos, que se lo pregunte al médico para que se lo explique. Kafkiano. No había por dónde cogerlo. Así que,...
Read more