Cathedral Basilica of Our Lady of the Valley — Attraction in Municipio de San Fernando del Valle de Catamarca

Se llama Catedral Basílica del Santísimo Sacramento y Santuario de Nuestra Señora del Valle. Se terminó de construir en 1875. Su construcción es tan bella como majestuosa. Un lugar histórico para Catamarca. El camarín de la Vírgen según conque leí: Inicio su construcción el 5 de mayo den1916, cuando al conmemorarse las bodas de plata de la coronación de la imagen de la Virgen del Valle, el obispo monseñor Bernabé Piedrabuena inauguró la obra construida por el arquitecto Isaac Lecuona. Tiene tres naves y una bóveda de crucería. Cuatro esbeltas y delgadas columnas de marmóreos zócalos de cada lado. Su estilo es neo-románico en los arcos y neo-gótico en las columnas. Se accede, desde el patio lateral izquierdo, por gastadas escaleras de mármol. Una se utiliza para ingresar y la otra para salir. Las paredes laterales exhiben ex votos de oro y plata. Las personas con movilidad reducida disponen de un ascensor en la parte trasera del templo. El mismo fue donado por el gobierno provincial en 1982. Las ventanas contienen vitrales alemanes de la firma Franz Mayer & Co. En la pared norte se observan representados: el primero es el hallazgo de la imagen, el nativo le enseña la imagen a Salazar. El segundo Salazar poniendo a la imagen sobre el algodón que se incendiaba. El tercero muestra a la Virgen deteniendo a los ejércitos tanto español como nativo, para que no luchen. El cuarto es el juramento de la Virgen Patrona. Al fondo el acto de coronación de la Imagen y a los costados dos cuadros con exvotos. En la pared sur, el primero es la resurrección de la niña Ana de la Vega y el segundo es el milagro de la...

Al llegar al corazón de San Fernando del Valle de Catamarca, me encuentro con una joya arquitectónica imponente: la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle. Su fachada neoclásica, con columnas elegantes y un color rosado suave, contrasta con el cielo gris de manera imponente. Desde el primer vistazo, entiendo que este no es solo un edificio religioso, sino un símbolo de la fe y la historia de Catamarca. Al cruzar sus puertas, el interior me envuelve en una atmósfera de serenidad. La nave principal, con sus altos techos abovedados y detalles dorados, guía mi vista hasta el altar mayor, donde reposa la imagen de la Virgen del Valle, patrona de la provincia y de los peregrinos del norte argentino. La devoción de los fieles es palpable; algunos oran en silencio, otros se acercan con lágrimas en los ojos, agradeciendo o pidiendo milagros. Reviso cada rincón y descubro la cúpula majestuosa, los vitrales que filtran la luz de manera sublime y el camarín de la Virgen, un espacio de recogimiento que parece estar cargado de una energía especial. Desde aquí, entiendo por qué miles de personas llegan cada año en peregrinación. Al salir, me detengo unos minutos en la plaza frente a la catedral. Veo cómo la ciudad sigue su ritmo, pero dentro de mí algo ha cambiado. Este no es solo un lugar de culto, es el alma espiritual de Catamarca, un refugio de fe y belleza que deja una huella imborrable en...

La aparición de la venerada imagen de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora del Valle, tuvo lugar entre 1618 y 1620 en una gruta de Choya, Departamento Capital de la provincia de Catamarca, en el noroeste argentino.

El pueblo de Choya al que se hace mención en los antiguos documentos estaba situado a 1 km del actual homónimo. Formaban la población españoles encomenderos y pueblos originarios en su gran mayoría cristianos. Vivían de la labranza y del pastoreo. Un originario de los encomendados al servicio de Don Manuel de Salazar, un día percibió voces. Eran indiecitas que caminaban recelosas, temiendo que alguien las sorprendiera. Llevaban lámparas y flores de la montaña. Como era de noche regresó a los ranchos de Choya. A la mañana siguiente regresó al paraje, y dio con las huellas y encontró un sendero que, se veía, era muy transitado. Caminó 5 km, remontando la quebrada cuando a unos 7 m de altura apareció un nicho de piedra bien disimulado. Al fin del recodo de la quebrada había rústicos asientos, e incluso huellas de danzas.

Trepó al nicho y al fondo encontró una imagen. Era pequeñita, muy limpia, de rostro moreno y manos juntas. Después de varios meses y de estar seguro de su descubrimiento, le cuenta todo a su amo. Le dice que la veneraban, que estaba allí entre las piedras, que era morenita como los indios y que por eso la querían y que él también había...