I was there a few minutes before closing. Three little kids were running around, their parents attending, no skaters. An elderly lady approached me. "Can I have a quick look?" "Five euro." "I do not want to skate, just look." "Five euro." "How about a picture from where we are standing right now at the entrance?" "Five euro, that's the rule." I might have considered paying to see the art work, but with her attitude I was sure that she would throw me out in three minutes as that was the closing time, so I...
Read moreTenía muchas ganas de conocer el sitio. Es un lugar de lo más llamativo para hacer fotografía, más allá de practicar skate. Es una iglesia desacralizada y de titularidad privada. Más allá de lo que cada persona opine, para mí esa es una razón más que suficiente para pagar una pequeña entrada. 5,00 € me parece una nimiedad, precio que pagas por estar 5 minutos o las tres horas que está abierta. Si se quiere disfrutar de un lugar como ese, alguien tiene que conservarlo, porque las cosas solas no se mantienen en pie. Y sin ayuda oficial, el esfuerzo y coste es aún mayor. Cuando llamé para concertar la visita, pregunté todos los detalles e incluso si era entrada gratuita o no. Me indicó todo lo necesario y los 5,00 € a pagar por la visita, con lo que no me cogió de sorpresa. Nos ha encantado conocer a su dueña, Marta, con la que hemos tenido una muy agradable conversación. Muy amable desde el primer momento y fue un placer. Tanto si eres un aficionado a la fotografía, como a hacer skate, o las dos cosas a la vez, es de visita obligada. Y es más, porque me atrevo a animar a todos los que os gusten estas cosas a que la visitéis todo lo que podáis, hagáis divulgación y se pueda ir mejorando un sitio que espero no desaparezca nunca. Al revés, que se convierta en un icono de la fotografía...
Read moreNos dirigimos hacia este pintoresco lugar cuatro personas con muchas ganas de descubrir un lugar original, genuino y con un encanto especial. Que se encuentre en el centro de un polígono industrial desde luego contribuyó a ello. El interior de esta iglesia de principios de siglo es precioso, con unas bonitas pinturas de estilo underground dignas de ver. Sin embargo, mención aparte merece la guardiana de la puerta. "Guardiana" literalmente, pues al intentar entrar la mujer casi no se aparta, teniendo que pedir prácticamente permiso para acceder al interior del templo. Sin embargo la sorpresa ha llegado en el momento en el que, al intentar salir, la guardiana, de manera muy "amable", nos ha recordado que "tienen que pagar un donativo". Donativo obligatorio, claro, y no con cantidad a voluntad del visitante. Nada más y nada menos que cinco euros por persona. Nada de esto se nos avisó en el momento de entrada. Si buscáis dónde aparece reflejado el precio de esta entrada/"donativo", existe un pequeño cartel a la derecha de la puerta, por el interior. De cualquier manera, recomendamos la visita a pesar de los modales de...
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