El castillo ocupa la cumbre de un monte con una forma elíptica y está construido en tabiyya o tapial rojizo, material típicamente árabe realizado a base de una mezcla de arcilla, arena, cal y piedras muy menudas, un procedimiento de construcción mucho más rápido y barato que las cuidadas obras de mampostería o sillares, lo que evidencia su originaria función eminentemente militar, destinado al acuartelamiento de las tropas beréberes alistadas para las campañas anuales contra los cristianos, cuyo lugar de concentración final, ya en la frontera, era la fortaleza de Gormaz (Soria).
Dispone de catorce torreones rectangulares y uno pentagonal, que adopta esta forma por la necesidad de adecuarse al quiebro que realiza la muralla en esta zona. Las torres apenas sobresalen de la silueta de la muralla.
Sobre una de las torres originales se introdujo la principal modificación cristiana, la Torre de Homenaje, también conocida como Almena Gorda, de la que carecen los castillos musulmanes fue construida en el siglo XV. La torre, de estilo gótico, está construida en mampostería irregular y tiene forma semicilíndrica al exterior, está estructurada en dos cuerpos cubiertos por bóveda de cañón apuntada y esquinas exteriores redondeadas para eludir los efectos de la artillería. La torre no mira hacia la campiña sino hacia el interior de la población para su control e intimidación, lo que indica su transformación con el discurrir de los años en un edificio señorial.
Las torres, muy salientes, son de planta rectangular casi cuadrada, cubiertas con bóveda de cañón y tres pisos: el primero a la altura del patio de armas y el más elevado a la del adarve, con otro intermedio. Las torres están huecas aunque se piensa que originalmente eran macizas, siendo en época cristiana cuando se les abrieron huecos. Cada planta tiene su puerta independiente, mientras que desde la planta superior se podía subir a la terraza mediante una escalera interior. El suelo de cada piso debía ser de madera apoyada en vigas, como se deduce de las hendiduras visibles ahí donde descansaban. En cada planta se abren saeteras, faltando a veces en la planta baja.
Al gran patio de armas se accede por una puerta que mira al este y que se abre entre dos grandes torres que la defienden. Está cubierta por un gran arco de herradura y protegida por un gran matacán que la reforma realizada durante la restauración ha ocultado.
En su patio interior se contempla un aljibe dividido en dos naves separadas por pilares y cubierto por una bóveda de medio cañón. Igualmente, se observa la otra modificación de la época cristiana: la construcción de un alcazarejo mediante la creación de una muralla interior compuesta por un poderoso torreón circular, del que hoy sólo se conserva la base, y dos lienzos que unían ésta con los muros laterales, de los que hoy sólo queda parte de uno de ellos.
El conjunto estaba enlucido con mortero de arena y cal sobre el que se grabaron pinturas que recubrían los muros, imitando fuertes sillares de piedra, con el fin de ocultar su pobre material e impresionar al enemigo. Todo el recinto iba coronado de almenas, de las que quedaron algunas en las torres y también en los lienzos, de tipo prismáticas, sin remates piramidales y sin saeteras debajo de los merlones.
El castillo de Baños de la Encina dispone de dos accesos, uno en cada frente. En el noroccidental se abre un postigo de poca altura, sólo para el paso de personas, del que había que descolgar alguna escalera de mano para salir y entrar. La puerta principal está en el frente opuesto, hacia el sureste, es recta, flanqueada por las dos torres más apretadas del castillo, con las que forma unidad. Se abría hacia el exterior con un gran arco de medio punto, actualmente de herradura, a modo de hornacina, de dovelas con...
Read moreEl Castillo de Burgalimar (del árabe Bury al-Hamma, "Castillo de los Baños"), es una fortaleza almohade, construida en el siglo xii sobre un pequeño cerro que domina la localidad de Baños de la Encina, situada en el norte de la provincia de Jaén (Andalucía, España).
Rodeado y flanqueado por una robusta y almenada muralla con catorce torres, más una decimoquinta torre del homenaje de factura cristiana, el castillo apenas ha sufrido daños, ya sean causados por el tiempo o la acción humana. Representa por tanto un ejemplo perfecto de fortaleza musulmana del siglo xii, y constituye el conjunto fortificado mejor preservado de la época almohade, al mismo tiempo que es uno de los castillos musulmanes mejor conservados de toda España.
El castillo de Baños de la Encina se estableció en una región importante y estratégica, justo en la entrada del valle del Guadalquivir y, por lo tanto, de Andalucía. Fue el califa Alhakén II (hijo del rey Abderramán III) a quien se le atribuyó su construcción a raíz de la transcripción de una lápida fundacional depositada en el Museo Arqueológico Nacional.
Según las crónicas de la época, el califa ordenó levantar varios recintos vastos fortificados de idénticas características a lo largo de todo el camino que conducía de Sierra Morena hacia Córdoba, con el fin de alojar a sus tropas (esencialmente compuestas por mercenarios magrebíes) que se dirigían hacia el Castillo de Gormaz (provincia de Soria), al norte de al-Ándalus, para llevar a cabo razias contra los reinos cristianos. No obstante, esta línea de fortificaciones no iban dirigidas a objetivos defensivos, pues el país atravesaba entonces por un largo período de paz.
En el siglo XI, tras el hundimiento y la separación del Califato de Córdoba en múltiples reinos de taifa se convierte en objeto de continuas y feroces luchas entre musulmanes y cristianos, que ven allí una pieza clave para acceder a Andalucía. Alfonso VII de León se lo arrebata a los musulmanes en 1147, pero después de su muerte en 1157, la fortaleza vuelve a manos islámicas. Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León llegan a recuperar el castillo en 1189, sin ser este un éxito definitivo, pues tres días después de la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), la fortaleza vuelve a pasar a ser dominio musulmán.
Fernando III de Castilla tomó definitivamente la fortaleza en 1225. Hay que esperar al impulso decisivo que da Fernando III en pos de la reconquista del sur peninsular para que el castillo pase definitivamente, en 1225, al dominio castellano. El rey lo cede al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, y su defensa y guardia es confiada a la Orden de Santiago, muy implicada en las operaciones militares del sur de la península ibérica. Poco tiempo después, Fernando III integra el pueblo de Baños de la Encina en la jurisdicción de la ciudad de Baeza, de la que dependerá hasta 1626, fecha en la que Baños de la Encina obtiene la...
Read moreBooked and paid online just a day before for our visit on 7 May. There were only two other people visiting at the same time. Our guide (a young blonde haired girl from Baños de la Encina) was very enthusiastic. She spoke solidly for more than half an hour, then gave us time to look around by ourselves. The tour was in Spanish. I didn't ask if there was an English option and can understand that it would take twice as long to do it in two languages. It would be nice if there was a paper copy of some key points in English for foreigners whose Spanish isn't fluent. We loved the castle and would definitely recommend the tour. There is a large public car park just below the castle, near the tourist...
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